viernes, 4 de enero de 2019

EL BIEN Y EL MAL


Del mundo somos los hombres y mujeres de este. Que nadie le eche la culpa a nadie, que somos todos. Cada cual con su tema hacemos que la vida sea indeseable.
No lo dudes, cada uno ponemos nuestro granito de arena para construir la pirámide que es el mundo. Nuestra envidia, nuestra avaricia y nuestra forma de ser, hacen que el mundo sea como es.
En nuestro trabajo u ocupaciones ponemos el vinagre y el azúcar del mundo. Tenemos la dicha de envenenar lo que es comestible, cada uno a su manera y nos quejamos de que sea como es, siendo nosotros los culpables de tanto odio.
No sé yo muy bien el porqué, pero la realidad está a la vista, esto no funciona. Tendríamos que cambiar mucho nuestra forma de ser para que el mundo fuera un poco mejor.
Somos incapaces de dar una limosna a alguien que la necesita para comer cuando nosotros estamos sobrados, sin embargo queremos más y más. Esto no tiene arreglo humano posible.
Algunos se creen que están predestinados, pero no es así, somos libres. Nosotros tenemos las armas para cambiar el planeta. Tú y yo podemos poner cada uno un poquito para cambiar de verdad.
No le echemos la culpa a los políticos, que ellos hacen lo que nosotros queremos, por algo les votamos.
La culpa es de la sociedad que es corrupta a más no poder.
Si tenemos cuatro, queremos veinte y si veinte cuatrocientos y así sucesivamente y esto no puede ser. Nos tenemos que apañar con lo que tenemos cada uno y no dar más la lata.
No cuesta trabajo ni dinero el ser gentil, amable, dadivoso y muchas cosas más que no cabrían en este papel.
Empieza tú y no mires a los demás. Cuando te vean hacer el bien, te copiarán y harán el doble que tú.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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