DIOS SENCILLO
19-04-2023
Cualquiera que lea estas letras puede pensar que son agua de
borraja, porque ven a Dios como lo más complicado del mundo, pero no es así,
Dios es lo más sencillo que hay en la existencia, porque es el auténtico
hombre, que es bueno y bonachón, que no se sale de su cometido, que no es otro
que guiarnos por el buen camino, que lleva al Cielo, que no pretende nada malo
de nosotros, solo nuestro bienestar e irnos encaminando hacia la gloria, que
nada tiene que ver con este mundo, que es todo lo contrario.
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Allí no hay maldad ni maledicencia como aquí, que somos malos
los unos para los otros, que no miramos nada más que por si mismos y ser los
mejores en todo. Allí todo es bondad y amor del bueno, que no existe el odio ni
la maledicencia, que todo es dulce como el almibar, que todos nos tendremos
aprecio, por lo que somos, hijos de Dios, hermanos todos en un mundo que es el
nuestro, por gracia de Dios.
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Nosotros sin Él no somos nada, una aguja perdida en un pajar,
que nadie encontrará. Somos vino del malo, que nadie quiere, mientras Él tiene
el vino añejo, que alegra al hombre, entre ellos a Dios, que nos quiere con
locura y que no permitirá que ni uno de los suyos se pierda en el abismo, por
eso, en este mundo somos castigados para que no nos desviemos de la senda de la
verdad, que está a nuestro alcance.
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Dios Padre mientras estemos en este mundo, que es la desdicha
de Él, porque sabe que estamos sufriendo como sufre Él al vernos tan
desgraciados en un valle de lágrimas, que Él comparte con nosotros, con
sencillez, con amargura pero con esperanza de que esto se va a terminar el día
elegido por Él y que está por llegar, que no tardará mucho.
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Dios es misericordioso y bueno, no permitirá que ni un alma
suya se pierda y esos somos nosotros que sufrimos sin remedio la maldad del
demonio, que nos atenaza con sus artes malignas hasta hacernos caer en el
pecado, que no es lo que Dios quisiera para nosotros, si no que venciéramos de
una vez por todas a ese maligno que nos atenaza, por ver si nos puede reclutar
para su ejército de demonios que tiene a medio dominar, cuando su deseo es
dominarnos del todo y de una vez para siempre.
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El pan del demonio es el odio, un agridulce de miel y
vinagre, de fuego y hielo, que es lo que hay en su reino. Belzebub es otro de
sus nombres, pero al fin y al cabo son la misma cosa, un entramado de males,
que ni el mismo sabe que quiere con ellos. El deseo del demonio es arrebatar a
Dios sus preciosas almas y convertirlas en ángeles malos, que destruyen todo lo
que cae en su poder para llevarlos con él al infierno, que allí se está muy
calentito en verano y hace mucho frío en invierno.
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Dios es todo lo contrario a todo esto, es sencillo y bueno,
pero nosotros no acertamos a acercarnos a la verdad, que nace de las entrañas
de Dios y que solo quiere el bien para nosotros, cuando nosotros lo que hacemos
es el contrario a lo que Él desea, que no es cosa más sencilla que el bien para
todos los humanos, hijos predilectos que podíamos ser de Él.
La sencillez de Dios empieza en la creación del ser humano,
continua con el rumbo del mundo y terminará el día que mande a su Hijo a recogernos,
con grandeza y gloria en las alturas del Cielo, que será nuestra casa para
siempre jamás y que nos lo regala Dios, que es nuestro bienhechor, amigo y Padre
que nos ama sobremanera, que no hay cosa que se le pueda igualar.
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El pimpollo de ese olivo que crece sin igual somos nosotros,
que somos ramitas de ese gran árbol que es Dios bienhechor del mundo, que no le
ama como Él se merece, sino que le lleva la contraria, todo por culpa del mal
que es ese indeseable, que es el demonio, que nos domina por momentos y que no
merece otra cosa que el fuego eterno, en aquel su mundo y que quizo arrebatar
el suyo a nuestro Dios a través de las pequeñitas almas que somos, pero que
tenemos coraje para llevarnos al hoyo a aquel que atente contra nuestro Dios
querido.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.