Se va a todas partes y doquiera eres bien recibido. No
mientas nunca, es un atraso y un gesto de desprecio a los demás. La verdad es
sana, buena para las personas y para su salud mental y moral.
La mentira no puede ser piadosa, es odiosa y mala consejera,
para todas las personas, especialmente las de bien, que andan por todo el mundo
y son la luz de este.
La verdad distingue a las personas buenas de las malas. El
que dice la verdad, aunque le cueste, es buena gente y es querido por todos.
Por sus amigos, vecinos, familiares y demás allegados.
Diciendo verdades se va a todas partes, mientras que si
mientes, aunque sea por quedar bien, cuando te descubran quedarás mal y la
gente te odiará. Mientras que si eres veraz todo el mundo te querrá, te
apreciará y serás bien recibido por todos.
La mentira tiene las patas muy cortas, se suele decir y es
verdad. Insisto, aunque cueste, hay que decir siempre la verdad. No hay nada
más bonito en una persona, que será tratado como un señor por donde quiera que
vaya.
Ayuda a quien lo necesite porque no hay nada más verdad que
hacer el bien a los demás. Enaltece a la persona y la hace feliz. Se puede
sentir orgullo de ser una persona de bien y para bien será destinado en este
mundo de mentiras y malos modos.
Te puedes sentir orgulloso de ir con la verdad por delante,
de ser un hombre o una mujer de bien. Con cariño te tratarán y te verás
envuelto en un mundo de amor, que a toda gente gusta.
Mientras que si mientes serás ruin y mal visto por toda la
gente que dirán: “mira el embustero ese” ”quien se habrá creído que es”.
Hay un paso de la verdad a la mentira, pero un paso de
gigante, que enaltece o degrada a las personas y que las hace buenas o malas
según el camino que coja cada una.
JOSÉ ANTONIO MÉDA.
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