sábado, 26 de enero de 2019

COMER PARA VIVIR


…Y no vivir para comer, porque algunas veces, como en Navidad, nos pasamos con la dieta y nos ponemos un poco más gordit@s de la cuenta. Además, el organismo necesita solo un poco de comida, no una burrada.
Nos sentiremos más ligeros, si además no abusamos de la carne y el pescado, los dulces y otros. Con lo justito funcionaremos mejor y evitaremos enfermedades como el colecterol, la diabetes y otras. Además debemos de comer sano: mucha fruta y verdura y menos grasas, que si bien están muy buenas, no son sanas para el cuerpo.
De alcohol y café, lo necesario, que no son buenos y no alimentan. En este tiempo son muy típicas las comilonas, nos hartamos de todo y luego duele la tripita.
Tenemos por costumbre comer por la mañana, al medio día y por la noche y más bien, deberíamos comer cuando verdaderamente tengamos hambre. Saborearemos mejor la comida y nos sentiremos mejor.
Con cierta edad, necesitamos menos comida, porque ya solo agrandamos a lo ancho. Los niños si tienen que estar bien alimentados, porque están creciendo.
Debemos mirar bien lo que comemos, no todo es sano. Consumiremos aceite de oliva virgen extra, la carne roja, mejor que blanca, que junto a los peces, tomaremos a la plancha mejor que fritos.
Muchas ensaladas y ensaladillas, son muy sanas y nos ayudan a ir bien al baño. Las frutas comidas en su tiempo, tienen muchas y variadas vitaminas, sobre todo si las comemos con piel.
La compra ha de ser casi diaria, así comeremos productos frescos y no pasados o congelados.
El pan al gusto del consumidor, para acompañar la comida. Cocido con leña está más sabroso.
Fruta mejor que yogur. El queso semicurado o fresco. La leche, a partir de los 40 años, semidesnatada.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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