Cuando le tocamos la moral a alguien, nos contesta: “no me
tientes, no me tientes…”Dice esto porque el tentador lo está provocando, a que
haga una cosa que él no quiere hacer.
De la misma manera, el Señor nos manda un tentador, que nos
induce a hacer algo que no debemos hacer. Si no lo hacemos, triunfamos y si lo
hacemos pecamos.
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El tema de religión es muy difícil porque cada persona es de
una forma distinta y yo no voy a decirle lo contrario, sino que actúe en
conciencia.
Lo bueno y lo malo son parecidos, como una uva a otra. ¿Quién
puede decir cuál de las dos es dulce y cuál es amarga. Nadie antes de probarlas
y cuando la pruebas es tarde. La gracia es decir esta es la buena y acertar.
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Lo más bonito no es siempre lo mejor, ni lo que salió bien
una vez, tiene porqué repetirse. Tenemos que improvisar continuamente para
hacerlo medio bien, y digo medio porque ninguno somos perfecto.
El que menos te lo piensas, lleva más razón que otro que
parece brillar con luz propia y alumbra menos que un farol fundido.
No te guíes por nadie, porque le vayan las cosas bien. Cada
uno tiene sus motivos y sus razones.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.
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