martes, 6 de agosto de 2019

LA PUBERTAD


Es esa edad que no se es ni niña ni mujer, ni niño ni hombre. Sus cuerpos están cambiando física y psíquicamente. En cuanto a lo psíquico, está cambiando su forma de pensar. Ya no son niños, juegan a ser hombres, pero sus pensamientos no están muy claros todavía.
En cuanto a lo físico ya son alt@s, a las niñas les van creciendo los pechos,  ensanchan sus caderas y les viene el periodo. Los niños observan como le crecen sus músculos y ambos empiezan a tener bello en el pubis y se hacen las primeras masturbaciones.
Más tarde se irán fijando la una (entre 10 y 13 años) en el otro (entre 14 y 16 años) y viceversa. Los barones suelen ser más altos y fuertes que las muchachas, cosa en la que se fijarán ellas.
Mientras tanto a los chicos les va cambiando la voz de fina, propia de un niño, a ronca, propia de un hombre. Las muchachas no cambian el tono de voz, por eso, muchas veces, las llamamos cariñosamente niñas, cuando a lo mejor tiene 26 años.
Pronto vendrán los enamoramientos y las primeras copulaciones que, como no saben hacerlo (se debe hacer por cariño y no por acto sexual), pues los muchachos les hacen daño, en el pubis, a las muchachas sin querer.
La experiencia me dice que se ha de hacer muy poquita a poco, para no hacerse daño el uno y la otra (sobre todo). También deben usar preservativos, porque si no corre el riesgo de quedar embarazada la chica.
Durante este tiempo l@s muchach@s se vuelven rebeldes y no hacen caso de nada (cosa más o menos natural y nos ha ocurrido a todos). No escuchan a sus padres y les dan muchos problemas.
Empiezan a querer tener dinero y ser independientes. Algunos dejan los estudios “porque es un royo” y quieren empezar a trabajar, para poder invitar a las chicas a un refresco, un helado, o un café…Buscan sensaciones fuertes, les gusta el riesgo y lo más malo del asunto es que se pueden iniciar en las drogas, en las pandillas que suelen formar.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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