Yo creo que hay tantas como personas, tan solo que algunas
suelen coincidir, con matices, en algunas de dichas opiniones. De lo que más
hablamos es de la salud y del estado del tiempo.
“Nunca llueve a gusto de todos”. Que cierto es este refrán.
Porque nunca estamos de acuerdo plenamente. Aunque solo sea una tontería,
siempre tenemos algo que añadir al comentario. Pelillos a la mar.
Cada uno miramos para sí mismo, lo que le conviene
particularmente y no lo que viene bien a todos y eso es un poco egoísta.
Si llueve mucho, molesta, si poco, debería llover más. Nunca
estamos de acuerdo.
En cuanto a la salud, todos tenemos achaques, que siempre
parecen ser mayores que los de la persona con la que hablamos. No sé cúal de
ellas tiene la razón, pero el caso es que no damos nuestro brazo a torcer
nunca.
En cuestión de deportes, nuestro equipo o deportista es el no
va más y los demás, no valen. Todos tenemos uno preferido, pero eso no quita
que demos la razón al contrario, cuando vence.
Eso es actuar deportivamente, sabiendo aceptar la derrota y
muy a pesar nuestro, felicitar al campeón o campeones, que se han llevado el
partido o la competición el día de hoy. Más días vendrán y ya veremos el que,
al final, se lleva el trofeo o la copa de la temporada.
Solemos hablar mal de las personas, criticándolas detrás de
ellas. Si algo tienes en contra mía, dímelo a la cara y hablaremos a ver quién
tiene más razón. El caso es que nuestra opinión prevalezca sobre la de los
demás. Somos engreídos a más no poder y esto no es bueno para nosotros.
Nos metemos en lo que no nos importa, como por ejemplo, con
la forma de vestir o actuar ante un problema dado. Allá cada uno con sus
menesteres y nosotros a lo nuestro, que es lo que de verdad nos interesa y por
lo que debemos mirar.
La verdad es que somos criticones y eso no es una virtud
precisamente.
JOSÉ ANTONIO MERIDA.
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