Desde hace ya bastantes años se han instalado en España, los
que popularmente llamamos chinos. Cada 2 por 3 te encuentras uno y es que no
venden artículos de calidad, pero muchos abren todo el día y hasta bien entrada
la noche.
Por todo esto hacen un gran servicio a la sociedad española.
Hay quien no compra en ellos porque le gustan las cosas de calidad, o porque
piensa que los ciudadanos chinos nos están quitando el negocio a nosotros. Cada
cual tiene sus razones.
Sin embargo, imagina que tienes invitados y a las 21:30 horas
te quedas sin refrescos o cerveza. ¿A dónde irás a comprarlo? Pues a un chino que es lo único que está abierto y
es más barato.
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También muchos están abiertos al medio día, que no hay casi
nada abierto. Si me surge comprar algo que no puede esperar, iré a buen seguro,
al chino más cercano a casa.
También regentan bares y restaurantes, que son más baratos
que los españoles.
Algunos tienen comida tradicional china y otros (los menos,
comida española) Estos últimos tienen que contratar a un cocinero español y
hasta algún camarero. Bien es verdad que son negocios familiares y que mandan
parte del dinero que ganan a sus allegados en su país.
Lo bueno que tienen es que son muy trabajadores.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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