No ha cambiado mucho desde que yo era conductor de la EMT. Lo
que si han cambiado mucho son los coches, autobuses, camiones y motos. El
tráfico es más complejo, más variado y se tiene más responsabilidad a la hora
de conducir cualquier vehículo.
Yo no conduzco ya y no lo echo de menos, porque es una tarea
muy estresante. La calle está muy peligrosa con los vehículos que corren mucho
y el tráfico, como he dicho, es muy diverso, también el de peatones.
Digo que no ha cambiado mucho, pero si los vehículos.
Antiguamente no tenían, sobre todo los turismos: servo dirección, embrague
asistido, airbag, elevalunas eléctrico, freno asistido también… lo que hace la
conducción más cómoda.
Los camiones y autobuses tienen ahora freno eléctrico,
dirección más suave con una sola mano se les puede dar vueltas al volante, que
ellos llama “el rosco”, lo que facilita más, si cabe, la incorporación de la
mujer.
La conducción de un vehículo implica mucha responsabilidad.
Hoy más que hace años, porque hoy en cualquier accidente entre vehículos o con
un peatón, tienes un juicio y, si tienes la culpa, te quitan puntos o definitivamente
el carnet, según la gravedad del caso. Te hacen pagar los desperfectos del
contrario y te quedas con el tuyo roto y si por tu culpa se hiere o muere una
persona, podrías ir a la cárcel.
Las leyes son menos permisivas, pero muchos se las saltan a
la torera, no respetan las normas de circulación, los más jóvenes y con
vehículos más pequeños (motos, bicicletas y patinetes eléctricos), son los más
infractores.
No le temen a nadie, se creen dueños de la calle. Cada uno se
cree que lo hace mejor que nadie y no es cierto. Bien es verdad que ellos se
sienten seguros, pero ¿y si se les cruza otro que va como ellos? Buenos
conductores hay pocos y están muy contados.
La buena conducción ha sido y será siempre cuestión de
paciencia, respeto mutuo, ser permisivos, comprensivos y colaboradores con los
demás usuarios.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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