viernes, 11 de enero de 2019

LA DESIDIA


Es la dejadez que tenemos, no para nosotros mismos, sino para nuestros semejantes, nos hace malos e infelices. Solo pensamos en tener más y más y los que no tienen, que se apañen como puedan.
Eso no debería ser así, todos tenemos derecho a vivir dignamente. Mucho más en estas fechas de Navidad, que celebramos la venida de Jesús al mundo a poner un poco de arreglo. Él nos dejó en nuestras manos la forma de poner un poco de entendimiento y cariño para los más pobres. Es muy sencillo: en lugar de tener siete pares de zapatos, tener tres y lo que sobra dárselo al que anda descalzo.
Se trata también de no pedir más sueldo, si con lo que tenemos nos apañamos, tenemos para comer, beber, vestir y un techo que nos cobija. Además tenemos coche y moto y disfrutamos de vacaciones pagadas.
Hay muchas personas que no tienen trabajo y subiendo los sueldos, menos tendrán. Debemos mirar un poco a nuestro alrededor. Los inmigrantes vienen con lo puesto. Necesitan trabajar y ganarse el sustento, una vivienda, un seguro médico para cuando enfermen y todos los bienes que nosotros disfrutamos.
Si se suben los sueldos, menos cabida tendrán estas personas en nuestra sociedad. Tendrán que trabajar precariamente, en los puestos más malos, sin seguro y pasando calamidades.
En nuestra sociedad hay quien no tiene para comer. Acércate a uno de ellos y dales una limosna, te lo agradecerá en el alma y te dará las gracias de corazón. Que ellos tengan un poco también para celebrar estas fiestas entrañables.
Es muy sencillo, dale un cigarro a ese pobre que te lo pide, invítalo a compartir contigo un cafelito que le quite el frío.
Dios está en el Cielo, ve todas estas cosas y te lo agradecerá con felicidad para ti y los tuyos. Sé caritativo, que ganarás mucho más que si no sueltas un euro.
Todo el año sigue la misma pauta, te hallarás agradecido.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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