miércoles, 30 de enero de 2019

UN AMOR SE VA


Esto le vino a ocurrir a un conocid@ mío, que tarareaba esta canción: “Queda, que poquito queda, de nuestro amor apenas queda nada. Solo quedan las ganas de llorar al ver que nuestro amor se aleja. Frente a frente, bajamos la mirada, pues ya no queda nada de que hablar. Solo quedan las ganas de llorar, al ver que nuestro amor, se aleja…”
Es triste, muy triste perder un amor, solo queda la esperanza de que sea por lograr uno mejor, más amplio, con más hijos que harán a la nueva pareja feliz.
Los primeros días son de incertidumbre, porque no se sabe el camino que va a tomar nuestra vida. Pasan los años y el amor no se olvida, porque se ha querido de veras.
Cuando la nueva pareja se va encariñando, se va olvidando el viejo amor, pero nunca se olvida del todo. Se quiere más a la nueva pareja, pero aquella queda en el recuerdo. Los años vividos juntos, no se olvidan y permanecen en el tiempo.
La nueva pareja tiene que convencer a su amad@ que es mejor que se hayan separado, que él o ella le dará más cariño del que pudiera soñar y que sus vidas se unirán en un amor que no tendrá fin.
Este conocid@ mío ya no llora, pues la fuente de sus lágrimas se ha secado. Su alma vive errante por esos mundos de Dios, sin que pueda tener consuelo. Y es que l@ amaba mucho.
La única solución al problema es que pase el tiempo, que se consolide la nueva pareja y, sin olvidar aquella, viva con esta este amor nuevo, que le vino caído del Cielo y que lo ama de una forma diferente, lo mima y le da dones.
El amor siempre triunfará. No hay que tener miedo a equivocarse de nuevo, de pareja, sobre todo si la nueva, entrega su corazón, a este amig@ mío, de una forma indescriptible.
Solo queda decir que la nueva pareja se lleven muy bien.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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