Me vengo a referir a los niños. No me canso de escribir de
ellos, tan sencillos, tan sinceros, tan alegres, son felices con nada, con un
juguete, con unos zapatos nuevos. Viven en un mundo distinto al de los mayores.
No tienen problemas. Son un dulce.
Por desgracia, en España cada vez nacen menos bebés. La
población envejece. Las mujeres tienen que trabajar fuera para llevar el tren
de vida que tenemos y no se pueden ocupar de tres o cuatro niñ@s.
Se es más feliz con hijos, porque ellos hacen que no nos
aburramos, nos tienen entretenidos con sus cosas, sus juguetes, con tener que
cuidarlos y llevarlos al colegio. Teniendo varios hijos se gasta poco más que
teniendo uno o dos, porque la ropita de los mayores sirve a los más pequeños,
cuando estos van creciendo.
Los padres se sienten orgullosos de los niños que están
criando. Tienen gastos de comida, libros para el colegio, zapatos…pero todo eso
nos lo devuelven en felicidad, en cariño y en formar una familia fuerte y
unida, para cuando sean grandes aportar a casa el fruto de su trabajos. Si
estudian, mejor que mejor, serán hombres y mujeres de provecho.
Todos hemos sido niños y ahora que somos grandes recordamos
con añoranza nuestra niñez. Nuestros padres no nos podían comprar apenas
juguetes, pero éramos felices, más que lo son ahora que los llevan a la
guardería con dos añitos. Eso no es vida para ellos. Como el cariño de los
padres no hay nada. Ojo que yo no recrimino a la mujer porque trabaje. También
puede cuidarlos el padre si este es su caso.
La mujer trabajadora en casa debería tener una paguita para
ayudar a su marido a cuidar esos hijos, que tanta alegría nos dan. La vida ha
cambiado mucho y la mujer tiene que trabajar fuera, con lo que los hijos quedan
desatendidos social y moralmente.
Anímate a tener hijos, que más tarde o más temprano esos
pequeñajos vienen con un pan bajo el brazo.
Mi ilusión fuera sido tener cuatro o cinco hijos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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