martes, 30 de abril de 2019

DULCE CARA DE MUJER


Las mujeres tienen en el rostro un aire puro que atrae a los hombres, hasta su perdición, que es el enamoramiento. Su piel es linda, su sonrisa embaucadora. Envenena los libres aires del hombre, que queriendo o no, cae en las garras de la fiera y ya no puede librarse de ella, por muy macho que sea el hombre.
Tiene en sus ojos y en su sonrisa el don de enamorar al hombre, que quiera o no, se ve envuelto en los ojos de tan leal compañera, que mira de reojo a su futuro marido.
La dama es compañera inseparable del caballero, que quiera o no se verá enjaulado por las artes de la mujer, que sabe lo que quiere de tan apuesto galán, que es su compañero de penas y alegrías.
El hombre, macho de la pareja deberá controlar la unión de este con la mujer y esta deberá vigilar el comportamiento del hombre en la familia, de los hijos y de los ingresos en metálico, para que la casa marche sobre ruedas redondas u no cuadradas.
Hoy día la mujer también trabaja por lo que las necesidades monetarias están aseguradas, en una familia normal. El problema son los niños, que tienen que quedar en guarderías o al cuidado de los abuelos, que son un soporte importante para la familia.
El hombre que lo es se ha de unir a una mujer, casarse y tener hijos, que engrandecerán su unión hasta llevarlos al Cielo, por su sacrificio de tan grande cargo como es el de criar hijos y que luego se vayan y dejen los abuelos solos, a espensas de lo que los hijos los quieran asistir y ayudar económicamente.
Los hijos se tienen, se crían y luego se van con su pareja a vivir una vida similar a la de sus padres, que siempre estarán al cuidado de sus retoños, por si algo les habrán de necesitar.
Todos formamos una gran familia, a espensas de lo que la suerte nos quiera deparar, ayudados del esfuerzo de los unos para los otros, siempre con la bondad de la Providencia.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

lunes, 29 de abril de 2019

LAS ELECCIONES


Lo importante no es a quien le votes hoy, sino votar por alguno y que salga la voluntad popular, para que el país vaya como tiene que ir, o sea, bien. Que haya prosperidad económica para todos, trabajo de calidad y una apuesta por los jóvenes.
La enseñanza tiene un carácter impotente en la política de un país. También los jubilados y los más pobres. Que recaiga la bonanza para todos y que los gobernantes no sean corruptos.
En estas elecciones nos jugamos el bien del país durante los próximos cuatro años. No olvides votar, que los ricos votan siempre, los pobres somos dados a estos menesteres. El Congreso y el Senado de este país tienen que sacarlo adelante y para ello es imprescindible tu voto.
Son un puñado de congresistas y senadores que sacarán las leyes que les convengan a su partido. Vota para que salgan los nuestros, que sea nuestro partido el más votado.
Yo no me decanto por ningún partido, que cada cual obre en consecuencia y  triunfaremos todos.
Hay una gran expectación sobre el partido que se llevará el gato al agua, porque hay muchos votantes nuevos y otros indecisos, por lo que cualquiera puede ganar.
Cada papeleta es importante, porque juntas forman una mayoría que espero sea absoluta para los pobres, que somos los más necesitados.
Es importante que se haga una economía de masas y no de unos pocos.
La papeleta sepia es para el Congreso y la blanca para el senado. No te confundas y metas dos iguales. Mi amigo Pepe quería echar dos blancas y yo le dije que era una de cada clase.
A ver si tú no te confundes y ganamos, que nos lo merecemos. Un Gobierno fuerte y leal que lleve al país por las sendas del bien y que triunfemos en el mundo entero.
Que vivan España y los españoles y nuestra valentía y arrojo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

sábado, 27 de abril de 2019

EL PADRE


Es el más fiel colaborador de las madres, aunque son un poco más liberados y les gusta andar con sus amiguetes y tomando café o una copa en el bar con los amigos, son por lo general los que llevan el dinerito a casa.
También quieren a los hijos, pero de distinta forma. Ellos tratan de darles consejos que le puedan ser útiles en la vida y que profesión le convendría más según la actualidad económica.
Como todos, el padre se equivoca, también la madre y en un momento dado puede dar un consejo erróneo a sus hijos, pero es de humanos el yerrar y no es la intención del padre el llevar por camino equivocado a sus hijos, si no todo lo contrario.
El padre es más de calle que de estar en la casa como le ocurre a la madre. Le gusta estar con sus amiguetes jugando una partida al mus o al dominó o simplemente dando un paseo solo o a comprar una lotería a ver si le toca y puede mejorar la economía familiar.
Hombre y mujer hacen la pareja perfecta. Uno pone unas cosas otro pone otras y llevan la casa para adelante. La mujer es más sufrida, se preocupa más por las cosas. El hombre también sufre, pero a su manera. Se fuma un cigarrito y sigue para adelante, cosa que ahora también hacen las mujeres.
Los hombres somos más infieles que las mujeres y más celosos de su pareja a la que no gusta ver salir de acá para allá con unos y con otros, como hace él.
Modernamente la mujer tiene que trabajar fuera de casa y el hombre no lleva tan bien como las féminas, las tareas del hogar recayendo estas en la mujer, cosa que no es justa.
Lo bonito sería el compartir las tareas de fuera y de casa al 50%, saliendo, en este caso beneficiada la mujer respecto a como se hace actualmente.
El respeto es lo más bonito que se pueden tener un hombre y una mujer y la confianza depositada durante largos años de matrimonio y de luchar por el trabajo, por los hijos y por la casa.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

LAS MADRES


Son las más fieles cuidadoras de sus retoños. Aunque tengan 50 años, son sus niños y como tales los quieren y los miman. Aunque tenga 3 o 6, los quieren a todos por igual. Son las más fieles y leales veladoras del bien de sus niños.
Desde el más pequeño al más grande, lo cuidan como a su bebé, aunque esté ya crecidito. Son muy sufridas porque se desviven por cualquier cosa que le pueda pasar a sus hijos.
No tienen distinción de sexo ni edad, para ellas son todos sus hijos queridos y no los cambiarían por nada. Sufren en silencio los problemas de sus hijos y se desviven porque tengan todo lo que necesitan, aunque se lo tenga que quitar de sí misma.
Que nadie ofenda a sus hijos que, como leona vendrá a defenderlos y a luchar por su honor, que es el más alto en una escala del 0 al 100, porque son sus hijos del alma.
No encontrarás una madre mala, que no vele por sus niños, todos son buenos, cada uno a su manera, pero con garra fuerte. Que nadie ofenda a sus hijos, que son los mejores del mundo.
Puede que en un momento dado, madre e hijo no se entiendan, pero la madre pasará la mano en señal de amistad y todo quedará solucionado al instante.
Los que no somos buenos somos los hijos para las madres, que las tratamos de cualquier manera y no les tenemos el respeto debido a la que te dio a ti el ser de hombre o mujer.
Di mamá necesito tal o cual cosa y si la tiene puedes contar con ella. Si tiene un dinerito, no es para ella, es para la casa, para comer y vestir todos sin diferencia.
Siempre miran más por el más apocado, por el más débil.
No te metas con mi madre, que mujeres hay muchas ya ti te encontré en la calle.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

viernes, 26 de abril de 2019

SOLO


Me encuentro en la Asosiación Al Farala porque no viene nadie por aquí. Yo llego, enciendo el ordenador, escribo mis textos, los publico en Facebook, los guardo en un pendroit que tengo, se los mando a mis contactos y los imprimo para tener una copia en papel y cuando termino, cierro y me voy para casa sin haber visto a ningún compañer@.
Es un poco triste y eso que a mí me gusta la soledad, el venir desde tan lejos y no poder hablar con nadie ni compartir un ratito de ocio en comunidad, con los amigos que son muchos, pero que dicen que les resulta difícil venir por aquí.
Mi único consuelo es que mis contactos puedan leer lo que escribo con tanto cariño para tod@s y que me gustaría que los leyesen todos y comentarlos, los fallos que puedan tener, la posibilidad de escribir sobre un tema dado.
Como no le busquemos una solución a esto llevamos mal camino porque hoy por hoy Alfarala es para mí solo, o al menos cuando yo vengo no hay nadie.
Antaño asistíamos a las reuniones y nos juntábamos más de veinte y ahora ya no viene nadie. Para mi es duro decirlo, pero todo esto empezó cuando nos trasladaron a la Colonia, que está alejada del centro.
Mucho peor va la cosa desde que estamos en el Puerto, sin monitor. Si tenemos un problema, nos las tenemos que apañar por nuestra cuenta.
No hay nadie que se responsabilice de abrir y cerrar a una hora las oficinas y por eso la gente no viene nunca, porque temen irse de vacío.
Nos tenían que buscar una oficina más cerca del centro. Entonces si que iría la gente. Es que hay que coger dos autobuses para venir aquí y a mí no me cuesta nada, pero el que tenga que pagárselo de su bolsillo, le supone un pico grande, a pesar de los bono buses.
Confiemos que con el tiempo, los responsables se den cuenta del fallo y nos trasladen más cerca del centro para todos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

EL ORDENADOR


Es ese aparatejo que nos trae de cabeza desde hace 30 años acá. En todos los comercios y dependencias es el que controla todas las entradas y salidas del personal. Lleva las cuentas de todos los comercios y es el mejor amigo del dependiente de cualquier negocio o entidad. No hay mejor colaborador para todos.
Puede servir tanto a empresas, entidades, oficinas, comercios como a un particular para aquellos llevar sus cuentas y estos tener un entretenimiento para ellos y los chavales, que disfrutan de lo lindo jugando a los múltiples juegos que tienen u oyendo música.
Su inventor se merece una corona de flores, porque nos hace la vida más fácil a todos, aunque a veces no funcione o se quede atascado.
Si entras en una oficina de cualquier tipo, lo primero que te encuentras es un ordenador, más anticuado o sofisticado viene  a realizar múltiples tareas, desde llevar cuentas a diseñar una cocina o un salón.
En los comercios llevan la caja de todos los productos que venden y te dan el tikets de los productos que compras.
Yo creo que ya no podríamos vivir sin ordenador, es un compañero inseparable. Ya no hay contables ni secretarias, hay ordenadores uno por cada negocio u oficina.
En el bar, en la ferretería, en el banco, en la tienda de muebles, hasta en la pescadería, el que lleva la voz cantante es el ordenador, que lleva todas las cuentas.
Yo mismo, para publicar mis artículos, necesito un ordenador donde escribirlos, guardarlos en un pendroit e imprimirlos para tener copia.
Los niños disfrutan frente a la pantalla de un ordenador, sobre todo por sus juegos, que son muchos, chateando o navegando por internet, con las múltiples posibilidades que ello ofrece.
Solo una buena bicicleta atrae más a los niños que el ordenador, porque pueden pasearse con ella y hacer malabarismos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

jueves, 25 de abril de 2019

POBRES AGRADECIDOS


Este mes como he cobrado más, les he dado a unos pobres un poco de dinero y resulta paradójico lo agradecidos que son. Con unas cuantas de monedas se sienten como reyes y te lo hacen saber.
Una es una chica madre sin marido y con dos hijos que se alegró mucho cuando vio el dinero que le daba. Otro es un primo mío que no tiene ingresos y no puede trabajar, ya que está enfermo.
Yo soy pobre, pero desde ayer cobro un poquito más y me gusta dar una limosnilla a quien le pudiera hacer falta. No hay que desprenderse de una gran cantidad de dinero, basta con unas monedas que hacen feliz a un pobre que no tiene nada.
No podemos negar que somos un poco tacaños a la hora de dar algo. Nos cuesta desprendernos de unos euros, cuando nosotros tenemos muchos para nuestros gastos que también son importantes.
Hay muchas personas que viven de la caridad y muy pocos los que se acercan a ellos con intención de darles algo para que también puedan comer y vestir dignamente.
Son personas como nosotros y tienen unas necesidades mínimas que cubrir que no son tomar café o una copa en un bar. Eso si que no es necesario para nadie y algunos tenemos para eso y para más y no se nos ablanda el corazón ante una persona que pide unas monedillas.
Me gustaría que mi mensaje llegase a algunos de vosotros, algunos muy beatos, pero no dan ni los buenos días y eso no es justo conforme a la ley de ese dios que ellos defienden a capa y espada y que no es más que el demonio disfrazado.
Llevemos bien las cuentas que lo que es justo es justo y lo que no lo es no lo será nunca.
Prácticamente vamos a estar igual con un poco menos y ellos podrán llevar una vida decente, que no es estar rogando un céntimo en la puerta de un comercio.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

OTRA PRIMAVERA


Desde hace unos días estamos de nuevo en primavera, la que la sangre altera, la estación de las flores, la luz y del amor. En primavera se enamoran muchas parejas, porque es la mejor estación del año.
Un año más ha pasado, sin darnos cuenta, ya tenemos un añito más. Que conste que no le estoy diciendo viejo a nadie. Es un año más de vivencias, de bienes y parabienes.
No falla ningún año, después del invierno, la primavera y a seguir desojando la margarita, que un año de estos nos traerá la buena ventura a nuestro hogar, desolado por los malos augurios.
Que el señor de los vientos la ira y el bien nos depare buenas cosas este año, que ya va estando viejecito. El verano vendrá pronto, luego el otoño, luego el invierno y vuelta a empezar.
Yo me siento cansado del día a día porque todos parecen iguales y no ocurre nada nuevo. Todos los días son iguales de aburridos, monótonos y sin aliciente.
La primavera alegra los corazones, que estaban aletargados en el frío invierno. Es como un soplo de alegría, en un mundo donde predomina la tristeza.
Que el amor fluya en nuestros corazones todos los días del año. Que cada día sea una alegría para nuestro ser. Ya sea primavera, verano, otoño o invierno, que estemos contentos porque el mundo es bello y bella la vida nuestra.
Yo estoy desilusionado porque esperaba un bien en metálico y no ha llegado. Vendrá más tarde y será más la alegría al recogerlo.
Se me ha negado por razones de la burocracia, que tarde o temprano tendrá que venir a mí.
El dinero no lo es todo en la vida, pero ayuda asentirse dichosos, porque nos da el acceso a cosas materiales, que no lo son todo en la vida, pero ayuda a estar contento.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

martes, 23 de abril de 2019

UN NUEVO AMANECER


Sigo esperando hace años ya y de momento no llega. Vendría plagado de bienes para todos y sería lo mejor que nos pueda ocurrir. Un sol que alumbra noche y día, que no se cansa jamás de luchar por el bienestar de los terráqueos, nosotros.
Tarde o temprano ese día llegará y nos llenará de alegría, desde el más grande al más pequeño. Brillará con luz propia y nos alumbrará a todos, buenos y malos, que seremos todos buenos.
Está por venir y no tardará, lo que pasa es que nuestras mentes no saben ver. Solo vemos un mundo corrompido por las ansias del dinero, que no tienen fin, contra más mejor.
Los juegos, el deporte, el café con churros parecen llenar nuestro cuerpo y nuestro espíritu, pero hay algo mayor, inmensamente mayor, que es la salud del alma, que pocos conocen.
Mi alma se muere de pena porque estos desdichados solo buscan el bien material, tan preciso, pero más lo es el bien interior, que nadie sabe  de donde viene y a donde va.
Un nuevo amanecer espero, con ansias desde hace muchos años y este no llega, quizá porque no lo merecemos. El día que uno de nosotros haga la voluntad de Padre, este llegará, pero son muchos los alicientes de esta vida y eso tardará. No hay gente capaz de luchar con éxito contra la maldad.
Todos se conforman con el cariño de su familia, con su trabajo y con vestir bien y comer mejor. Yo voy más allá, quiero el bien para todos y que este sea eterno e incorrompible.
El sol, la luna, el  mar, todo lo tendremos en este nuevo mundo, que nadie conoce, pero que está por llegar y llegará pese a quien pese. No hay nada más cierto que tendremos un nuevo mundo.
El niño jugará con el aspid, la más asquerosa criatura será nuestra compañera y todos seremos felices.
Seamos todos algo más que compañeros, seamos hermanos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

lunes, 22 de abril de 2019

HACE TIEMPO


Que vengo buscando la felicidad y no la encuentro por ninguna parte. Será que la busco donde no está y me esquiva cuando voy a aparecer. Será que no doy una en el clavo.
Resulta que yo deseo que venga a mí, pero ella va por otro sendero, que no es el que yo tomo. Hace tiempo que no soy feliz. Quizá es que no hago lo que debiera.
La felicidad está dentro de cada persona y se manifiesta en el caminar de esta. Si no es feliz por algo ha de ser.
Yo busco el camino que me lleve a una vida mejor, menos rencorosa, más moralista, menos envidiosa, más dadivosa, con menos espinas y más flores. En definitiva, más realista, menos buscadora de rencillas y con más amor en sus entrañas.
Pero no la encuentro, por más que busco y es que este mundo tiene dos pares de costales. Cuando menos te lo esperas te la dan, por delante y por detrás y no te das ni cuenta que te la están dando con queso, cuando lo que yo busco es amor, solo amor.
Hace tiempo que cuando cuento cosas inenarrables, para todo el público que las quiera leer, pero parece que no llega lo suficiente a las personas, que yo trato de aconsejar, o que no soy lo suficiente elocuente para llegar al corazón de dichas personas.
Hace tiempo, mucho tiempo que me dedico exclusivamente a velar por los que posiblemente, puedan necesitar un buen consejo.
No soy yo mayor que tú, pero tengo mucha vida vivida y en circunstancias muy desagradables como para no saber mucho de este tiempo. Tiempo de dichas y desdichas para la gente de este mundo, que mira con recelo lo que pasa a su alrededor.
Cuento historias del mundo y de sus gentes, de sus cosas, de sus problemas, de sus ires y devenires, todo con la misma idea: llegar al corazón de mis lectores y ablandárselo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

sábado, 20 de abril de 2019

VER CLARO


Ver claro no es lavarse la cara por la mañana o limpiar las lentes de las gafas. Ver claro es ver las cosas como son y no como nos las pintan las gentes por las calles, que es una escuela para niños de treinta o cuarenta años.
Ver claro es andar pisando fuerte, sin resbalar ni tropezar por todos los caminos habidos y por haber, sin dudar, sin miedo a caerse, con pies de plomo que aplastan cualquier mal bicho, que se cruza en nuestro seguro caminar.
Los niños ven claro su sendero a donde se dirigen, porque no hay en sus ojos maldad y todo es amor en su mirada de pequeño matón contra el maligno, que no está en sus mentes.
Claro que si, que tú puedes ser como esos pequeñajos que se cruzan por la calle, con desdén y no les importan nuestros prejuicios, ni nuestra maldad de mayores, que anida en nuestro corazón y lo hace malo, malvado y poco humano.
Ver claro no es hacer lo que hacen en las películas, donde el bueno siempre gana al malo de aspecto terrorífico. No es ver una novela en la que el protagonista seduce a la dama con artes diabólicas y la lleva a su campo, de forma cruel y diabólica para hacerla su esposa.
Ver claro no es pasearse con un maletín lleno de papeles, que solo piden dinero a sus clientes, que acobardados se lo dan, porque no les queda otro remedio, ya que es el cobrador de impuestos, del gas, de la electricidad o de mil cosas que se deben en un hogar cualquiera.
Ver claro es ver la vida de una forma positiva, sin rencillas, sin miedo, con una sonrisa en los labios, con ganas de trabajar, de luchar contra el mal, que no es otra cosa que el odio que anida en los corazones de las personas malas.
Ver claro es levantarse por las mañanas con ganas de hacer cosas por la familia y por los amigos, sin descanso (nada más que lo preciso) y ayudar a los más desvalidos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

viernes, 19 de abril de 2019

EL DESTINO


Es algo que no podemos controlar. Cada uno tenemos el nuestro y nos tenemos que amoldar a él. A veces puede ser bueno, a veces cruel y a veces normalito. El caso es que nos tenemos que ceñir al él y acomodarnos como mejor podamos.
La buena o la mala suerte de la persona está escrita y nadie puede cambiarla. Es un juego en el que poco o nada podemos hacer. El destino viene dado por el comportamiento de la persona. Si esta es dócil y tratable, el destino se porta mejor con ella. En cambio si es errante e introvertida, mala tiene su suerte.
“Yo tengo que cambiar mi destino”, pues cambia antes tu personalidad, tu forma de tratar a las personas que te rodean, verás que cambia tu suerte. Un día u otro mejorará tu porvenir y serás agraciado con los bienes del destino.
El amor al prójimo y a si mismo son las bases de la buena suerte, que vendrá a ti sin llamarla, por su propio pie y sin moverte de tu sitio. Solo se trata de estar firme en tu puesto y dispuesto a lo que sea por mejorar tu vida.
La buena persona es el guía del destino de las gentes, la que guía el porvenir de cada persona hacia el bien o hacia el mal.
No te dejes llevar por malos augurios, que tu destino está echado y si cambia que sea para bien.
Nadie puede predecir su futuro, este viene dado por las circunstancias de la vida que hayas llevado y la que hayan llevado tus antepasados, que hacen que tengas una suerte envidiable y un camino de pétalos de rosa, sobre los que caminarán tus pies grácilmente. Que tu vida sea un rosal sin espinas, al que cuidarás con esmero, para que sea arte a la vista de tus hermanos, mayores y menores.
Se tú mismo el que dirige tu vida, con arte de buena persona, que no se queja de los males que le puedan sobrevenir.
Hombre se un caballero, mujer se una señora.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

miércoles, 17 de abril de 2019

PAZ INTERIOR


Es un bien que solo tienen aquellas personas que actúan acorde a sus sentimientos. Si sienten que tienen que hacer una cosa, la hacen sin desdén.
No les pesa ayudar a un prójimo necesitado, aunque la ayuda que le den sea para alcohol, tabaco o drogas. Se la dan y no les importa en qué se la gasten.
Van por la vida derrochando alegría, porque aunque no lo parezca, la hay y está al alcance de cualquier persona, que vive feliz su fugaz vida, que es dichosa, pese a quien pese.
La vida es bonita por donde quiera que la mires. No importa los tabúes o malos sentimientos de las gentes que no tienen corazón, porque el mal se lo ha robado.
Se sienten contentas consigo mismas, porque actúan de buena fe y no hacen caso de malos augurios, que a ningún sitio llevan. No les importa el qué dirán porque no son pájaros de mal agüero.
Caminan con paso firme y por senderos de la vida, que es única y amigable para el que tiene paz en su corazón, que ya van quedando pocos, porque el mundo es un lobo, que se come a los corderitos que tropiezan y caen heridos.
El interior de una persona es un tabú, que nadie sabe descifrar, porque los sentimientos son cosas personales y nadie es capaz de decir el porqué de la forma de actuar de una persona dada.
Si se siente feliz o no, es cosa suya. Nadie sabe porqué actúa de una forma u otra. Es cuestión personal e intransferible el sentimiento de cualquier hombre o mujer.
Solo los niños saben lo que es la paz interior, porque no se preocupan de los problemas de los mayores, llenos de miedo y malos sentimientos, que mancillan el pensar del ser humano hasta destruirlo.
El amor es el mejor aliado de las personas, porque hacen que se sientan dichosas.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

martes, 16 de abril de 2019

COMO OVEJAS SIN PASTOR


Se quedaron un grupo de hombres y mujeres que no tenían capacidad para arreglárselas por si solas. Para ello, en su día se creó una comunidad regentada por un hombre de bien, que les cuidaba, daba de comer y ayudaba en sus tareas, que eran trabajos manuales, informática y ocio en general.
Llegó un día, que por falta de medios económicos, mandaron a estos hombres y mujeres a una casa alejada y sin el buen hombre que los cuidaba.
Estas personas no querían estar solas. En lugar del hombre que los cuidaba, dejaron a dos o tres de los más despabilados a cargo de aquello que se suponía su hogar.
Para convencerlos les dijeron que allí estarían mejor, administrándose ellos mismos. Para ello les dieron un poco de dinero, para contentarlos, pero ellos no eran tontos. Les habían dado gato por liebre.
Cada cual cogió el camino que pudo, pero por el hogar no iban para nada. Era pequeño, con malos apaños y sobre todo les faltaba el pastor, que los guiase cuando se encontraran perdidos.
Los engañaron como a memos, creyéndose ellos mismo que saldrían adelante, que eran capaces, pero no lo eran. Estos pequeños necesitaban a alguien que los cuidase y se encargara de administrar el dinero.
Andaban como ovejas descarriadas y ninguno estaba conforme con el nuevo hogar, que les habían buscado.
Nadie iba por allí, algunos se ponían muy bien puestos, diciendo que eran autónomos, pero a la hora de la verdad, nadie estaba dispuesto a hacer nada por la casa ni por los compañeros.
Algunos de ellos eran tercos y seguían insistiendo en que solos estaban mejor.
Pero: ¿dónde estaban mejor? En un mundo que no les quería por su debilidad. Descarriados por esas calles mundanas que no se hacían cargo de ellos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.  

lunes, 15 de abril de 2019

EL FUTURO


Nadie lo conoce con certeza, pero por las cosas que van ocurriendo se puede adivinar, más o menos lo que nos va a deparar. Nadie es adivino, pero sobre todo los ancianos vienen a predecir lo que ocurrirá en un futuro próximo, por intuición.
Sería fantástico saber lo que va a ocurrir mañana, porque de esta forma podríamos anticiparnos a los acontecimientos y no cometer fallos, que tenemos todos por no saber lo que se nos aproxima.
Es normal que no sepamos lo que va a ocurrir. Nadie predice el futuro de una forma certera. El mundo no sería el mismo, porque sabríamos lo que vamos a encontrar detrás de la esquina.
Hay gentes que echan las cartas y te dicen lo que va a ocurrir en un futuro próximo, pero estos adivinos no son otra cosa que brujos que te dicen lo que tú tienes en la mente, en la que entran por artes no fiables. Son poco o nada en el mundo de la adivinanza.
Es muy bonito decir pues el tiempo que se avecina va a ser malo o de bonanza, pero quién sabe eso, nadie.
A corto plazo y cualquier persona que lo piense bien, se pueden predecir algunos acontecimientos como, si no llueve, tendremos sequía, si llueve mucho, el año será de bienes y cosas así.
A largo tiempo, nadie sabe lo que va a ocurrir. Puede decir una persona lo que quiera, que lo más seguro es que no tenga razón. Ni los meteorólogos saben son precisión lo que ocurrirá el año que viene.
El futuro es incierto, nadie tiene razones para decir lo que la vida nos va a deparar. Le quitaríamos el puesto a Dios y sus Ángeles, que ellos si saben con certeza lo que ocurrirá mañana, pasado mañana y siempre.
Todos deseamos que el futuro sea mejor mañana y ahí si que podemos hacer algo por que cambie, con nuestro comportamiento. Ayudando a los demás, construiremos un mundo mejor, más humano, más agradable, más certero.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

sábado, 13 de abril de 2019

QUIEN TIENE


Un amigo tiene un verdadero tesoro de incalculable valor. Esta mañana y como todos los domingos, me fuÍ a desayunar con mi amigo Pepe. Le dije que andaba corto de dinero y le faltó tiempo para decirme que si no era mucho, él me lo prestaba. Pero yo le contesté que ya lo había arreglado de otra forma felizmente.
Y eso que para prestar dinero somos un poco reacios, pues no lo dudó diciéndome que si estaba en su mano, me lo dejaba.
Para este como para otros favores, un amigo está siempre dispuesto a ayudarte. Por ejemplo, el día veinte tengo que hacerme una prueba médica y resulta que es a las nueve y cuarto de la noche. Pues bien, no tuve más que decírselo y se ofreció a ir conmigo, pues no hay nadie que pueda acompañarme.
Estos gestos no los hace un cualquiera, tiene que ser un amigo de verdad. Él no puso pegas, se ofreció a acompañarme sin más. Yo le agradezco de corazón que se haya brindado tan graciosamente a acompañarme, porque es una prueba de importancia para mí.
Tesoros como Pepe tengo yo pocos, o casi el único, porque él tiene su vida, que se ve interrumpida por mi necesidad. Antonio también está ahí para cuando haga falta algo, pero a Pepe lo veo todos los domingos y a Antonio, no.
Hay que ser agradecidos y devolver los favores a estas personas. Yo le he prometido que, después de la prueba, lo invitaré a lo que quiera tomarse. Es grande el esfuerzo de ir desde su casa hasta el hospital Carlos Haya, esperar cerca de una hora y luego venirnos.
Por eso te pido que si tienes un tesoro, que lo cuides con esmero y que le devuelvas los favores, que hay pocos como Pepe.
Pepe es desenfadado, le gustan las bromas y es agradecido a más no poder. Por estas y otras cosas yo lo quiero como se quiere a un hermano, que es lo que para mi representa.
Que no falten los amigos como Pepe y Antonio nunca.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

viernes, 12 de abril de 2019

CONDUCIR EN MÁLAGA


Es un puro cachondeo. Cada uno va por donde le parece bien. Las Leyes de Tráfico aquí no sirven de nada, no se respetan como es debido, tanto por vehículos como por peatones, cuando en una urbe con tanta diversidad de vehículos y conductores tan variopintos, deberíamos atenernos a las normas para que no haya accidentes desgraciados.
Luego nos excusamos: “como no venía nadie”  ”yo pensé que no hacía mal a nadie”. Todo esto no vale para nada. Cuando ocurre un accidente es lamentable para todos y es una pena.
Cuando se conduce hay que tener en cuenta que no todos tienen la misma habilidad, que nosotros, los jóvenes. Hay tanto conductores como peatones mayores, que dudan a la hora de hacer una maniobra o cruzar una calle.
En esta ciudad que se nos queda pequeña, sobre todo es época estival, no se tiene en cuenta que hay, como en otras, muchos tipos de conductores y peatones. Están los más jóvenes que tienen muchos reflejos, están los conductores nóveles, están los maduros y también los ancianos.
Todos tenemos que gastar mucho cuidado con los más vulnerables: niños, ancianos, impedidos y sobre todo con los despistados, que no tienen cuidado con nada ni con nadie.
Los profesionales se quejan de tal desbarajuste, porque ellos están todo el día en la calle y ven cada barbaridad y tienen que frenar bruscamente ante el cruce de un coche, moto o peatón que cruza por donde no debe, se salta un semáforo o un paso de peatones.
La Leyes de Tráfico están hechas para respetarlas y conseguir una mejor convivencia en la calle, que es de todos y para todos. Nos tendrían que poner un policía a cada uno para que actuásemos correctamente y aun así, lo burlaríamos. Yo no sé como se conduce en otras ciudades, pero lo que es en Málaga, fatal.
Yo los estoy y me estoy poniendo muy mal, pero entre todos, también hay buenos conductores y peatones cuidadosos.
No cuesta trabajo y vamos a llegar a la misma hora a nuestro destino.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

jueves, 11 de abril de 2019

EL DINERO


Es tan necesario como puñetero. Hace falta para comprar comida, ropa, calzado y todo lo que se necesita en una casa, pero el justito, porque si no nos volvemos tontos y no aguantamos a nada ni a nadie.
Hay que trabajar mucho para conseguirlo, por lo que no debemos derrocharlo. Hay que ser un buen administrador de tan preciado bien para que dure todo el mes, que es cuando cobramos la mayoría de los trabajadores y jubilados.
Los autónomos trabajan por su cuenta y cobran cuando terminan el trabajo o mitad al empezar y mitad al terminar. Como hay mucha competencia ganan poco y tienen que pagar impuestos a hacienda, por lo que les queda lo justo para vivir.
No debemos ser ambiciosos con el vil metal, pues además de no traer consigo la felicidad, cuesta como digo, mucho ganarlo.
No lo gastamos solo en comida y ropa, también hay que pagar la electricidad, el gas butano, el seguro de decesos, el impuesto de bienes inmuebles y gastos imprevistos.
Es el mejor y el peor invento de la sociedad. El mejor porque con él podemos adquirir todo lo necesario para casa y algún capricho. Es el peor porque por él nos disgustamos con los demás porque lo queremos todo para nosotros.
Yo no quisiera ser rico nunca, porque perdería a los amigos que tengo, que me buscarían por mis cuartos y no por mi persona, que es lo que yo quiero que les agrade a todos.
Un poco de dinero extra si que vendría bien a todo el mundo, para renovar algo en casa y para andar más desahogados. Sin embargo una cantidad grande, nos trastornaría la vida.
Cuando se tienen unos ingresos generosos, lo mejor es gastarlos casi todos, porque para eso están.
Te quiero dinerito, pero te quiero poquito.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

miércoles, 10 de abril de 2019

LA CIRCULACIÓN


En Málaga está que da pena. No se respetan las normas de tráfico. Las bicicletas y los patinetes eléctricos van por donde les viene bien poniendo en peligro su seguridad y la de los peatones. Los conductores tienen que ir con mil ojos para no atropellarlos.
Aparte de eso, los coches tampoco van bien porque corren mucho, se saltan los semáforos en rojo, van a una velocidad excesiva, con lo que los peatones, que tampoco vamos bien, estamos en peligro de ser atropellados. Málaga es la ciudad sin ley.
Las autoridades hacen lo que pueden para que todos podamos convivir en una urbe masificada, como es nuestra ciudad.
El último peligro para la circulación rodada son los patinetes eléctricos, que lo mismo van por la calzada, por las aceras o por los carriles bici. Van a gran velocidad y no respetan nada.
En Málaga hay de todo para la circulación segura. Hay carriles bici, amplias aceras, pasos de cebra para peatones. Todo es cuestión de que cada uno vaya por su sitio y a la velocidad adecuada.
En caso de accidente, tiene las de perder el vehículo más pequeño y los peatones. Las bicicletas y patinetes deberían ir por los carriles bici y respetar a los peatones y a los coches y al revés. No se puede ir por la calle asustando viejecitas y jóvenes.
Las calles no están bien acondicionadas como debieran. No hay sitio donde aparcar los coches, motos y donde cargar y descargar mercancías y es que la ciudad está masificada y no hay sitio para todos. Máxime en época estival, que nos visitan muchos turistas y la conducción se hace casi imposible.
Los profesionales, que están todo el día en la calle, son los que se quejan de todos estos problemas, que describo con gusto, porque yo no soy conductor, pero lo he sido y entiendo que el tráfico va cada vez peor. Somos muchos y muy variopintos. Los jóvenes que no respetan nada, conductores, peatones, patinetes, bicicletas, motos y para que haya un entendimiento, tenemos que poner cada uno un poquito de su parte.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

lunes, 8 de abril de 2019

LA SOLEDAD DE LA CIUDAD


Parece mentira que donde vivimos tantas personas, se pueda sentir soledad. Pero no lo es, cada uno va a lo suyo y si le comentas algo en la frutería, por ejemplo, se enfada.
Este mundo no está hecho para mí. Dos personas que se ven a diario, en el mismo sitio y ni se saludan. Parece que estén ahorrando palabras para cuando venga su vecina, que esta si es buena.
Los amigos de siempre son buenos, pero esto no quita que se hable uno con las personas que coinciden en la carnicería. No sé como explicar lo soeces que son las personas. Con unos se pasan y con otros no llegan. No cuesta nada saludar a una persona.
En el campo se encuentran dos personas y se saludan, aunque no sean familia y entablan conversación de cualquier tema, cosa que en la ciudad no se hace.
Parece que siempre tengamos prisa, que nos va a faltar tiempo para hacer nuestros recados. Tenemos que echar más calma y no ir siempre como si fuéramos a apagar fuego.
No contamos nuestras cosas a los amigos por temor a que nos difamen. Nuestra conversación es: buenos días ¿cómo estás? Y hasta luego. No quiere decir esto que vayamos contando nuestros problemas a todo el mundo, pero un poco de conversación, sin llegar a cosas personales, es buena para todos.
La ciudad está muerta porque no hay calor humano en ella. Nosotros podemos hacer mucho porque reviva. Es una pena una comunidad tan grande y tan vacía de amor.
El calor humano sale del trato con las personas y en ciudad este “deporte” se practica muy poco.
Se reúnen las personas para eventos como pueden ser bodas, comuniones, bautizos, cumpleaños… y todos se hablan. Deberíamos buscar motivos para que nos comunicáramos más.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

sábado, 6 de abril de 2019

LOS OBSTINADOS


Debemos ser cuando creemos tener la razón en un asunto dado y a pesar de repetir la misma cosa una y otra vez, nadie nos hace ni puto caso, de nada para nada.
No obstante aquí estamos nosotros, que no nos rendimos ante nada ni ante nadie. Repetimos las cosas una y otra vez, cual si un loro parlanchín se tratase.
Erre que erre, aquí estamos para lo que haga falta, pero que no nos quiten la tierra de debajo de los pies, que están muy firmes y nadie va a cambiar sus pasos, porque son seguros y están firmes en su caminar por esta vida de lágrimas.
No hay persona que tenga toda la razón. En algo se ha de equivocar. Po eso cada uno, sin enfadarse, dirá sus puntos de vista sobre cualquier tema de conversación.
Solo el tiempo y la constancia dirán quien tiene la razón en cada asunto a tratar. Unos la tendrán en unas cosas. Otros las tendrán en otras. El caso es dialogar entre todos y exponer los puntos de vista de cada uno. Es normal equivocarse, por lo que con pedir perdón es suficiente para entrar en otro tema de conversación.
A la vez que obstinados, debemos ser buenos dialogadores, que exponen su punto de vista sobre cualquier tema, pero si no están seguros de su parecer, se echan atrás.
Más vale que una cosa quede en duda que nos obstinemos en algo que no tiene ni pies ni cabeza. Hay que estar bien seguros de que lo que decimos es cierto y que tenemos pruebas y otras personas que lo demuestren.
Si no se está seguro en algo, lo mejor es no opinar. De la verdad a la mentira hay un paso. Cuidado no seas tú o yo el que de ese paso en falso y caigamos en el hoyo de la falsedad y el desconocimiento de una causa.
El mentir es de cobardes. No lo sea yo o tú y pequemos de personas ingratas y de poco corazón.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

viernes, 5 de abril de 2019

TODOS VALEMOS


Desde el más bajito al más alto, el más feo o el más guapo, hombre o mujer, niño o joven, adulto o persona mayor, todos somos hermanos y por tanto, merecedores de una vida digna.
Hay gente que se creen que son mejor que otros, por su situación social desahogada, por estar orgullosos de su trabajo y familia o simplemente por desprecio a los demás, cosa que no debe hacerse nunca.
Todos valemos para algo, aunque seamos ancianos que necesitan de cuidados de otras personas, porque ya no pueden valerse solos. No podemos olvidar que son nuestros padres, que nos han criado y que llegará el día en que seamos nosotros los que necesitemos cuidados.
Mientras somos jóvenes, no nos damos cuenta de que el tiempo pasa para todos. Por eso vivamos felices, pero miremos al futuro, porque el pasado es historia, vivida, pero historia. Ahora miremos al presente y un poco al futuro, que será nuestro porvenir.
Todos somos importantes y sino que se lo pregunten a nuestras madres, que se desviven porque sus hijos (pequeños y mayores) estemos bien de salud y hermanados con toda la familia y amistades.
El niño juega, el joven estudia, el mayor trabaja y los abuelos los ven a todos y los aconsejan con su sabiduría, de las cosas de la vida, que aunque haya cambiado mucho, en esencia son iguales.
No debemos insultar a nadie, porque no nos agrade su presencia. Ese que hoy podemos maltratar, mañana nos puede hacer falta, porque la vida da muchas vueltas y no podemos caer en el error de faltar el respeto a ninguna persona, en especial a las mujeres.
Es indudable que las personas que están trabajando, están produciendo para hacer grande al país. Debemos respetarlos porque tienen que hacer tareas a veces penosas y porque el trabajo siempre será trabajo y que no le falte a todo el que pueda trabajar.
Seamos todos algo más que personas, seamos hermanos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

jueves, 4 de abril de 2019

LA LUNA Y EL MAR


Había una vez un marinero que trabajaba en un gran barco. Ejercía su trabajo en el interior, por lo que, cuando terminaba su tarea, le gustaba salir a cubierta a ver romper las olas contra el casco del barco. También le gustaba ver el horizonte, si se veía tierra o era todo agua.
En este último caso el mar parecía una esfera, no plano, sino que se iba perdiendo a la vista en la lejanía.
Observaba cada día el color de las aguas, que podían ser verde claro, azul cielo, celeste o de otros colores por la contaminación.
Una noche clara de invierno, nuestro protagonista salió a cubierta y había tanta luz que parecía de día. Era la luna que estaba llena y se reflejaba en las aguas del mar. Quedó maravillado por tal espectáculo que nunca había visto.
Aprovechó el marinero para pedir a la luna una novia guapa, para que cuando llegase a puerto tener una mujer esperándole, para llenar el vacío que tenía en su interior en el barco que trabajaban pocos hombres.
Tuvo a bien la luna en conceder el deseo del marinero y un día que desembarcó avistó una bella mujer que lo miraba fijamente. Sin preámbulo empezaron a hablar y el carácter de ambos coincidía, por lo que quedaron para verse el día siguiente.
El marino le contaba las historias del mar y la luna, que gustaban a la chica que se llamaba Isabel.
Pronto pensaron en casarse y llevar a la chica a ver las maravillas del mar y de la luna, que le gustaron mucho.
Poco después pensaron en comprarse un barco pequeño de pesca, para tener su propio negocio. Fernando e Isabel vivían felices en el mar bravo alumbrado por la luna llena.
Esta es la historia de un hombre y una mujer que unieron sus vidas para compartirlo todo.
Haz tú lo mismo, únete a una mujer y vive tu vida con ella.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.