sábado, 26 de enero de 2019

UN NIÑO VALIENTE


Nació en el campo y desde corta edad había establecido un pacto con Dios, el cual le hizo saber que su vida era diferente a la de los demás. Era un niño apocado y sus compañeros se reían de él.
Caminando por el mundo se hizo mayor y vino a conocer quien era su verdadero Dios, al que debía obedecer en todo. Fue estando trabajando cuando tuvo que demostrar su lealtad. La vida se le ponía difícil. Porque no era fácil compenetrar el mandato Divino con el trabajo.
Tuvo que sacar fuerzas de flaqueza para serle leal en su trabajo, ya que la empresa le exigía mucho. Fue valiente e hizo caso a su dios, hasta el punto que tuvo que dejar de trabajar por cansancio, que se convirtió en enfermedad.
Estuvo varios años de baja laboral, hasta que le dieron por inútil. Entretanto, su Dios, le hizo ver que se habría de enfrentar con lucifer, rey de los demonios.
Los primeros años lo pasó mal y sufría sobremanera, pero se fue reponiendo y empezó a hacer una vida normal, siempre con la tentación del diablo presente.
No fue fácil la lucha titánica con el demonio, que aún hoy día le sigue atormentando. Dios lloraba por la desdicha que tenía que sufrir este hombre y todo por el bien del mundo.
Él nunca había fumado y en este trance se echó a fumar, ya que la Divinidad quiso que adorara al demonio, para demostrarle a este, que el hombre es capaz de sobreponerse a la peor maldición que un espíritu maligno, pueda hacer recaer en el niño querido por Dios.
La vida proseguía, pero embrujada por la maldición de lucifer, que poco a poco iba viendo que perdía la batalla, sin rendirse nunca y atacando al más débil.
La lucha prosigue, pero el hombre está muy recuperado, escondido en un rincón, del que no saldrá hasta el final de los días.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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