miércoles, 7 de agosto de 2019

LAS CALLOSIDADES


Vulgarmente llamados “callos”, son durezas que salen en los pies y en las manos. En los pies salen de andar mucho, de llevar cazado inadecuado o de volcar el pie al andar. En las manos salen de trabajar duro y mucho.
Yo tengo en los pies, de andar mucho y de usar un calzado con orma ancha, con lo que el pie no va firme en la sandalia y de rozar se produce el callo.
Alguien que no los haya tenido nuca no sabe lo que duelen. Casi te impide andar. Yo me estoy echando una crema, que los alivia, pero no los quita. Lo curioso del caso es que tengo unos que me duelen y otros que no.
Me han aconsejado que vaya al callista, pero a mí no me convence que me corte un trozo de piel endurecida, porque los que me duelen no son los bastantes grandes para cortar.
También dicen que los liman y te ponen crema. Vamos que de momento te dejan como nuevo, pero a los dos meses o así tienes que repetir la operación.
Yo ya he encontrado la solución para que no me duelan y es poniéndome zapatillas de verano con calcetines finos. La verdad que ya estaba, que no podía ni andar y es que es un dolor, fuerte y molesto en forma de punzada.
Desde que uso zapatillas y calcetines, ya no me duelen y es un alivio. Si padeces este mal, acude a un callista o has como yo, ponte zapatillas y calcetines.
Hay otra cosa aun peor, que son los llamados vulgarmente “espolones”, que te crecen hacia el interior del pie. Mi padre los ha tenido, y  se ha visto obligado a ir al médico especialista, el cual le ha puesto una inyección donde está localizada la callosidad y se ha quedado como nuevo.
Parece de tontos o de bobos, pero es muy seria esta enfermedad. Pero es muy seria y como he dicho antes quien no la ha sufrido nunca, no sabe lo que es.
Vosotros diréis: “que cosas más raras escribe este hombre”, pero seguro que no son raras para quien la padece.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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