Unas veces se gana y otras se pierde, esta vida es así. Si es
por apostar, yo apostaría por ganador. Yo soy muy persuasivo e insistente, para
conseguir lo que me parece justo.
Si no lo consigo con uno, lo intento con otro u otra vez el
asunto que sea. En definitiva, que soy un mal perdedor. Me gusta ganar todas
las más partidas posibles.
Si hoy no lo consigo con alguien, lo intento con otr@
allegad@ a él/ella. Si no es posible, mañana volveré a la carga. Yo soy así de
testarudo, es un gran defecto que tengo.
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El perdedor no se preocupa por sus asuntos. Dice para sí:
“Otra vez será”, y eso se puede hacer una vez, pero no siempre, sino te toman
por tonto y hacen contigo lo que quieran.
El ser cabezota no implica ser mal educado, ni grosero, ni
mal hablado, ni vacilante, solo que busca para sí el favor del contrario y no
lo dejará tranquilo hasta que consiga lo que él quiere.
No hay cosas imposibles, hay gentes incapaces. En esta vida
hay que luchar a puño y espada, porque está llena de lobos, que en cuanto te
descuidas, se comen a los corderitos.
No seas tú el perdedor, lucha por ganar, que luchando se consigue mucho. Si te quedas
quieto, nadie va a venir a traerte el
pan a tu casa, tienes que salir tú a buscarlo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.