miércoles, 30 de enero de 2019

UN AMOR SE VA


Esto le vino a ocurrir a un conocid@ mío, que tarareaba esta canción: “Queda, que poquito queda, de nuestro amor apenas queda nada. Solo quedan las ganas de llorar al ver que nuestro amor se aleja. Frente a frente, bajamos la mirada, pues ya no queda nada de que hablar. Solo quedan las ganas de llorar, al ver que nuestro amor, se aleja…”
Es triste, muy triste perder un amor, solo queda la esperanza de que sea por lograr uno mejor, más amplio, con más hijos que harán a la nueva pareja feliz.
Los primeros días son de incertidumbre, porque no se sabe el camino que va a tomar nuestra vida. Pasan los años y el amor no se olvida, porque se ha querido de veras.
Cuando la nueva pareja se va encariñando, se va olvidando el viejo amor, pero nunca se olvida del todo. Se quiere más a la nueva pareja, pero aquella queda en el recuerdo. Los años vividos juntos, no se olvidan y permanecen en el tiempo.
La nueva pareja tiene que convencer a su amad@ que es mejor que se hayan separado, que él o ella le dará más cariño del que pudiera soñar y que sus vidas se unirán en un amor que no tendrá fin.
Este conocid@ mío ya no llora, pues la fuente de sus lágrimas se ha secado. Su alma vive errante por esos mundos de Dios, sin que pueda tener consuelo. Y es que l@ amaba mucho.
La única solución al problema es que pase el tiempo, que se consolide la nueva pareja y, sin olvidar aquella, viva con esta este amor nuevo, que le vino caído del Cielo y que lo ama de una forma diferente, lo mima y le da dones.
El amor siempre triunfará. No hay que tener miedo a equivocarse de nuevo, de pareja, sobre todo si la nueva, entrega su corazón, a este amig@ mío, de una forma indescriptible.
Solo queda decir que la nueva pareja se lleven muy bien.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

martes, 29 de enero de 2019

TRIUNFAR


Es sentirte contento contigo mismo y hacer las cosas que te gustan, en tu tiempo libre. Siempre con la cabeza fría y el corazón caliente. Hacer lo que más te plazca.
Llevar una vida activa, sin pasarte, sin agobiarte, dedicarte a eso que tanto te gusta y que no te cuesta trabajo hacer. Ir derrochando alegría, que es contagiosa, (alegra a tus allegados), y la de ellos a ti. Disfrutar de los pequeños placeres de la vida, como charlar, pasear, saludar a los amigos y conocidos…
Triunfas cuando los planes salen bien, que no puede ser siempre, pero hay que forzar las circunstancias, para que la mayoría salgan de perlas. Hay que ser decidid@ y no tener miedo de nada, supuesto que no hacemos nada que nos haga sentir vergüenza.
Los gustos, como las gentes, son muy variados. Cada uno tiene los suyos y se conforma con ellos. Cada cual hace sus hobbies y se siente orgulloso de ellos. Eso sí, hay que tratar de no herir la sensibilidad de las personas y no querer ser más que ellas.
El punto de vista de cada uno es distinto, pero en esencia, muy parecido, por lo que si lo miramos bien, somos casi iguales por dentro, en nuestra pequeña alma.
Hay que tener en cuenta a los demás. No andar a lo tonto y a lo loco, mirando solo por el bien propio. Dedicar la vida a los demás es lo que más llena a la persona.
A mí, por ejemplo, me gusta escribir y charlar con la gente por la calle. A todos nos gusta que nos halagen, pero no hemos de vivir de falsas ilusiones, que si los mereces, los tendrás.
La gente es muy agradecida y por un pequeño favor, te devuelven uno grande. No dudes en prestarte para el bien de los demás.
Solo queda decir que ser feliz no cuesta dinero. Solo es cuestión de ser libre y actuar en consecuencia.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

sábado, 26 de enero de 2019

UN NIÑO VALIENTE


Nació en el campo y desde corta edad había establecido un pacto con Dios, el cual le hizo saber que su vida era diferente a la de los demás. Era un niño apocado y sus compañeros se reían de él.
Caminando por el mundo se hizo mayor y vino a conocer quien era su verdadero Dios, al que debía obedecer en todo. Fue estando trabajando cuando tuvo que demostrar su lealtad. La vida se le ponía difícil. Porque no era fácil compenetrar el mandato Divino con el trabajo.
Tuvo que sacar fuerzas de flaqueza para serle leal en su trabajo, ya que la empresa le exigía mucho. Fue valiente e hizo caso a su dios, hasta el punto que tuvo que dejar de trabajar por cansancio, que se convirtió en enfermedad.
Estuvo varios años de baja laboral, hasta que le dieron por inútil. Entretanto, su Dios, le hizo ver que se habría de enfrentar con lucifer, rey de los demonios.
Los primeros años lo pasó mal y sufría sobremanera, pero se fue reponiendo y empezó a hacer una vida normal, siempre con la tentación del diablo presente.
No fue fácil la lucha titánica con el demonio, que aún hoy día le sigue atormentando. Dios lloraba por la desdicha que tenía que sufrir este hombre y todo por el bien del mundo.
Él nunca había fumado y en este trance se echó a fumar, ya que la Divinidad quiso que adorara al demonio, para demostrarle a este, que el hombre es capaz de sobreponerse a la peor maldición que un espíritu maligno, pueda hacer recaer en el niño querido por Dios.
La vida proseguía, pero embrujada por la maldición de lucifer, que poco a poco iba viendo que perdía la batalla, sin rendirse nunca y atacando al más débil.
La lucha prosigue, pero el hombre está muy recuperado, escondido en un rincón, del que no saldrá hasta el final de los días.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

COMER PARA VIVIR


…Y no vivir para comer, porque algunas veces, como en Navidad, nos pasamos con la dieta y nos ponemos un poco más gordit@s de la cuenta. Además, el organismo necesita solo un poco de comida, no una burrada.
Nos sentiremos más ligeros, si además no abusamos de la carne y el pescado, los dulces y otros. Con lo justito funcionaremos mejor y evitaremos enfermedades como el colecterol, la diabetes y otras. Además debemos de comer sano: mucha fruta y verdura y menos grasas, que si bien están muy buenas, no son sanas para el cuerpo.
De alcohol y café, lo necesario, que no son buenos y no alimentan. En este tiempo son muy típicas las comilonas, nos hartamos de todo y luego duele la tripita.
Tenemos por costumbre comer por la mañana, al medio día y por la noche y más bien, deberíamos comer cuando verdaderamente tengamos hambre. Saborearemos mejor la comida y nos sentiremos mejor.
Con cierta edad, necesitamos menos comida, porque ya solo agrandamos a lo ancho. Los niños si tienen que estar bien alimentados, porque están creciendo.
Debemos mirar bien lo que comemos, no todo es sano. Consumiremos aceite de oliva virgen extra, la carne roja, mejor que blanca, que junto a los peces, tomaremos a la plancha mejor que fritos.
Muchas ensaladas y ensaladillas, son muy sanas y nos ayudan a ir bien al baño. Las frutas comidas en su tiempo, tienen muchas y variadas vitaminas, sobre todo si las comemos con piel.
La compra ha de ser casi diaria, así comeremos productos frescos y no pasados o congelados.
El pan al gusto del consumidor, para acompañar la comida. Cocido con leña está más sabroso.
Fruta mejor que yogur. El queso semicurado o fresco. La leche, a partir de los 40 años, semidesnatada.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

jueves, 24 de enero de 2019

LA MUÑECA FEA


Hay una canción que dice así: “Escondida por los rincones, temerosa que alguien la vea, hablaba con los ratones, la pobre muñeca fea. Un bracito ya se le rompió, su carita está llena de hollín y al sentirse olvidada lloró, lagrimitas de serrín.
Muñequita, le dijo el ratón, ya no llores tontita, no tienes razón. Tus amigos no son los del mundo, porque te olvidaron en este rincón.
Nosotros no somos así: te quiere la escoba y el recogedor, te quiere el plumero y el sacudidor, te quiere la araña y el viejo mastín, también yo te quiero y te quiero feliz, también yo te quiero y te quiero feliz.”
Y yo me pregunto: ¿No nos habremos sentido alguna vez sol@s y olvidados como la pobre muñeca fea? Yo pienso que si. En esta sociedad que vivimos va cada uno a lo suyo y nadie vuelve la cara a los apocados, a los que se sienten solos, por un motivo u otro. Yo lo digo por mí, porque me siento solo entre la gente, que no me habla, que no me comprende, que no tiene sentimientos.
Al que tiene familia y cosas materiales le da igual que haya quien sufre en silencio. Que no tiene con quien hablar.
Este es un problema del mundo moderno. Cada uno va a su royo y nadie se acuerda de nadie que no le interese. El mundo “civilizado” está así y no hay quien lo cambie.
Algún día se abrirán las puertas de la felicidad para todas las pequeñas almas, que sufren en silencio y aquellos señores/as que hoy ríen porque la visa les sonríe, llorarán de  pena por el trato que recibimos los por mí, llamados pequeños.
La muñeca fea será restaurada, vestida de gala y sus lágrimas serán enjugadas con agua clara y será la más feliz del mundo.
Atrás quedarán los días grises, tristes y nos reiremos a carcajadas, de los ogros que nos han hecho sufrir tanto en una vida que cabemos todos, ricos y pobres, buenos y malos, feos y guapos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

miércoles, 23 de enero de 2019

EL PAN DE CADA DÍA


Aunque somos omnívoros y por tanto comemos de todo, carnes, pescados, frutas y verduras, legumbres…el pan no falta ni faltará nunca en nuestra mesa. Es el primer alimento natural, hecho de harina y por mucho que lo disfracen, seguirá siendo pan.
Lo tomamos a diario con las diferentes comidas que disfrutamos, pero hay personas en el mundo que no lo tienen, por culpa, ni más ni menos que de los países ricos, que no ven nunca saciada su avaricia y el querer tener más y más.
Existe desde que el mundo es mundo, si bien con el tiempo ha ido evolucionando. Lo más normal es que lo tomemos en las tres comidas, acompañando a cada una de ellas.
A mí me gusta el pan de pueblo, porque tiene más textura y sabor. Si es cocido con leña, mejor que mejor. Si lo olfateas, huele bien, por eso, porque es natural y alimento insustituible.
Lo hay de muchas clases: normal, de viena para el desayuno, de molde, integral…y un sinfín de variedades para todos los gustos.
Diariamente lo compramos, pero si es de pueblo, aguanta varios días.
Es un regalo de Dios, que no debemos menospreciar. Si se nos pone duro, podemos hacer pan rayado y si nos sobra podemos utilizarlo como alimento para nuestros animales. El caso es no tirarlo.
Podemos elaborar, solo utilizando pan, un poco de agua y otro poco de aceite unas riquísimas migas, podemos freírlo o con harina hacer unas gachas, que acompañadas de pan frito, miel y leche y están muy buenas. Es esta una comida de invierno.
Lo mires por donde lo mires, el pan es imprescindible en nuestra comida de cada día.
Por la mañana podemos tomarlo tostado con aceite y tomate, al medio día con la comida y por la noche, con la cena.
Come pan, que es salud para el cuerpo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

martes, 22 de enero de 2019

HACE ALGO DISTINTO


Yo hablo con la gente, trabajadores, jubilados, gente que no tiene trabajo… y me dicen que lo que más les pesa es la monotonía, el hacer siempre las mismas cosas. Les gustaría hacer algún día algo nuevo, que no sea lo de todos los días y es que este mundo, esta sociedad consumista y sedentaria es muy pesada.
No sé si a los niñ@s les pasa lo mismo, con la escuela, los deberes, tener siempre los mismos profesores, el mismo horario…
El caso es que algo había que cambiar. Que conste que la culpa es nuestra, que somos nosotros los que hacemos la vida como es. Cada un@ y según sus gustos puede hacer deporte, salir con los amig@s, visitar a los amig@s, ver su programa preferido de televisión, contar sus alegrías y su penas a su mejor amig@ y en general hace su hobby preferido…
La cuestión es no aburrirse y comportarse como máquinas. Lo más sencillo puede ser un aliciente que haga correr al reloj y que digamos para nosotr@s mism@s: “bueno, se me ha ido el día en nada”.
La estadística dice que de las veinte y cuatro horas del día, ocho son para trabajar, ocho de ocio y las restantes para dormir. Esto no siempre es así y vivimos descontrolados. De la misma manera se dice que deberíamos cambiar de ocupación cada seis o siete años, cosa que tampoco se cumple, muchas veces irremediablemente.
El caso es no aburrirse y disfrutar con lo que se hace. Hay que tener vocación para todo y así seremos más felices.
Si un@ se siente realizado es porque se siente satisfecho consigo mismo y con los demás. Señal esta de que hace lo que le gusta, lo que le llena por dentro y que vive feliz.
Muchas veces piensa un@: “¿pero qué hago?” Estoy en un callejón sin salida. Todos los días la misma historia.
Por algo existe el invierno y el verano, los días son cortos o largos, el día de la semana no coincide con el día del mes, ni todos los meses tienen los mismos días, para que no nos aburramos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

lunes, 21 de enero de 2019

LA ILUMINACIÓN ARTIFICIAL


Hace que tanto peatones como vehículos podamos circular de noche como si fuera casi de día. Esto es una gran comodidad para los que trabajan de noche: servicios de urgencia, policía, bomberos, panaderos…

En invierno a las 18:30 horas es de noche, todavía se puede andar por ahí de compras o tomando una copa. No nos damos cuenta del gran servicio que nos hace la energía eléctrica, porque hay cosas más avanzadas como las nuevas tecnologías.

Es cierto que contamina mucho, pero que se le va a hacer. Es una cosa necesaria y tiene que funcionar, porque si no daríamos un gran paso atrás, que no nos podemos permitir en una sociedad moderna como la nuestra, que se vale de todos los recursos que la naturaleza nos ofrece.

Bien es verdad que se podían aprovechar más las energías renovables: la eólica, la solar y la hidráulica y no depender tanto de las centrales atómicas, que sus gases contaminan mucho la atmósfera y la hacen casi irrespirable, que eso si que es una necesidad.

Con el sol que disfrutamos en España y el viento e incluso con las olas del mar, se podían reducir mucho los gases contaminantes de las eléctricas tradicionales. Para darse cuenta la falta que nos hace la popularmente llamada luz, pongo por ejemplo que hace unos días estaba yo duchándome y, de pronto, se fue la luz. Yo no sabía que hacer. Miré el automático a ver si había saltado por algún motivo, pero no, en la calle tampoco había luz. Menos mal que fue cosa pasajera y vino en unos minutos.
Cuando viene el recibo de la luz, nos parece cara, pero para el servicio que da es barata.

No es solo la iluminación, sino también las fábricas, los electrodomésticos y tantas y tantas cosas que funcionan con electricidad. Tanto que ya no sabríamos vivir sin ella.

Ahorra electricidad, en lo posible, que es un bien muy necesario. Poniendo bombillas de bajo consumo, por ejemplo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

sábado, 19 de enero de 2019

EL VINO

Si es el zumo de la uva fermentado, no es malo. Si lo puedes beber y no tienes que conducir, el tomarte una copa con la comida hasta sienta bien.
Otra cosa son los licores, con muchos más grados de alcohol. Estos si que hacen daño, pero una copita de vino puro, que ya quedan pocos, en estas fiestas, no es malo. Si eres creyente, es la sangre de Jesús derramada para nuestra la salvación de nuestra alma.
El beberse una copa no es emborracharse y ser un descuidado y ponerse a conducir, con el peligro que eso conlleva. Si has de conducir, lo mejor es beber agua, que es muy sana, hidratante y barata.
Mucho más malo es el tabaco y un tercio de la población española lo fuma habitualmente, con la diferencia de que el tabaco solo hace daño a quien lo fuma y a quien respira su humo. De aquí la ley antitabaco que aprobó en su día el gobierno de la nación española.
Yo antes de estar enfermo, tampoco bebía, salvo en contadas ocasiones y, aunque parezca mentira, no fumaba, ni era mujeriego. No me gestaban los vicios. Mi único “vicio” era comer sano, pero no mucha cantidad. Siempre he estado delgado.
No me gustaba salir de discotecas, beber alcohol y meterme en lios, con el pretexto de buscar novia. A mi exmujer me la presentaron y como es una buena chica, me casé con ella.
Aprovecha estos días de ocio y disfruta de un buen vino, una buena comida, pero ni de lo uno ni de lo otro abuses, porque no es bueno pasarse con nada. Luego engordas y no cabes en el traje.
Con tu familia, con los amigos, busca la ocasión y bébete un buen vino, de la tierra, tinto, rosado, moscatel…
Esto se queda para una ocasión, que quieras que no, el vino también contiene alcohol y en exceso es dañino.
La tradición de tomar vino se está perdiendo, se bebe cerveza o licores, que son más malos para el cuerpo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

viernes, 18 de enero de 2019

CALIDAD MÁS QUE CANTIDAD


Vale más poquito y bueno que mucho malo, en todas las cosas que consumimos, desde lo que comemos, lo que vestimos y calzamos, hasta un coche que podamos tener, un televisor, un móvil, un ordenador o una vivienda que podamos comprar.
Más vale disfrutar de un poquito bueno, que tener mucho y de mala calidad. Ya se sabe, las cosas buenas en tarritos pequeños.
En cuestión de amig@s pasa lo mismo. Es preferible tener unos cuantos buenos que muchos malos. Los pocos buenos te harán más favores que los muchos malos. Claro está que de cualquier cosa o persona si se tiene mucho y bueno, mejor que mejor.
En esta época de Navidad, de comilonas, nos hartamos de todo lo que podemos. Si es poquito y bueno, tanto mejor. Más vale comer una vez bueno que dos o tres malo.
En cuestión de hijos, pienso yo que contra más tengamos, más posibilidades tenemos que nos salgan buenos algunos de ellos. No se puede pretender que todos sean buenos. Los malos también son hijos y se quieran a todos por igual.
A la hora de comprar un coche, más vale uno pequeño y de buena calidad, que uno grande, que nos pueda durar poco tiempo y se averíe con frecuencia. Uno chico, pero bueno nos dará mejor resultado y mejor servicio que uno malo.
Esto que estoy escribiendo es un tópico, que todo el mundo sabe, pero a mí me gusta recordarlo, para que no caigamos en el error de consumir cosas malas, que nos darán mal resultado.
En el caso de la pareja conviene más un chic@ pobre, pero honrad@, que un@ rico y que no te quiera. Claro está que el amor es ciego y nos enamoramos de la persona que nos gusta y no hay más que hablar.
Apuesta siempre por las cosas de buena calidad. A la larga te hallarás agradecid@.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

jueves, 17 de enero de 2019

LA TIERRA


La tierra es la casa de todos, por lo que debemos mirar por ella. Si en nuestro hogar procuramos no ensuciar, porque luego hay que limpiarlo, igual debemos hacer con la casa de todos, en especial para que las generaciones venideras la encuentren habitable.
La contaminación atmosférica es uno de los peores enemigos de nuestro planeta. El mundo evoluciona, pero se pueden hacer cosas para que no se contamine tanto: usar el transporte público, reciclar, no ensuciar las calles, proteger los bosques y crear nuevos, usar solo las cosas que necesitamos, usar energías limpias y renovables…
La tierra pone a nuestro alcance muchas cosas, pero no podemos tenerlas todas. Cada persona debe apañarse con lo mínimo, que somos más de 7000 millones de personas y todos tenemos que vivir.
El planeta nos lo da todo: de comer, de vestir, de calzar, energía para viajar, medicinas para curarnos. En fin que es totalmente habitable y no hay otro igual ni parecido. Ojo que yo no estoy en contra de que se busque en el espacio lo que pudiera haber, pero aprovechemos lo que tenemos aquí, que es mucho y bueno.
Para los creyentes, de ella fimos criados y del hombre fue sacada la mujer, compañera nuestra y que debemos cuidar como un tesoro. No es más el hombre que la mujer y al contrario.
El 70% de la tierra es agua, al igual que el hombre. Tenemos donde hidratarnos y la lluvia bendice nuestros campos y a nuestros animales, de los que también nos alimentamos. Las plantas son también seres vivos y debemos cuidarlas, porque de su fruto comemos y respiramos el aire que producen en la fotosíntesis. De la tierra sale todo lo que necesitamos para vivir. El cuidarla es cuidarnos a nosotros mismos, que eso si nos gusta, pero al planeta le tenemos un poco descuidado con la emisión de gases contaminantes y echar al mar lo que no nos sirve.
Sin embargo el pescado si que nos gusta y bañarnos en las playas y que estén limpias.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

miércoles, 16 de enero de 2019

EL PEQUEÑO JULEN


José, su padre lleva desde el domingo sin dormir, prácticamente con la misma ropa, pasando la noche en el coche junto a su mujer, Vicky, cerca del agujero donde cayó en un día de campo en pueblo de Totalán, en Málaga. “¿Dónde voy a estar si no?” Asegura que aún está lejos de él. El padre está roto de dolor, como la madre.
Son varios los motivos que han hecho romper el silencio. Lo hacen para reclamar más ayuda en la búsqueda desesperada del pequeño, que cayó por un agujero tan pequeño, cosa que no se ha dado en España y en el mundo, por el diámetro del pozo que cayó.
Asegura su padre que su hijo está ahí. Ya quisiera yo que no estuviese aquí el pozo. Quisiera ser yo el que estuviese enterrado ahí, en el pozo y él estuviese con su madre.
Habíamos ido a pasar un día de campo en una parcela, donde iban a realizar obras por parte de un familiar. Estaban ellos con su mujer el niño y el padre. También estaba la hija del matrimonio que tiene dos años y medio:
Escucharon de llorar al niño al que tranquilizaron diciéndole que papá y el hermanito le iban a ayudar.
Quitaron unas piedras que había cerca del pozo, donde vieron como caía el niño con los brazos en alto, para que no cayesen al pozo.
El padre lo quería tranquilizar diciéndole que él estaba allí y el hermanito Oliver también (fallecido en 2015, a los tres años de edad tras una muerte súbita).
El niño cayó al pozo por un agujero de apenas quince centímetros, lo que hace más difícil si cabe la búsqueda del pequeño.
Los padres están desesperados en la búsqueda del pequeño Julen, con el corazón roto en pedazos.
Soy un buen padre, asegura José. He vivido para mis hijos, buscándome la vida para comprarle lo que yo no he tenido (juguetes y buena ropita)
Esperemos que la búsqueda no sea infructuosa y que salven a Julen.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

martes, 15 de enero de 2019

TENER COCHE O MOTO


Es una gran comodidad para el que lo tiene, pero si es para usarlo solo en la ciudad, no le merece la pena, salvo que lo necesite para su trabajo o para desplazarse allá donde no llega el autobús.
No es solo comprarlo, sino mantenerlo: el seguro, la gasolina, hay que cambiarle el aceite, los filtros, las luces, que si das un roce y tienes que arreglarlo, los frenos, el disco de embrague, la correa de la distribución, que si se pincha una rueda, la inspección técnica de vehículos…
Si no tienes que salir de la ciudad, más te vale ir en autobús, ahorrarás en dinero, en problemas y llegarás igual, sin tener que aparcar, que ya es difícil. A todos nos gusta la comodidad y como más cómodo es tener coche o moto. Puedes salir en cualquier momento y dirección.
Lo que si está claro es que resulta más caro y problemático. Cada cual elige según sus posibilidades y necesidad lo que mejor le conviene. Si es una moto, al menos, no tiene grandes problemas para aparcar.
Yo hace años que dejé de conducir, por mi enfermedad y estoy el doble de tranquilo que cuando tenía auto. Voy a todos los sitios andando o en autobús y llego bien. Claro está que yo no tengo que trabajar. En mi caso, los grandes perjudicados son mis padres, que cuando tienen que ir a algún sitio, no cuentan con el coche que los deje en la puerta del médico o de casa de algunos de mis hermanos, por ejemplo.
Para una familia pobre resulta muy caro el mantener un coche. No le vale la pena tanto gasto. Si se pueden apañar, yo les aconsejo que prescindan de él. A la larga se hallarán agradecidos.
Si se mira desde el punto de contaminar, es mucho más contaminante el transporte privado que el público. El Gobierno está poniendo medidas para que los coches que contaminan más no puedan circular. Al ir a pasar la revisión, cada vez será más dura.
Dejemos los coches para los señoritos, que ellos si se lo pueden permitir, y vayamos nosotros en autobús. Para una necesidad muy grande, siempre se puede coger un taxi.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA

lunes, 14 de enero de 2019

LOS REGALOS DE REYES


Deberían ser solo para los niños, pero se ha convertido en una costumbre y, claro, a los mayores nos gustan también, pero  como está la economía, no nos lo podemos permitir.
Está claro que a nadie le amarga un dulce, pero los mayores nos debíamos contentar con hacerlos y ver disfrutar a los pequeños con sus juguetes. Los niños esperan con paciencia a que lleguen estas fechas para recibir sus regalos. Les hace ilusión y los más pequeños creen que los traen los reyes magos de oriente coincidiendo con el nacimiento del niño Jesús en Belén de Judá, hace muchos años ya.
Procuramos que a todos los niños no les falte su juguete, que para los que tienen cinco o seis años, debe ser educativo: rotuladores y libros para colorear, juegos educativos, libros…así disfrutan y aprenden jugando y les sirve como complemento del colegio.
Si se lo puede uno permitir, se les regala un balón, una bicicleta o una muñeca para las niñas…
Hay, en el mundo, muchos niños que no tienen juguetes y es una lástima. Ellos se conformarían con tener para comer, vestir y calzar, un techo y una cama para descansar.
Todos tenemos derecho a unas necesidades mínimas, pero con la política de la globalización que hay en el mundo, una minoría tenemos la mayor parte de las riquezas y la mayoría viven pobres, sin las cosas esenciales.
Volviendo a los regalos, aquí priva el si tú me regalas yo te regalo y eso no debe ser así. Si se hace un regalo no es para recibir algo a cambio, es porque sale de dentro y nos lo podemos permitir.
El mejor regalo es la amistad, el cariño, el llevarse bien, ayudando a los necesitados con el corazón en la mano.
Regala cosas prácticas, que le sirvan a quien se les regalan y que no tenga que arrinconarlas en el desván.
Que tengas mucha suerte y te hayan regalado muchas cosas.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

sábado, 12 de enero de 2019

GENTE MENUDA


Me vengo a referir a los niños. No me canso de escribir de ellos, tan sencillos, tan sinceros, tan alegres, son felices con nada, con un juguete, con unos zapatos nuevos. Viven en un mundo distinto al de los mayores. No tienen problemas. Son un dulce.
Por desgracia, en España cada vez nacen menos bebés. La población envejece. Las mujeres tienen que trabajar fuera para llevar el tren de vida que tenemos y no se pueden ocupar de tres o cuatro niñ@s.
Se es más feliz con hijos, porque ellos hacen que no nos aburramos, nos tienen entretenidos con sus cosas, sus juguetes, con tener que cuidarlos y llevarlos al colegio. Teniendo varios hijos se gasta poco más que teniendo uno o dos, porque la ropita de los mayores sirve a los más pequeños, cuando estos van creciendo.
Los padres se sienten orgullosos de los niños que están criando. Tienen gastos de comida, libros para el colegio, zapatos…pero todo eso nos lo devuelven en felicidad, en cariño y en formar una familia fuerte y unida, para cuando sean grandes aportar a casa el fruto de su trabajos. Si estudian, mejor que mejor, serán hombres y mujeres de provecho.
Todos hemos sido niños y ahora que somos grandes recordamos con añoranza nuestra niñez. Nuestros padres no nos podían comprar apenas juguetes, pero éramos felices, más que lo son ahora que los llevan a la guardería con dos añitos. Eso no es vida para ellos. Como el cariño de los padres no hay nada. Ojo que yo no recrimino a la mujer porque trabaje. También puede cuidarlos el padre si este es su caso.
La mujer trabajadora en casa debería tener una paguita para ayudar a su marido a cuidar esos hijos, que tanta alegría nos dan. La vida ha cambiado mucho y la mujer tiene que trabajar fuera, con lo que los hijos quedan desatendidos social y moralmente.
Anímate a tener hijos, que más tarde o más temprano esos pequeñajos vienen con un pan bajo el brazo.
Mi ilusión fuera sido tener cuatro o cinco hijos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

viernes, 11 de enero de 2019

LA DESIDIA


Es la dejadez que tenemos, no para nosotros mismos, sino para nuestros semejantes, nos hace malos e infelices. Solo pensamos en tener más y más y los que no tienen, que se apañen como puedan.
Eso no debería ser así, todos tenemos derecho a vivir dignamente. Mucho más en estas fechas de Navidad, que celebramos la venida de Jesús al mundo a poner un poco de arreglo. Él nos dejó en nuestras manos la forma de poner un poco de entendimiento y cariño para los más pobres. Es muy sencillo: en lugar de tener siete pares de zapatos, tener tres y lo que sobra dárselo al que anda descalzo.
Se trata también de no pedir más sueldo, si con lo que tenemos nos apañamos, tenemos para comer, beber, vestir y un techo que nos cobija. Además tenemos coche y moto y disfrutamos de vacaciones pagadas.
Hay muchas personas que no tienen trabajo y subiendo los sueldos, menos tendrán. Debemos mirar un poco a nuestro alrededor. Los inmigrantes vienen con lo puesto. Necesitan trabajar y ganarse el sustento, una vivienda, un seguro médico para cuando enfermen y todos los bienes que nosotros disfrutamos.
Si se suben los sueldos, menos cabida tendrán estas personas en nuestra sociedad. Tendrán que trabajar precariamente, en los puestos más malos, sin seguro y pasando calamidades.
En nuestra sociedad hay quien no tiene para comer. Acércate a uno de ellos y dales una limosna, te lo agradecerá en el alma y te dará las gracias de corazón. Que ellos tengan un poco también para celebrar estas fiestas entrañables.
Es muy sencillo, dale un cigarro a ese pobre que te lo pide, invítalo a compartir contigo un cafelito que le quite el frío.
Dios está en el Cielo, ve todas estas cosas y te lo agradecerá con felicidad para ti y los tuyos. Sé caritativo, que ganarás mucho más que si no sueltas un euro.
Todo el año sigue la misma pauta, te hallarás agradecido.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

jueves, 10 de enero de 2019

EL ÚLTIMO CREYENTE

Se habla mucho de religión, sobre todo en el ambiente de las parroquias, pero quién hace lo que el párroco dice. Prácticamente nadie. Van a misa a cumplir con su ansiedad del alma.
Había una vez un chico que en verdad trataba de hacer lo que su Padre quería, el bien sin mirar a quien. Esto es difícil en una sociedad como la nuestra, que busca solo el bien personal. Este chico procuraba portarse bien con sus conciudadanos, por bien propio y de la gente que lo veía, que trataban de imitarle, pero no lo conseguían porque no tenían motivación en sus adentros.
Este chico era un don nadie, no era nada para la gente, que lo miraba con desden, porque lo veían como a un tonto que no sabe lo que se hace.
A él le daba igual y seguía su lento, pero provechoso caminar en medio de un mundo que no tiene corazón ni agallas de luchar por un mundo mejor, más humano y servicial.
Su forma de entender la religión era distinta a la de los demás. Hacía oración por él y por sus hermanos para que Dios se volcase por el mundo, que no le hacía caso. Cada uno iba a lo suyo, a pesar de que se daban cuenta de que las cosas no marchaban bien.
El ser humano es testarudo y cuando piensa en hacer una cosa, la hace a pesar de los pesares. Le importa un bledo las consecuencias. A pesar de ello mira con lástima a su alrededor, sabiéndose culpable de lo que está pasando, pero un mal sentimiento hace que no rectifique.
El chico en cuestión lloraba sin que las lágrimas viniesen a sus ojos, porque la fuente de sus ojos se había secado y además tenía que vivir su vida, de una forma u otra no tenía poder suficiente para poder cambiar el mundo, que seguía su mal caminar errado por la avaricia y los bienes mundanos y el no saber qué hacer.  La única forma que tenía este chico de cambiar esta sociedad corrupta, es dar ejemplo, para que los demás lo imitasen.
Tú que lees estas líneas, pon un poco de tu parte para ayudar a este chico, que se siente incomprendido.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

miércoles, 9 de enero de 2019

UNA ABUELA MUY CHINCHOSA


Había una vez una persona mayor que le gustaba mucho controlar a sus hijos y nietos. No era mala, pero si muy pesada con sus consejos para sus descendientes y es que su gran experiencia en la vida, la hacía ver de una forma distinta las cosas.
Sus hijos tanto como sus nietos la querían mucho, pero no siempre estaban de acuerdo con su visión de la vida.
Sus hijos, al igual que sus nietos no siempre estaban de acuerdo con los consejos que aquella mujer les daba.
Lo que no quiere decir que la señora tuviera razón. Sus vivencias eran muchas y las cosas de la vida son, más o menos las mismas.
Tenía razón cuando les decía que no fumasen, que no bebieran alcohol, que se llevasen bien con la familia, que educasen bien a sus hijos, que no fueran intolerantes, que no fueran derrochadores, que tratasen bien a su pareja, que fuesen amables con la gente, que visitaran a la familia o a alguien que está enfermo y un sinfín de consejos que casi nunca seguían.
Ella siempre dió y da mucha libertad a sus hijos, confía en ellos y no es de estas que los quiere debajo de su falda, pero quiere que sean conscientes de la vida, que sean responsables y que miren por el dinero.
Ahora que está mayor y las fuerzas le faltan, le gusta que la ayuden, que estén por ella y no le den muchos sufrimientos. Bastantes lleva ya vividos en su larga existencia. En su niñez pasó falta de comida, de ropa y calzado y trabajaba mucho para comprarse unas alpalgatas, por ejemplo.
Debíamos de respetar más a nuestros mayores, que ellos han vivido muchas cosas, han trabajado mucho y pasado mucha falta y ahora tenemos de todo sobrado y no lo sabemos apreciar.
Debíamos de quererles más, darles nuestro cariño, que ellos han pasado falta por dárnoslo a nosotros.
Deberíamos ponerles en un pedestal, que a buen seguro, se lo tienen más que ganado.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

martes, 8 de enero de 2019

OTRO DOMINGO MÁS


Como de costumbre me levanté temprano y me preparé para ir a ver a mi amigo Pepe y comernos unos churritos. Hicimos una serie de recados y fuimos para su casa.
Llamamos a nuestro amigo Antonio, que hoy estaba animado. Estuve casi una hora hablando con él y luego habló Pepe, que estuvo poco rato, porque ya eran casi las doce y empezaba el futbol. Hemos pasado una mañana buena. Nos fumamos unos cigarritos y me vine.
Hoy había maratón de 42 Km. Y los autobuses no venían. Me encaminé, con la idea de cogerlo en el puente de Armiñan y allí tampoco. Me hice a la idea de hacer todo el camino andando.
Me paré en el chino del parque del sur a comprar una colonia para mi cuñado y me bebí una coca cola y seguí mi camino hacia casa. Eché 45 minutos, parada incluida.
Cuando llegué iba rendido y me acosté un rato. Me he levantado hace poco y he almorzado y luego me he venido para el jardín a escribir este artículo.
Ha hecho un día estupendo. Ya estamos pensando en el viernes que viene, que es el almuerzo de la Asociación. Allí seguro que van todos.
Por lo demás el Barcelona ha goleado al Español, el Madrid ha ganado 0-1 al Huesca. Pepe y yo estamos contentos y también Antonio, pues ayer ganó el Málaga.
Nos está haciendo un tiempo muy bueno. Quiera Dios que de aquí al viernes no se estropee y nos haga malo para el día de la comida.
Mañana empieza la cuenta atrás para lo que hacemos solo una vez al año: el almuerzo de Navidad. Yo confío en que todo saldrá bien.
Nos reunimos en el Antonio Torres, para celebrar la Navidad con una comida opípara en el bufete libre citado y pasarnos un día bueno, entre compañeros.
Estamos citadas 27 personas para echar un buen ratito.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

lunes, 7 de enero de 2019

CON LA VERDAD POR DELANTE


Se va a todas partes y doquiera eres bien recibido. No mientas nunca, es un atraso y un gesto de desprecio a los demás. La verdad es sana, buena para las personas y para su salud mental y moral.
La mentira no puede ser piadosa, es odiosa y mala consejera, para todas las personas, especialmente las de bien, que andan por todo el mundo y son la luz de este.
La verdad distingue a las personas buenas de las malas. El que dice la verdad, aunque le cueste, es buena gente y es querido por todos. Por sus amigos, vecinos, familiares y demás allegados.
Diciendo verdades se va a todas partes, mientras que si mientes, aunque sea por quedar bien, cuando te descubran quedarás mal y la gente te odiará. Mientras que si eres veraz todo el mundo te querrá, te apreciará y serás bien recibido por todos.
La mentira tiene las patas muy cortas, se suele decir y es verdad. Insisto, aunque cueste, hay que decir siempre la verdad. No hay nada más bonito en una persona, que será tratado como un señor por donde quiera que vaya.
Ayuda a quien lo necesite porque no hay nada más verdad que hacer el bien a los demás. Enaltece a la persona y la hace feliz. Se puede sentir orgullo de ser una persona de bien y para bien será destinado en este mundo de mentiras y malos modos.
Te puedes sentir orgulloso de ir con la verdad por delante, de ser un hombre o una mujer de bien. Con cariño te tratarán y te verás envuelto en un mundo de amor, que a toda gente gusta.
Mientras que si mientes serás ruin y mal visto por toda la gente que dirán: “mira el embustero ese” ”quien se habrá creído que es”.
Hay un paso de la verdad a la mentira, pero un paso de gigante, que enaltece o degrada a las personas y que las hace buenas o malas según el camino que coja cada una.
JOSÉ ANTONIO MÉDA.

sábado, 5 de enero de 2019

LA NIÑA FEA


Érase una vez una niña poco agraciada. Sus compañeros se mofaban de la que era más gentil que ellas. Tenía buen corazón. Creció y se hizo una mujercita y un apañado hombre se enamoró de ella, el cual la hizo dichosa, la quería mucho.
Tuvieron varios hijos que eran su felicidad, mientras que sus compañeras guapas, no se comían un rosco. La envidiaban a más no poder por la suerte que había tenido y estas seguían solteras porque nadie se fijaba en ellas.
Los hijos de la pareja crecieron con una dulce enseñanza que les prodigaban sus padres, que sabían lo que era la envidia, la codicia y el mal hacer de la gente de este mundo.
La que era la fea se convirtió en una reina, porque era feliz con su familia. Todos estaban unidos y daban ejemplo a los demás con su cariño y su forma de vivir.
La vida les sonrió y tenían bienes suficientes para vivir y no pedían más. Tan solo felicidad y estar siempre unidos como ahora. Juntos contribuían a cambiar el mundo.
Quiso Dios que todo le fuera bien y la fea se convirtió en princesa de un mundo que vive separado, cada uno con lo suyo, no queriendo saber nada de nadie. Ellos eran serviciales y amigos de todo el mundo, el cual les quería.
La belleza, está visto, no lo es todo en la vida. La belleza del alma es un don,es lo que cuenta, que no todo el mundo la tiene. Cada cual tenemos un don, que no debemos desaprovechar. Altos y bajitos, buenos o malos, feos y guapos, todos tenemos nuestra misión en este mundo.
A veces un desconocido nos hace un favor que no nos lo haría un miembro de nuestra propia familia.
Confórmate con lo que la vida te depare. Lucha por ser bueno para todos y sobre todo no seas envidioso.
Está visto que la belleza, a veces, está reñida con la suerte. Pide salud antes que dinero.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

viernes, 4 de enero de 2019

EL BIEN Y EL MAL


Del mundo somos los hombres y mujeres de este. Que nadie le eche la culpa a nadie, que somos todos. Cada cual con su tema hacemos que la vida sea indeseable.
No lo dudes, cada uno ponemos nuestro granito de arena para construir la pirámide que es el mundo. Nuestra envidia, nuestra avaricia y nuestra forma de ser, hacen que el mundo sea como es.
En nuestro trabajo u ocupaciones ponemos el vinagre y el azúcar del mundo. Tenemos la dicha de envenenar lo que es comestible, cada uno a su manera y nos quejamos de que sea como es, siendo nosotros los culpables de tanto odio.
No sé yo muy bien el porqué, pero la realidad está a la vista, esto no funciona. Tendríamos que cambiar mucho nuestra forma de ser para que el mundo fuera un poco mejor.
Somos incapaces de dar una limosna a alguien que la necesita para comer cuando nosotros estamos sobrados, sin embargo queremos más y más. Esto no tiene arreglo humano posible.
Algunos se creen que están predestinados, pero no es así, somos libres. Nosotros tenemos las armas para cambiar el planeta. Tú y yo podemos poner cada uno un poquito para cambiar de verdad.
No le echemos la culpa a los políticos, que ellos hacen lo que nosotros queremos, por algo les votamos.
La culpa es de la sociedad que es corrupta a más no poder.
Si tenemos cuatro, queremos veinte y si veinte cuatrocientos y así sucesivamente y esto no puede ser. Nos tenemos que apañar con lo que tenemos cada uno y no dar más la lata.
No cuesta trabajo ni dinero el ser gentil, amable, dadivoso y muchas cosas más que no cabrían en este papel.
Empieza tú y no mires a los demás. Cuando te vean hacer el bien, te copiarán y harán el doble que tú.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

jueves, 3 de enero de 2019

EL NIÑO DE LA CORBATA


Nació en el seno de una familia señorial y desde corta edad, sus padres, le obligaban a llevar corbata, por aquello de la posición social que ocupaban en la clase alta de la sociedad.
El niño era infeliz, porque no podía jugar con sus amiguitos, porque se ensuciaba y sus padres no querían. Vivía apartado de la sociedad por culpa de sus padres, que eran muy dominantes.
Sus compañeros le invitaban a jugar con ellos, pero él se negaba aludiendo a que “no le gustaba”, sabiendo aquellos que era por culpa de la dichosa corbatita. No tenía por tanto amigos, solo sus dominantes padres que no sabían lo que hacían y que eran culpables de la infelicidad de su hijo.
La vida les castigó haciéndoles fracasar en sus negocios, que se vinieron abajo y perdiendo la clase social que tenían antes. Ahora no tenían escusa para hacer llevar la corbata a su hijo, porque pasaron de señoritos a simples trabajadores, que dependían de su salario.
El niño dejó de llevar corbata y ya podía jugar con sus compañeros. Era feliz como la vida misma, tenía amigos y progresó en sus estudios.
Los profesores le querían, le ayudaban e hizo una buena carrera de juez y ahora era él el que decía lo que tenían que hacer los ricachones con sus hijos.
Era justo en sus deliberaciones y la gente lo quería. Se casó con una buena mujer y tuvieron cuatro hijos, dos niños y dos niñas a los que inculcaron una deliciosa educación y respeto hacia los demás.
Solo se ponía la corbata cuando se ponía la toga para enjuiciar a algún  presunto culpable de un delito. Tendía la mano a sus enjuiciados y no era duro en sus veredictos.
Sus hijos crecían felices en el seno de una familia medio-alta que le inculcaba el respeto y el buen hacer para los prójimos, que eran todas las gentes que se encontraban con ellos.
Ojalá que ningún niño se vea en la situación en que se vio este pequeño.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

miércoles, 2 de enero de 2019

ADIOS 2018-HOLA 2019


Hace apenas unas horas estábamos tomándonos las uvas que dan la bienvenida al año 2019. Año nuevo, vida nueva, suele decirse, pero la vida es la misma, tan solo que somos un año mayores.
Atrás quedó el 2018, que nos trajo cosas buenas y malas, esperando que el resien estrenado 2019 sea un poco mejor, sobre todo en el tema de trabajo y anímico, que se aminoren los males y que seamos un poco más felices.
Parece mentira como pasa el tiempo, los días se hacen largos, los meses también, pero los años pasan deprisa y cuando queremos acordar estamos de nuevo en Navidad.
Es bonito celebrar un año más de vivencias, de trabajo y de lucha por vivir un poco mejor. Es una utopía el pensar que los años pasados fueron mejores y que los tiempos son cada vez más difíciles. Son distintos, pero en esencia, muy parecidos. Realizamos nuestro trabajo lo mejor que sabemos y tratamos de ser un poco mejor como personas.
Unos vienen y otros van y los que se fueron ya no volverán. Vivimos nuestra vida tratando de ser un poco mejor para los nuestros y ser apreciados por todos, que nos lo merecemos.
El año pasado fue positivo, con sus ires y devenires, lo pasamos bien y esperamos que este sea un poco mejor. Nosotros, por lo menos, lo intentaremos, poniendo de nuestra parte todo el empeño habido y por haber para que cuando lleguen de nuevo estas fechas, nos podamos sentir satisfechos de la tarea realizada.
Cada año que pasa no somos un año más viejos, somos un año más sabios y experimentados y la gracia será más visible en nuestros cuerpos y nuestra alma, que crece al son nuestro.
No te preocupes por envejecer, que eso es un don de la persona, que se torna en más madura. Los años son soles que se manifiestan en nuestro cuerpo y nuestro espíritu, de forma que cada vez somos un poco más perfectos, para alegría nuestra.
Deja correr el tiempo que este nos traerá buenas nuevas.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.