Desde hace unos días estamos de nuevo en primavera, la que la
sangre altera, la estación de las flores, la luz y del amor. En primavera se
enamoran muchas parejas, porque es la mejor estación del año.
Un año más ha pasado, sin darnos cuenta, ya tenemos un añito
más. Que conste que no le estoy diciendo viejo a nadie. Es un año más de
vivencias, de bienes y parabienes.
No falla ningún año, después del invierno, la primavera y a
seguir desojando la margarita, que un año de estos nos traerá la buena ventura
a nuestro hogar, desolado por los malos augurios.
Que el señor de los vientos la ira y el bien nos depare
buenas cosas este año, que ya va estando viejecito. El verano vendrá pronto,
luego el otoño, luego el invierno y vuelta a empezar.
Yo me siento cansado del día a día porque todos parecen
iguales y no ocurre nada nuevo. Todos los días son iguales de aburridos,
monótonos y sin aliciente.
La primavera alegra los corazones, que estaban aletargados en
el frío invierno. Es como un soplo de alegría, en un mundo donde predomina la
tristeza.
Que el amor fluya en nuestros corazones todos los días del
año. Que cada día sea una alegría para nuestro ser. Ya sea primavera, verano,
otoño o invierno, que estemos contentos porque el mundo es bello y bella la
vida nuestra.
Yo estoy desilusionado porque esperaba un bien en metálico y
no ha llegado. Vendrá más tarde y será más la alegría al recogerlo.
Se me ha negado por razones de la burocracia, que tarde o
temprano tendrá que venir a mí.
El dinero no lo es todo en la vida, pero ayuda asentirse
dichosos, porque nos da el acceso a cosas materiales, que no lo son todo en la
vida, pero ayuda a estar contento.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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