sábado, 31 de agosto de 2019

SER OPTIMISTAS


Es mucho mejor que ser pesimistas. Ya sabemos que todo no nos va salir bien, pero si vamos pensando en que nos saldrá mal, hay muchas más posibilidades de que así sea.
No cuesta trabajo ni dinero ser optimistas. Ir diciendo, para sí, hoy me va a ir la cosa bien y si pone un poco de empeño, la mayoría de las tareas, le saldrán bien y habrá sido un día positivo.
Mientras que si vas pensando que todo te va a salir mal, aunque algunas cosas te salgan bien, no disfrutarás de ellas. Porque tú mismo te habrás amargado la existencia. No se le puede echar la culpa a nadie, son cosas del destino o que nosotros forzamos el destino, pero, por favor, forzarlo favorablemente y no hacia la desdicha.
Yo no puedo hablar mucho, porque soy más bien pesimista, pero a pesar de todo confío en que los planes salgan bien.
Hay que ser optimistas y pesimistas, una mezcla explosiva, difícil de entender. Me explico: no podemos pensar que todo nos va a salir bien, porque luego nos salen algunas cosas mal y nuestro ánimo se viene abajo.
No se puede pensar que todo nos va a salir mal. Por lógica, algo saldrá bien, como antes dije, no disfrutaremos de esos momentos buenos, que a buen seguro ocurren cada día.
No se trata de ver el vaso medio lleno o medio vacío, está medio y no hay que darle más vueltas al asunto.
El optimista hace las cosas sin pensárselas, primero una, luego otra y otra…y no se acuerda siquiera de la mala suerte o pesimismo, hace su trabajo a gusto y punto.
El pesimista va cabisbajo, diciendo para sí: “que mala suerte tengo”, cuando si mirase hacia arriba, vería las cosas, realmente como son, cada una de su color. Vería a ese amigo que le saluda.
No se puede negar que la vida, en una sociedad globalizada, como la nuestra, es difícil, pero por eso no podemos venirnos abajo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

viernes, 30 de agosto de 2019

PASADO, PRESENTE Y FUTURO


El pasado es la sombra de nuestra vida que ya pasó. Sentiremos añoranza al mirar hacia atrás, pero no debemos hacerlo para no caer en los errores, que cometimos años atrás, cuando éramos más jóvenes e inexpertos.
El pasado no nos pertenece porque ya, por mucho que queramos, no podemos vivir ni lo bueno ni lo malo de aquel.
El presente es en lo que nos debemos centrar, porque es lo que está pasando ahora. Yo, por ejemplo, estoy concentrado, ahora mismo en escribir, en que salga bien y sea del agrado de vosot@s.
Pues así, cada uno en su tarea, no debe pensar en otra cosa, nada más que hacerla lo mejor posible y no dejar la mente volar, hacia otros momentos, pasados o futuros, que no importan nada ahora.
Esto último es muy importante, porque es la vida, de la que debemos sacar el mayor provecho posible. Es ahora, no hace dos días, ni pasado mañana. Que no se te escape el momento. Vívelo con intensidad, no vaya a ser que mañana, te acuerdes, de lo que podías haber hecho y no hiciste.
De nada sirve que recuerdes los momentos pasados, piensa en el presente, que es tu vida, que es la mía y si no la aprovechamos, se nos escapará de las manos y nunca volverá.
No te preocupes mucho por el futro, que es como algo lejano. Momentos por vivir, que nadie sabe cómo van a venir. Si andamos pensando en qué vamos a hacer mañana, posiblemente estamos dejando de vivir hoy, que repito, es lo más importante.
Vive el momento, donde hay sitio para reír, para llorar, para disfrutar…
Todo depende de nosotros. No pienses ni por un momento que estamos predestinados, que porque ayer nos salieron mal los planes, hoy ocurrirá tanto de lo mismo y mañana igual o peor. Hay que ser optimistas y tener esperanza en el futuro.
Nada tiene que ver un día con el anterior, o con el posterior. Todos son distintos y mejorables.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

jueves, 29 de agosto de 2019

LOS AMIGOS QUE GANÉ


Cuando uno cambia de vida, de ambiente, mira con añoranza todo lo que ha dejado atrás. Yo miro más, sin olvidar el pasado, hacia adelante, hacia la nueva vida, que he emprendido a partir de mi enfermedad.
Son muchos los que he dejado atrás, pero las circunstancias mandan, y ahora vivo una nueva realidad, que no tiene nada que ver con la antigua, pero que es más provechosa.
Además de mi familia, yo me apoyo en la gente que me acepta, muchas veces sin conocerme de nada, porque me dan la mano, con cariño. Son mi vida y mi alegría y no los cambio por nada del mundo.
Llevo muchos años en la brecha y la experiencia me dice, que no hay que claudicar jamás. En términos marineros, velocidad de crucero y rumbo hacia donde haya que ir.
Mi nueva familia me llena el corazón de alegría, me ayuda a seguir luchando, de una forma tal, que vivo cada día con una nueva ilusión.
Es verdad, que, a veces, me acuerdo del pasado, pero estoy contento con el puesto que ocupo en la sociedad. No resulta fácil sobrellevarlo, pero me da más alegrías que penas.
Algunos me tienen envidia, porque no tengo que trabajar, pero es porque no conocen mi realidad. También yo trabajé lo mío, sino no tendría los beneficios que poseo. Yo no los desprecio, ellos piensan de esa forma, porque trabajan duro. Al que quiera yo le regalo mi vida y que la viva él en mis mismas condiciones.
Tengo muchos y buenos amig@s, repartid@s por esos mundos. El que menos te lo esperas, es acérrimo amigo mío.
Como todo el mundo, tengo gente que no me acepta, pero yo no se lo reprocho. Sus motivos tendrán. Miro más a los que me tienen cariño, ganado a pulso, con ayuda de la Providencia.
Para quien no lo entienda, en estas palabras está la historia de mi nueva vida, que es más próspera a pesar de los pesares.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

miércoles, 28 de agosto de 2019

COMIDAS BASURA


La sociedad en la que vivimos, que tenemos que trabajar todos fuera de casa, para llevar el tren de vida que llevamos, que nos obliga a comer cada vez peor. Comidas precocinadas, que son tan perjudiciales para el cuerpo, como ricas saben, gracias a las salsas y a la gran cantidad de porquerías que le echan.
Con lo buena y sana que es la comida casera. Pero claro, hay que hacer la compra, luego cocinarla y luego fregar los platos. Todo ello lleva tiempo, cuesta trabajo y vale dinero, mientras lo precocinado, te lo llevan a casa y el desperdicio a la basura.  
 Con lo buenas que están unas lentejas, un potaje, un caldo de cocido, un pescado cocido, un pescadito o filete a la plancha. Para acompañar la comida, una buena ensalada, de verduras variadas y de postre fruta variada. Verás que bien vas al baño y notarás que no subes de peso y tu colecterol y tensión, los mantienes a raya.
Si además haces ejercicio, aunque sea andar, notarás que funcionas bien, que necesitas menos medicinas para estar san@. Mientras si comes precocinados, salsas y mil cosas, que le echan para que te sepan bien, tu salud se resentirá.
El caso más a la palestra es el de la dipteria, por comer carnes precocinadas (que cualquiera sabe lo que le echan para que estén tan buenas). Es una enfermedad específica, infecciosa y contagiosa, caracterizada por la formación de falsas membranas en las mucosas, comúnmente en la garganta, en la piel desnuda de epidermis y en toda suerte de heridas al descubierto, con síntomas generales de fiebre y postración.
Las Autoridades Sanitarias deberían de tener más cuidado, de que estos productos lleguen al mercado, pues hay cientos de afectados, por comer de forma fácil, barata y cómoda.
Y qué me decís de los helados. En verano se consumen a gogó y tienen muchos azúcares, grasas saturadas y son lo más indigesto como postre.
Cocina en casa, come mucha fruta y tu cuerpo te lo agradecerá.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

martes, 27 de agosto de 2019

PRISA POR VIVIR


Nos pasamos el día pensando en que termine nuestra jornada, para poder descansar, estar con la familia y tener tiempo de ocio. Al día siguiente igual. Cuando se acerca el descanso semanal, no vivimos pensando en esos días. Cuando se acercan las vacaciones, el reloj, parece que no anda, no vivimos.
Tenemos que vivir el momento, que todo llegará y pasará y estaremos esperando tal o cual acontecimiento, importante para nosotros. Si no aprovechamos para ser felices cada día, tampoco lo seremos cuando llegue ese tiempo de ocio, tan importante para nosotros.
No debemos tener prisa por vivir, que cuando queramos acordar, seremos unos viejos, llenos de enfermedades. Lo importante es el AHORA y dejar de darle vueltas a la cabeza pensando en el futuro.
Este llegará, pero aprovéchalo por momentos, como hiciste con el pasado, vivirás más, mejor y más feliz. No hagas caso del que te dice, para darte envidia: “mañana me voy de vacaciones”. Tranquilo, que las tuyas también han de llegar y en ese día, el que te daba envidia, está trabajando, verás que ahora no dice nada.
Disfruta de tu trabajo o quehaceres, que de todo hay que hacer en la vida. No estés triste porque tienes que trabajar. Todos, de una manera u otra, tenemos que hacerlo y si lo ejecutamos con una sonrisa, mejor que mejor ¿Verdad?
Hay personas que disfrutan con su trabajo, yo mismo y vivo mejor, más feliz y cuando llega el día o los días de descanso, los aprovechamos más y hacemos lo que más nos gusta en nuestro tiempo de ocio.
La vida hay que tomársela como viene. A veces nos sentimos mejor, otras veces las cosas van peor, pero tenemos que ser siempre optimistas y confiar en el mañana.
No pensar que somos desdichados y que sufrimos más que los demás. Cada cual tiene sus problemas, que son para él solo y poca gente le ayudará a resolverlos. Para eso somos autónomos, libres, únicos y con unas ganas de vivir, que no hay quien las iguale.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

lunes, 26 de agosto de 2019

LA RESACA


La feria, lo que debía ser una fiesta lúdica y de ocio, se ha convertido en una merienda de negros. Pagamos abusivamente por oir un concierto, pasearnos en las atracciones de feria, muchas veces de riesgo, de donde salen personas lesionadas. Pero es su gusto, qué le vamos a hacer.
Hay quien pide un préstamo para ir a la feria, y claro, luego hay que pagarlo y nos encontramos sin dinero, para comprar los productos de primera necesidad: comida, ropa, calzado…Bueno, es su gusto, nadie va a quitárselo pero que no vengan ahora pidiendo, robando y alterando una sociedad que quiere vivir en paz.
Es una vergüenza las jóvenes, borrachas, hartas de droga, tendidas en el césped, con los pechos fuera y los tíos follándoselas, porque no tiene otra palabra. Los padres las dejan ir en pandilla y acaban haciendo sexo no deseado. Si una se queda embarazada, a ver quién es el padre. Que lo busquen o se aguanten con un bebé, que no tiene culpa que exista esta desvergüenza.
Hay botellas de vino por todos lados, papeles y toda clase de basura, que pagaremos todos por quitarla, mediante impuestos, que eso no se les olvida cobrar y a lo mejor yo no he pisado la arena de la feria.
Aquí mismo, donde escribo, hay una chica que se ha roto el tobillo, en una atracción de riesgo, pero no parece importarle, porque lo pasó bomba con sus amig@s.
Ahora toca pagar la cuesta de “enero”, en septiembre. El que no tenga, tendrá que robarlo al que tiene lo justo para vivir. No entra en mi cabeza esto de las fiestas masivas, donde se gasta lo que no se tiene. Todo por presumir, de que yo estuve en la feria y lo pasé de puta madre.
Todo cuando lo único que hizo fue comer comida mala, a precio de oro y eso si emborracharse vergonzosamente, con sus amig@s y bailar, montar a caballo y en carroza, en un ambiente que no es el propio de una fiesta, sino de una desvergonzada juerga, insisto, donde todo vale, con tal de divertirse a costa de los demás.
Después de 10 día de feria, ya está bien, ahora a trabajar y pagar los platos rotos, de lo que podía ser una fiesta familiar, donde disfrutar, que todo es preciso, bailar, cantar y llenar la barriga, pero que sea de cosas sanas, no de las polquerías que se venden en la feria: carne pasada de tiempo, pollos de cualquiera sabe cuándo y mucho alcohol, que trastorna las cabezas y ya no sabemos lo que hacemos.
Los únicos que sacan tajada de estos eventos, son los organizadores, los feriantes y cono no, el cabildo, que cobra buenos impuestos, por tener a la gente contenta y es que somos tontos de remate, porque no sabemos lo que queremos.
Está bien hacer una fiesta, pero hagámosla en un buen restaurante, con la familia. Comamos cosas de calidad garantizada y bebamos alcohol, pero el justo, que luego se calientan los ánimos y vienen las no deseables peleas, por querer ser mejor que el otro.
Bebamos con la comida agua, que es lo más sano del mundo y tras ello, brindemos con champám, por lo bien que lo hemos pasado.
Eso sí, después de beber, no cojas el coche, porque puedes tener un accidente y ya está aguada la fiesta.
Regresa a casa en taxi o en autobús, que para eso los pone el Ayuntamiento. Habrás pasado una velada inolvidable, habrás cantado, reído, bailado y todo lo que te pide el cuerpo.
Parece que no tenemos conciencia, vamos a lo loco. Venga vamos a lo la feria que allí hay diversión por un tubo y te encuentras con una “tajada”(borrachera), como un piano y con el dinero gastado.
Ahora toca trabajar, para pagar el derroche, y no te quejes, que has sido tú el que ha querido ir a la dichosa feria.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

sábado, 24 de agosto de 2019

LOBO SOLITARIO


Es toda persona que camina por la vida solo, sin que nadie le ayude a realizar sus proyectos. Se las tiene que arreglar como puede, con su propio albedrío. Hay veces que pide ayuda y la verdad es que sus amig@s se la dan, a los que aprecia un montón.
Este lobo va descarriado de la manada, porque no le gusta atacar, como es propio de estos animales, que es denigrante, porque se van contra los corderitos y los destrozan para comérselos.
El protagonista de nuestra historia, cuando tiene hambre, ataca un solo cordero y se lo come, es ley de vida, pero no actúa como cobardes lobos, en manada, que más que comer, lo que hacen es daño a los corderos. Se sacian su hambre y dejan al pobre pastor sin varias de sus ovejas. O sea que matan por ambición, no por necesidad.
El hambre es muy mala y cuando la tenemos, hacemos lo que haga falta para saciarla. Lo que no es justo es almacenar para mañana. Comamos hoy, que mañana habrá, a buen seguro, algo que llevarse a la quijada.
El lobo solitario es manso, pero no intentes quitarle su sustento, porque te destrozará con sus garras afiladas, propias para matar. Cada cual que se busque el suyo, porque el lobo, no comparte su comida con nadie, supuesto que nadie le ayuda a buscarla.
Las personas que actúan en manada, son cobardes y gustan de guardar para mañana, que seguramente la comida se habrá podrido y tendrán que matar a otros indefensos corderitos.
Comida hay para todos, no tenemos que llenar la despensa en demasía, cuando otros no tienen un pedazo de pan que llevarse a la boca. Deberíamos compartir con los demás, con gente pobre, que no es capaz de cazar el sustento suyo y de su familia.
El mundo está mal porque somos lobos, no personas y vamos a ver, lo que podemos pillar, para tener mucho sobrado, que luego tiramos, porque se pudre. Contentémonos con tener para hoy, que mañana será otro día, otra historia y no seamos manada de lobos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

viernes, 23 de agosto de 2019

ESTAR HOSPITALIZADO


Es solo para aquellas personas que necesitan cuidados, que no se les puede dar en casa. Es muy triste, porque te ves con un compañer@ y esperando que venga la familia a visitarte.
Tal y como está la Sanidad en España, no hay que pedir el alta médica. Ellos te la dan nada más ven una posibilidad, de que te las puedas arreglar solo o con la familia.
Entes, hace 30 o 40 años te hospitalizaban por poca cosa. Yo me rompí una pierna y estuve dos o tres semanas hospitalizado. Hoy día por esa lesión, te ponen la escayola y te mandan para casa y es que Málaga, ha crecido mucho y los hospitales son prácticamente los mismos.
Estando en un hospital, como en cualquier lugar, si te encuentras personas que te cuiden bien y te atiendan cuando tienes un dolor o molestia grave, pues estás bien, a gusto, a pesar de los pesares.
Ya he oído yo algo, de que en Málaga, se va a construir un hospital nuevo. La verdad es que hace mucha falta. Con vistas a un futuro no lejano, tendría que ser un gran hospital, para que cubra la deficiencia, que hay actualmente y en un futuro próximo.
A nadie le gusta estar en un sitio de estos, pero cuando existe una dolencia grave, no hay más remedio que acudir a ellos, para que en la medida de lo posible, te sanen.
Hoy día solo dejan encamado a la persona que sufre una enfermedad grave y no la pueden dejar ir, porque sería negligencia y en la sociedad globalizada, se mira mucho por la vida de la persona.
Ya quisiera yo que se mirara igual por las dolencias graves, a las que no hacen ningún caso. En estos casos, acude el paciente a Urgencias y es atendido, pero si no va muriéndose, le hacen pruebas, análisis y radiografías y la derivan a su médico de familia, tras recetarle unos fármacos y con un diagnóstico, la mandan para casa.
No es mi deseo solo, es el de muchas personas, que llevan meses e incluso un año, esperando para operarse.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

jueves, 22 de agosto de 2019

LAS PALABRAS


Se inventaron para que haya entendimiento entre las personas, para que si existe un problema dado, lo solucionemos dialogando y que no sirvan para vejar a las demás personas.
Son innumerables y según como se usen sirven para halagar o despreciar al contrari@. No quiere quien las inventó, que sirvan de arma arrojadiza para otras personas, si no que sean una vía de comunicación, para cuando las cosas van mal.
Cuando todo va bien, todo son vítores de alabanza para nuestra familia, amigos, allegados y para todo el que se cruza en nuestro camino. Las palabras sanan o hieren. Si sanan sean bienvenidas, si hieren no se deben decir a ninguna persona.
En el seno de una familia, si hay entendimiento en ella, todo puede ir maravillosamente, pero si no lo hay, las palabras son armas arrojadizas, que dañan al contrari@.
Muchas veces, el dinero y el poder, tienen la culpa de que las cosas vayan mal. Cada cual mira su interés personal y no se puede decir que sin querer, lo hacemos adrede.
Lástima que existe el dinero, que hace pelear a las gentes por él. No debiese existir, y que cada uno comiese de lo que trabajase y no se aprovecharan de los pobres trabajadores, que apenas tienen para susistir.
Pero es ley de vida, tiene que existir la compra y la venta de artículos, donde los poderosos se aprovechan vilmente de los asalariados, para llenar su saco de oro.
Poco les importa a estos señores, la salud física y mental del que sale a buscar la vida suya y de su familia. El mundo es un campo de concentración, donde el pobre es avasallado, humillado, vejado, violado y mil adjetivos más, por parte de los soldados.
Estos, con sus armas de fuego o de poder, mancillan el dulce nombre de personas sencillas, que solo quieren vivir en concordia, con todas las personas, que se crucen en su camino.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

miércoles, 21 de agosto de 2019

SOMOS DESCONFIADOS


Lo que por otra parte es normal, con la cantidad de males que hay por las calles, que donde menos te lo esperas, nos pueden robar, agredir sin motivo alguno y a las mujeres violarlas.
Hace uno una pregunta, porque necesita algo y te responden con otra: ¿Eso porqué?¿Para qué…? Y no digamos si es por teléfono, con lo de llamadas que nos hacen ofreciendo seguros, móviles y mil cosas más. La verdad es que, a veces, preferiría uno no tener móvil.
Va uno por la calle y desconfía de la gente que no conoce. También es normal, por lo de malas cosas que ocurren cada día. Las noticias, si eres desconfiado, mejor no verlas, porque crean en la persona miedos a cosas que no existen, que pueden terminar en enfermedad.
No digo yo que se fíe uno de todo el mundo, pero eso se conoce en la cara. La persona que está planeando algo malo, si te fijas bien, se lo notas en su forma de proceder.
Si digo yo que con la persona que nos cruzamos todos los días, por el barrio, en el supermercado, en el autobús…seamos amables y si se tercia, echemos un ratito de charla. Cosas como estas son los mejores momentos del día, que bastantes problemas nos traerá.
Desconfiamos hasta de nuestra propia sombra. Vamos por la calle pensando en: “Mira ese la cara que tiene (Porque no va afeitado), y a lo mejor es costumbre suya”. O:”Mira que grupito, le daré un rodeo”. O bien vamos mirando hacia atrás, porque no nos fiamos de quién pueda ser. Muchas veces nuestras sospechas no son fundadas.
Somos desconfiados, porque esta sociedad está podrida, de gente que no quiere trabajar, porque le pagan poco, o simplemente no busca ese trabajo, que no le va a sacar de apuros, pero tendría para comer.
Yo también desconfío de algunas gentes, pero si va uno preocupado por lo que le pueda pasar, lo de cosas que le puedan ocurrir, pues sencillamente, no saldría a la calle.
Seamos valientes y salgamos a la calle a triunfar.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

martes, 20 de agosto de 2019

MARÍA, MI ASISTENTE


Yo, como soy discapacitado mental, tengo una asistente para ayudarme en las cosas que no pueda hacer por mi mismo. Es una mujer que gusta de hablar conmigo, para aconsejarme ya que sabe mucho de su profesión, que es auxiliar de enfermería.
Mientras nos tomamos algo en un bar, charlamos de cosas no personales, porque a mí no me interesa su forma de vivir.
Yo si le cuento mis cosillas, y le gusta escucharme. Lástima que no soy buen dialogador y no podemos tener una conversación edificante para ambos. Yo procuro tenerla contenta, ya que es una mujer maravillosa.
Le gusta desarrollar su trabajo como está mandado. Ella es asistente, no limpiadora. Le gusta hacer las cosas que yo no sé y tener mi casa bien ordenada. No hay que decirle hace falta hacer esto, por ejemplo planchar. Ella coge la ropa y me plancha mis camisas.
Lo que no le gusta es que la agobien: haz esto, haz lo otro. Ella hace lo que sea, sin decírselo o diciéndoselo una sola vez.
Es muy trabajadora, vamos que se gana el sueldo con creces, es entendida, inteligente y le gustan las cosas bien hechas.
María es asistente también de mi madre. Para mi viene en día a la semana y para ella otro.
Es una mujer que da su cariño a su manera y yo trato de respetarla. Es cuestión de comprenderla. Cada uno tenemos nuestra vida y si a mí me gusta que me comprenda ella, de la misma manera deberé intentar, al menos, comprenderla yo a ella.
Durante el tiempo que me dedica a mí, le gusta que demos un pequeño paseo y charlemos, para que no estemos todo el tiempo metidos entre cuatro paredes. Yo eso lo entiendo y procuro que demos nuestro paseíto.
Espero, María no poner en este escrito nada que hiera tu sensibilidad. Yo te aprecio mucho, por el trabajo que haces conmigo y espero que estemos mucho tiempo viéndonos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

lunes, 19 de agosto de 2019

LA FERIA


Es el principal evento lúdico y de diversión, que tiene la ciudad de Málaga. Lástima que se celebre en el mes de más calor del verano y no se pueda disfrutar todo lo que sería deseable. Por otra parte, si fuese en invierno, llovería y estropearía la fiesta aún más.
Está la feria de día, en el centro de la ciudad, pero la que tiene más éxito, es la de noche, en el Real, a las afueras de la capital. A ella acuden masivamente turistas españoles y extranjeros.
Este año va a contar con dos o tres días más que otros años, desde el jueves, que fueron los fuegos artificiales, hasta el domingo de la semana siguiente, para que no falte la diversión de los amantes de la feria.
En el Real hay circo, conciertos, las clásicas atracciones de feria, tómbolas, casetas y un sinfín de sitios donde gastarse el dinero, pero eso es lo de menos, lo importante es divertirse.
A mí lo que me gustan más son los caballos, en carrozas adornadas de abanicos de colores y flores. También están los caballos para montar. Much@s se visten de campero y de gitana, con muchas flores de colores.
El solo hecho de dar un paseo viendo las casetas (adornadas para la fiesta), las carrozas, los caballos, la noria, la casa de los espejos, el tren fantasma y las atracciones de riesgo, hacen merecer el dar una vuelta por la feria.
El lado malo de esta fiesta es que, algunos, aprovechan para beber alcohol en demasía y pueden formarse tumultos, donde tenga que intervenir la policía. Esperemos que esto no ocurra y que cada uno viva la fiesta a su manera.
La feria tiene una gran repercusión económica. Se mueve mucho dinero y eso es importante para la ciudad, que está falta de divisas para el Ayuntamiento y da trabajo a muchas personas, aunque sea tan solo por diez días.
Los que más disfrutan de la feria son los jóvenes y muy especialmente los niñ@s, que se pasean en los “cacharros”, que hacen la delicia de todos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

sábado, 17 de agosto de 2019

HACER LO QUE FUNCIONA


En el trabajo, con la familia, con los amigos no hay que ceñirse por las “leyes” que nos da la sociedad, sino actuar con libre albedrío, con inteligencia, para que las cosas salgan bien.
Hay que confiar en el buen hacer de las personas fiables, que son pocas y dejar a aquellas que  hagan las cosas a su manera, porque si actuamos como máquinas, las cosas no saldrán todo lo bien que pudieran.
Lo que funciona no son las normas y cánones, que se tienen por buenos, porque cada situación es distinta, y por tanto, debemos sacar a relucir nuestra inteligencia, nuestra capacidad de improvisar y darle a cada asunto ese toque especial que tú sabes darle.
No es lo mismo hablar con tu jefe, con un compañero, con un amigo o con un desconocido. En cada caso debemos medir las palabras, para que la conversación sea edificante, fluida y que se lleve a un acuerdo entre las partes dialogantes.
No hay una norma para casos parecidos. Cada uno debe ser tratado como un caso especial, con las palabras justas en cada caso y que el hecho de la conversación sea edificante.
El hecho puede ser un problema que surge en el trabajo y que tienes que resolverlo sobre la marcha. Para ello no se puede hacer lo de siempre en un caso parecido, porque todos son distintos.
En el trabajo, lo que funciona lo tienes que poner tú, porque eres independiente, salvo para casos de calado, que tendrás que preguntar a un compañero y en última instancia a tu jefe, que para eso lo es.
En una buena conversación, debemos sacar a relucir nuestras dotes de diálogo para cada caso, de forma tal que los contertulios, queden satisfechos.
Se trata de ser personas y no máquinas, que por cierto cada día hay más. No es que tenga yo nada en contra de la tecnología, si no que quería decir, que a las máquinas las debemos dirigir los hombres y no al contrario.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

viernes, 16 de agosto de 2019

ÉL NO LO HARÍA


Como cada año por estas fechas o un poco antes y coincidiendo con las vacaciones estivales, se ven perros, gatos, pájaros deambulando porque sus dueños los han abandonado.
Ellos no te abandonarían. No les abandones a su suerte, porque ellos están acostumbrados a vivir en la familia, tener comida, agua y compañía. Sea el animal que sea, no sabe buscar su alimento y morirá de hambre o atropellado por un coche.
Hay formas de que esto no ocurra: dejándolo al cuidado de un familiar, vecino o amigo… hasta la vuelta. También hay asociaciones donde puedes dejarlos y de la misma manera hay personas que, altruistamente, se ofrecen para cuidarlo mientras tú estás de vacaciones.
Son bonitos cuando son cachorros ¿verdad? Pues ahora que ya han crecido y no gustan tanto a los niños, no los abandones. Llévalos a una de las muchas asociaciones que hay para acogerlos.
Sé consciente de que, los cachorros de hoy serán adultos mañana. Si crees que no vas a ser capaz de cuidarlos, no los adoptes. Recuerda él no te abandonaría a tu suerte.
Yo comprendo que es un problema, que no cabe en una jaula u otros, en el maletero del coche.
Compréndelos tú a ellos que no te han elegido por dueño, y ahora se ven solos en la calle. Yo hablo de las cosas que conozco, pero debe haber muchas más soluciones, para que estos animalitos no se vean solos, en la calle, desvalidos y sin saber que hacer o donde ir.
No es tan difícil buscarle solución a este problema. Si ves que no vas a ser capaz de cuidarles el día de mañana, repito, no los adoptes, ellos no te han elegido a ti, sino tú a ellos.
Ahora es la hora de dar la cara y buscarles un refugio mientras tú te diviertes.
Piensa en lo que les gustan a tus hijos y el cariño que ellos dan.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

jueves, 15 de agosto de 2019

APODOS


Existen desde que el mundo es mundo. Te pueden preguntar pos Juan Leiva y nadie sabe quién es. Sin embargo si les dices: “si hombre Juanillo ese que trabajaba en la EMT”, entonces lo conoce todo el mundo.
Desde lo más remotos tiempos se llama y se conoce a mucha gente más por su apodo que no por su nombre. Si la persona apodada no se ofende, no hay problema ninguno. Lo malo sería que no le gustase su apodo.
También existen los diminutivos: de Rafael, Rafa; de Francisco, Fran o Francis; de Elisa, Eli; de Maruja, Maru; de Miguel, Migue; de maría, Mari.
Además existen los nombres que significan igual: de José, Jose, Pepe o Pepillo, de Francisco, Paco; de Manuel, Manolo, de Antonia, Toñi; de dolores, Lola; de Mercedes, Merche…
Muchas veces, no nos acordamos del nombre de una persona y por vergüenza no queremos preguntarle. Pero no existe problema ninguno, se le dice. Tu nombre o su nombre, por favor, que no me acuerdo y si hay confianza, pues él te lo recuerda y asunto arreglado.
Hay nombres que no se nos olvidan nunca, y son probablemente, los de las personas, que por algún motivo, no apreciamos. Curioso. ¿Verdad?
Yo me llamo, como sabéis José Antonio y me llaman José, Pepe, Jose, Antonio, José Antonio (los menos) y, a veces, Paco o Manolo, pero yo si contesto a quien sea, si bien le corrijo.
La mayoría de las personas me conocen por José. O José el de la Antonia, que es mi madre. A mí no me ofende que cualquier persona me confunda con otra o simplemente se equivoque de nombre.
Volviendo a los apodos, hasta los artistas lo tienen o se buscan un seudónimo. Por ejemplo Pepa Flores no es nadie, pero si decimos Marisol, todo el mundo la conoce.
Si decimos el cantante Manuel García me gusta. Nos contestarán: y ¿Quién ese hombre, la contestamos: Manolo Escobar. Exclamarán: ¡ah claro!, el del carro.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

miércoles, 14 de agosto de 2019

INOCENTES Y ENFERMOS PSÍQUICOS


De ambos hay más de los que pudiera parecer. Si vas por la calle y te fijas un poco, hay inocentes (niños y mayores) por todas partes. Van paseando solos o acompañados por algún familiar o asistente.
Los hay que andan solos y a otros los llevan en carritos, paseándolos como seres humanos que son. Unos sonríen, otros hacen muecas, otros les cuesta caminar…Es una pena que sean tan numerosos.
Si vamos a lo nuestro, no nos damos cuenta de lo cerca que los tenemos. Son personas como tú y como yo y no se les debe discriminar, sino echarles una mano si se ven perdidos o les cuesta caminar. Te lo agradecerán en el corazón, porque son muy cariñosos.
Enfermos psíquicos hay más todavía, lo que pasa es que no van al médico, se medican por si solos o simplemente lo ocultan. Si hablas con la gente, te cuenta: “pues yo también tomo una pastilla para poder dormir”, o te dicen: “yo padezco stress, pero sigo adelante en mi trabajo, porque si no quién va a llevar el sueldo a casa”
Y prosiguen: “tengo tantos o cuantos niños y mi mujer no puede trabajar. Tengo que seguir como sea”.
Luego estamos los que no tenemos remedio. Nuestra cabeza, por lo que sea, no funciona como debiera.
Acudimos al/la psiquiatra y nos manda un tratamiento. Hay quien no lo quiere tomar y es la ruina para su casa.
Otros reconocemos nuestra deficiencia, nos tomamos nuestro tratamiento, y estamos estables, o sea controlados con pastillas o inyecciones, que son drogas, pero que las necesitamos y no nos negamos a tomarlas.
La culpa de esto último y de los enfermos psíquicos es la sociedad consumista en la que vivimos. En los trabajos te exigen más y más y eso pocas personas lo aguantan.
En muchas familias hay algún enfermo. Algunos no salen de casa siquiera, otros deambulan por esas calles buscando alguien que les comprenda.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

martes, 13 de agosto de 2019

EL CHICO DE LA BOLSA


Había una vez un chico que se paseaba por toda la ciudad con una bolsa. La gente le preguntaba: Pedrito ¿A dónde vas? Él les respondía con dulzura: “Voy a mi tarea, a echar un rato por ahí”.
A la gente le intrigaba el saber qué llevaba en la bolsa, pero les daba vergüenza preguntarle.
Porque claro, no era de su incumbencia lo que llevara o dejara de llevar. Era cosa de él.
El caso es que nuestro personaje salía todos los días de casa, a hacer su tarea o parte de ella, porque parte del día lo dedicaba a cuidar a su familia, a ver a los amigos, a visitar enfermos… y cosas por el estilo.
Pedrito era un caso especial, saludaba a su gente, hablaba con los amigos, sin reparo y vivía en una gran ciudad, que él recorría todos los días, para ver a sus amigos y cumplir con la obligación, que le habían encomendado. Pedrito era un chico agradable, veraz, amigo de los amigos y de los que lo son menos, pues también.
 Se llevaba bien con casi todo el mundo y es que este chico tenía sangre especial en su corazón, que le llevaba a tratar de ayudar a la gente en lo que estuviese en su mano, en cada momento.
No creáis que Pedrito era hijo de un Rey, por tener sangre especial que se puede confundir con la sangre azul, propia de los reyes´. Pues no, nuestro protagonista era un trabajador nato, que le gustaba su trabajo.
La gente lo veía como un vividor, porque se lo encontraban por todas partes y es que la gente no sabía cúal era su faena, que llevaba con ainco, pero a pesar de todo, las personas veían en él un vago, un vividor y hasta le ofendían y le pegaban.
La realidad es que le tenían envidia, porque sus ojos no veían la tarea, la tarea que el chico realizaba las 24 horas del día.
Moraleja: si quieres agradar a la gente, solo tienes que hacer lo que ellos ven bien y ser tú un monigote de los demás.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

lunes, 12 de agosto de 2019

HÉROES SIN NOMBRE


En este mundo injusto, todavía quedan much@s hombres y mujeres, que se ofrecen para ayudar cuando hay catástrofres, como incendios, terremotos, mareas negras…
También son héroes sin nombre los policías, los bomberos, los médicos y demás sanitarios, las distintas ONG (médicos sin fronteras, cáritas, voluntarios religiosos o no que se ofrecen para ayudar allá donde haga falta…)
Estas personas son como tú y como yo, que podemos ayudar, por ejemplo, cuando hay un accidente, cuando una persona se desmaya o simplemente haciendo el bien nuestro trabajo. Sobre todo las personas que lo hacen de cara al público.
En el caso de los trabajadores hay que tener vocación, como yo siempre digo, realizando su tarea a gusto. Vamos que casi no les pesa y lo hacen con una sonrisa en los labios.
Desgraciadamente no todo somos iguales y la mayoría hacen su trabajo solo por dinero y no son capaces de hacerles un favor ni a su padre. Yo no quiero echarle en cara nada a nadie, porque este mundo es así y tenemos que convivir un@s y otr@s.
La ocasión de hacer el bien a los ciudadanos de a pie, se nos presenta en cualquier momento del día. Por ejemplo ayudar a bajar o subir al bus a alguien que no puede bien, que va cargada con la compra o una mujer que lleva el carrito con su bebé.
Es cuestión de molestarse un poco, al ver a alguien necesitado. También podemos ceder el asiento en el bus. Es tan fácil, por momentos, hacer a una persona feliz, que da coraje que haya personas que no se impliquen en nada. Ni en su trabajo, ni en su misma familia.
Todas estas personas que he descrito son héroes sin nombre. No cuesta trabajo y casi ni esfuerzo físico. Esa persona que te saluda sin conocerte apenas, puede ser un héroe sin nombre. Si ves uno, ayúdale, no te arrepentirás.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

sábado, 10 de agosto de 2019

A QUIÉN LE IMPORTA


Es el título de una canción de Alaska y sigue: “lo que yo digo, a quién le importa lo que yo hago. Yo soy así y así seguiré, nuca cambiaré…” Pues yo me identifico bastante con lo que dice la canción, porque hay personas, (no todas), que están pendientes a ver que ven para criticarlo.
Por ejemplo: yo me siento cada tarde en un bar a escribir un artículo, pues resulta de que algunas personas vienen a ver lo que escribo, incluso uno de los camareros.
Yo escribo para que lo lea todo el que quiera, pero que no vengan a husmear, incluso a despreciar lo que hago. Yo si tengo algo es que no me tengo por nadie importante.
Voy a lo mío, como pienso que debería hacer la mayoría de la gente. No está bien el meterse en lo que hace el otro en su vida. Cada uno tiene su vida privada y no tiene porqué estar en boca de los demás, por culpa de unos descerebrados, que parece que no tienen nada que hacer y se dedican a sonsacar a la gente para irlo luego contando por ahí.
Otro día me ocurrió que dos personas estaban a ver cuánto cobraba yo, que si 2200 euros, que si 1500. Acaso le he preguntado yo a ellas lo que cobran. No me interesa, por lo tanto no pregunto.
A quién le importa lo que yo digo, expreso mis sentimientos, para quien los quiera leer y si le agrada, mucho mejor para todos. Sobre todo para mí, que sentiré que he hecho algo de provecho para la sociedad.
Yo no soy un vago de esos que hay por ahí. Me dedico a ayudar a mis padres en lo que puedo, haciendo la compra y ayudando en casa.
Eso por las mañanas, luego duermo la siesta, como y me voy para la Asociación, que está lejos de casa.
Cojo dos líneas de autobús y las mismas de vuelta. Por el camino, me paro a escribir, como dije antes, un artículo.
Vamos que no me aburro, tengo todo el día ocupado, pienso yo. Espero que nadie se moleste por mis palabras.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

viernes, 9 de agosto de 2019

UN VERANO DURO

Está siendo este de 2019, al menos el tiempo que llevamos de él. No es normal que en Málaga tengamos una semana seguida, entre 33 y 38 grados centígrados. Nuestro famoso viento de terral, nos pierde.
Cuando sopla levante, la cosa cambia. Sin ir más lejos, el verano   pasado tan solo tuvimos tres o cuatro días de este calor asfisiante.
Bueno, y aquí, en Málaga, podemos cantar victoria, porque en la mayoría de España y puntos de Europa, están teniendo 10 o doce grados más.
Lo que tiene el terral, es que es un calor húmedo, al contrario que las provincias del interior de España.
Con este calor, lo mejor que nos aconsejan las autoridades sanitarias, es que bebamos mucha agua y que no salgamos de casa entre las 12:00 y las 17:00 horas, si no es imprescindible.
Este calor y la ausencia de lluvias (en el Norte, porque en el Sur apenas lleve un poquito en otoño o invierno), favorece la proliferación de incendios, que arrasan miles de hectáreas en España, Europa y el resto del mundo.
Ya es un tópico, pero la culpa de todo ello es el cambio climático. Y ¿Qué puede hacer, el ciudadano de pie, para que dicho cambio no aumente?
Pues podemos ahorrar electricidad, coger menos el coche, comer menos carne, podemos reciclar…y poco más, porque no tenemos medios para ello.
Pienso yo, que deberían ser las naciones y en concreto sus dirigentes, los que deben tomar cartas en el asunto.
Nosotros, lo único que podemos hacer, es llevar a cabo las decisiones de esos expertos que son los políticos.
Volviendo al calor, está haciendo mella, sobre todo en personas mayores y niños. Yo, particularmente, lo aguanto bien, pero las personas que padecen de los pulmones (asma, bronquitis…) y del corazón, lo están pasando mal.
Si no ponemos medios, se descongelarán los polos y quedarán inundadas ciudades a pie de mar.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

jueves, 8 de agosto de 2019

AGUA ES VIDA


Para quitar la sed, no hay nada como el agua fresca, no fría, porque entonces nos podíamos resfriar. Esto en verano, porque en invierno, con el frío natural, es más que suficiente.
Habrás oído decir: “te tomas un café y se te quita la sed”. Es cierto solo a medias, lo mejor es agua. Ni refrescos de cola, de naranja, de limón, ni cerveza…
Nada como el agua, que además no hace daño, mientras que los refrescos (algunos), tienen gases y otros cafeína (como los energéticos) y un chorro de polquerías que hacen daño a la salud.
La prueba de que lo que digo es verdad, es que la mayoría de estas bebidas es agua. Con agua se preparan todas las comidas, que nos prepara mamá. (me refiero a los guisos, que ya se están perdiendo).
Te bebes un vaso de agua y te sientes bien, si no la mezclas con café, licores u otros.
También están los zumos que si son naturales y exprimidos poco antes de tomarlos, son eficaces también y aportan vitaminas y fibra al cuerpo.
Hoy día, no hay nada natural. Para beber agua buena, te tienes que ir a la fuente y beber del chorro que mana de la sierra, cosa que comprensiblemente no nos podemos permitir.
Hace años, yo iba a la sierra a por agua, me traía en garrafas de plástico y bebía de la fuente. Esa es agua natural. Al embazarla en plástico , ya coge el gusto de este y no está tan buena.
El 75% de nuestro cuerpo es agua. En la misma proporción, el agua es parte de nuestro planeta, para que no nos falte el líquido elemento, que por cierto está asqueroso.
Si lo observamos bien, el hecho de que las nubes cojan el agua de los mares,  océanos, embalses…y luego la convierta en lluvia, es maravilloso como la naturaleza misma.
Bebe agua, que es lo mejor que podemos echarle a nuestro cuerpo rumboso
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA. 

miércoles, 7 de agosto de 2019

LAS CALLOSIDADES


Vulgarmente llamados “callos”, son durezas que salen en los pies y en las manos. En los pies salen de andar mucho, de llevar cazado inadecuado o de volcar el pie al andar. En las manos salen de trabajar duro y mucho.
Yo tengo en los pies, de andar mucho y de usar un calzado con orma ancha, con lo que el pie no va firme en la sandalia y de rozar se produce el callo.
Alguien que no los haya tenido nuca no sabe lo que duelen. Casi te impide andar. Yo me estoy echando una crema, que los alivia, pero no los quita. Lo curioso del caso es que tengo unos que me duelen y otros que no.
Me han aconsejado que vaya al callista, pero a mí no me convence que me corte un trozo de piel endurecida, porque los que me duelen no son los bastantes grandes para cortar.
También dicen que los liman y te ponen crema. Vamos que de momento te dejan como nuevo, pero a los dos meses o así tienes que repetir la operación.
Yo ya he encontrado la solución para que no me duelan y es poniéndome zapatillas de verano con calcetines finos. La verdad que ya estaba, que no podía ni andar y es que es un dolor, fuerte y molesto en forma de punzada.
Desde que uso zapatillas y calcetines, ya no me duelen y es un alivio. Si padeces este mal, acude a un callista o has como yo, ponte zapatillas y calcetines.
Hay otra cosa aun peor, que son los llamados vulgarmente “espolones”, que te crecen hacia el interior del pie. Mi padre los ha tenido, y  se ha visto obligado a ir al médico especialista, el cual le ha puesto una inyección donde está localizada la callosidad y se ha quedado como nuevo.
Parece de tontos o de bobos, pero es muy seria esta enfermedad. Pero es muy seria y como he dicho antes quien no la ha sufrido nunca, no sabe lo que es.
Vosotros diréis: “que cosas más raras escribe este hombre”, pero seguro que no son raras para quien la padece.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

martes, 6 de agosto de 2019

LA PUBERTAD


Es esa edad que no se es ni niña ni mujer, ni niño ni hombre. Sus cuerpos están cambiando física y psíquicamente. En cuanto a lo psíquico, está cambiando su forma de pensar. Ya no son niños, juegan a ser hombres, pero sus pensamientos no están muy claros todavía.
En cuanto a lo físico ya son alt@s, a las niñas les van creciendo los pechos,  ensanchan sus caderas y les viene el periodo. Los niños observan como le crecen sus músculos y ambos empiezan a tener bello en el pubis y se hacen las primeras masturbaciones.
Más tarde se irán fijando la una (entre 10 y 13 años) en el otro (entre 14 y 16 años) y viceversa. Los barones suelen ser más altos y fuertes que las muchachas, cosa en la que se fijarán ellas.
Mientras tanto a los chicos les va cambiando la voz de fina, propia de un niño, a ronca, propia de un hombre. Las muchachas no cambian el tono de voz, por eso, muchas veces, las llamamos cariñosamente niñas, cuando a lo mejor tiene 26 años.
Pronto vendrán los enamoramientos y las primeras copulaciones que, como no saben hacerlo (se debe hacer por cariño y no por acto sexual), pues los muchachos les hacen daño, en el pubis, a las muchachas sin querer.
La experiencia me dice que se ha de hacer muy poquita a poco, para no hacerse daño el uno y la otra (sobre todo). También deben usar preservativos, porque si no corre el riesgo de quedar embarazada la chica.
Durante este tiempo l@s muchach@s se vuelven rebeldes y no hacen caso de nada (cosa más o menos natural y nos ha ocurrido a todos). No escuchan a sus padres y les dan muchos problemas.
Empiezan a querer tener dinero y ser independientes. Algunos dejan los estudios “porque es un royo” y quieren empezar a trabajar, para poder invitar a las chicas a un refresco, un helado, o un café…Buscan sensaciones fuertes, les gusta el riesgo y lo más malo del asunto es que se pueden iniciar en las drogas, en las pandillas que suelen formar.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

lunes, 5 de agosto de 2019

LA FORMA DE CONDUCIR


No ha cambiado mucho desde que yo era conductor de la EMT. Lo que si han cambiado mucho son los coches, autobuses, camiones y motos. El tráfico es más complejo, más variado y se tiene más responsabilidad a la hora de conducir cualquier vehículo.
Yo no conduzco ya y no lo echo de menos, porque es una tarea muy estresante. La calle está muy peligrosa con los vehículos que corren mucho y el tráfico, como he dicho, es muy diverso, también el de peatones.
Digo que no ha cambiado mucho, pero si los vehículos. Antiguamente no tenían, sobre todo los turismos: servo dirección, embrague asistido, airbag, elevalunas eléctrico, freno asistido también… lo que hace la conducción más cómoda.
Los camiones y autobuses tienen ahora freno eléctrico, dirección más suave con una sola mano se les puede dar vueltas al volante, que ellos llama “el rosco”, lo que facilita más, si cabe, la incorporación de la mujer.
La conducción de un vehículo implica mucha responsabilidad. Hoy más que hace años, porque hoy en cualquier accidente entre vehículos o con un peatón, tienes un juicio y, si tienes la culpa, te quitan puntos o definitivamente el carnet, según la gravedad del caso. Te hacen pagar los desperfectos del contrario y te quedas con el tuyo roto y si por tu culpa se hiere o muere una persona, podrías ir a la cárcel.
Las leyes son menos permisivas, pero muchos se las saltan a la torera, no respetan las normas de circulación, los más jóvenes y con vehículos más pequeños (motos, bicicletas y patinetes eléctricos), son los más infractores.
No le temen a nadie, se creen dueños de la calle. Cada uno se cree que lo hace mejor que nadie y no es cierto. Bien es verdad que ellos se sienten seguros, pero ¿y si se les cruza otro que va como ellos? Buenos conductores hay pocos y están muy contados.
La buena conducción ha sido y será siempre cuestión de paciencia, respeto mutuo, ser permisivos, comprensivos y colaboradores con los demás usuarios.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

sábado, 3 de agosto de 2019

OPINIONES


Yo creo que hay tantas como personas, tan solo que algunas suelen coincidir, con matices, en algunas de dichas opiniones. De lo que más hablamos es de la salud y del estado del tiempo.
“Nunca llueve a gusto de todos”. Que cierto es este refrán. Porque nunca estamos de acuerdo plenamente. Aunque solo sea una tontería, siempre tenemos algo que añadir al comentario. Pelillos a la mar.
Cada uno miramos para sí mismo, lo que le conviene particularmente y no lo que viene bien a todos y eso es un poco egoísta.
Si llueve mucho, molesta, si poco, debería llover más. Nunca estamos de acuerdo.
En cuanto a la salud, todos tenemos achaques, que siempre parecen ser mayores que los de la persona con la que hablamos. No sé cúal de ellas tiene la razón, pero el caso es que no damos nuestro brazo a torcer nunca.
En cuestión de deportes, nuestro equipo o deportista es el no va más y los demás, no valen. Todos tenemos uno preferido, pero eso no quita que demos la razón al contrario, cuando vence.
Eso es actuar deportivamente, sabiendo aceptar la derrota y muy a pesar nuestro, felicitar al campeón o campeones, que se han llevado el partido o la competición el día de hoy. Más días vendrán y ya veremos el que, al final, se lleva el trofeo o la copa de la temporada.
Solemos hablar mal de las personas, criticándolas detrás de ellas. Si algo tienes en contra mía, dímelo a la cara y hablaremos a ver quién tiene más razón. El caso es que nuestra opinión prevalezca sobre la de los demás. Somos engreídos a más no poder y esto no es bueno para nosotros.
Nos metemos en lo que no nos importa, como por ejemplo, con la forma de vestir o actuar ante un problema dado. Allá cada uno con sus menesteres y nosotros a lo nuestro, que es lo que de verdad nos interesa y por lo que debemos mirar.
La verdad es que somos criticones y eso no es una virtud precisamente.
JOSÉ ANTONIO MERIDA.

viernes, 2 de agosto de 2019

LA COTORRA ARGENTINA


Es el pájaro aquí apodado “el periquito verde”. La trajeron de ese país unos turistas, que al ver que molestaba por su canto ronco y repetitivo, la soltaron y como era una pareja, pronto se reprodujeron, lo que hacen con suma facilidad y ahora forman una colonia, por lo menos en Málaga.
Es un ave invasora que se come todo lo que pilla. Ataca a los sembrados del campo y se come hasta la raíz de las plantas y, por lo visto, ataca también a las palomas y tórtolas, o sea, es omnívora.
Van en bandadas de siete u ocho y son muy escandalosas (por algo la dejaron ir esta familia), vuela muy rápido y se desplaza a los campos a buscar comida.
Es conocida por todo el mundo porque llama la atención su canto, que es fuerte y se deja ver, pero no coger. No para nada más que para comer y en sitios altos, por lo que es difícil eliminarla, ya que hace mucho daño.
Es de color verde chillón y si ves una herida, no trates de cogerla, que te picará con su fuerte pico, preparado para devorar todo lo  que pilla.
También es invasora la tórtola turca, pero esta no hace daño. Anda o vuela por la ciudad buscando comida. Es similar a la paloma, pero más viva, no deja que nadie se acerque a ella.
Otro invasor es el mejillón tigre, que habita en nuestras costas. Llamado así porque se come todo lo que pilla. Vino a España en el agua que cambian los barcos en sus maniobras. Es también un bicho malo.
Pero nuestra protagonista es la cotorra, que si la ves es tan bonita como escandalosa. No trates de cazarla, porque no lo conseguirás, porque además de volar muy rápido, no se para en tejados, ni en cualquier sitio.
La única forma de cogerla es matándola con una escopeta, cosa que no sé si está o no prohibido.
Pasan raspando los tejados a ver si hay comida. Es bonita, pero su canto, similar al de un graznido, hace que nadie la quiera como mascota.
Solo los bichos malos se reproducen con mucha facilidad y son dañinos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

jueves, 1 de agosto de 2019

ABIERTO POR OBRAS


Eso dice el cartel publicitario, que el Ayuntamiento de Málaga ha puesto en los autobuses urbanos de la capital, (Refiriéndose a las obras de la Alameda), y añade: “en obras más viva que nunca”.
En lugar de gastarse el dinero en publicidad, lo que tendrían que hacer es abreviar, porque los malagueños y los visitantes estamos un poquito altos de los desvíos por culpa de las obras de la Alameda y el Metro (Conductores y peatones) y es que duran ya varios años y la gente empieza a cansarse.
Ya se sabe que no es cosa de dos días, pero ya se están pasando.
Todos los coches tienen que desviarse alrededor de la Alameda y para los autobuses urbanos han habilitado paradas en otras calles, que incomodan a conductores y viajeros.
De todos es sabido que todo es por falta de dinero, que sino estaría todo listo. Que lo saquen de donde puedan porque la cosa ya pasa de castaño oscuro, o sea, que terminen de una vez.
Cuando esto ocurra estará todo muy bonito y esperamos que igualmente práctico, porque se están tomando su tiempo, como para que quede como una flor en primavera.
Todo esto nos está costando a los malagueños mucho dinero, porque los políticos no pagan nada de su bolsillo. Por estos y otros motivos, les pedimos que vayan terminando, que ya está bien la broma.
El Metro está muy bien, pero por otra parte es un gasto grandísimo y un capricho de los Ediles, que traen a los malagueños y visitantes de cabeza por tanto desvío por obras.
Si hubiera dinero de los contribuyentes, bueno está que hagan obras, son un bien para todos, pero con la crisis que hay y de la que parece que estamos saliendo, no es el momento adecuado, vamos pienso yo, para meterse en una obra de tal magnitud.
Habrá que tener un poco más de paciencia y esperar que esto termine pronto y felizmente para todos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.