La tierra es la casa de todos, por lo que debemos mirar por
ella. Si en nuestro hogar procuramos no ensuciar, porque luego hay que
limpiarlo, igual debemos hacer con la casa de todos, en especial para que las
generaciones venideras la encuentren habitable.
La contaminación atmosférica es uno de los peores enemigos de
nuestro planeta. El mundo evoluciona, pero se pueden hacer cosas para que no se
contamine tanto: usar el transporte público, reciclar, no ensuciar las calles,
proteger los bosques y crear nuevos, usar solo las cosas que necesitamos, usar
energías limpias y renovables…
La tierra pone a nuestro alcance muchas cosas, pero no
podemos tenerlas todas. Cada persona debe apañarse con lo mínimo, que somos más
de 7000 millones de personas y todos tenemos que vivir.
El planeta nos lo da todo: de comer, de vestir, de calzar,
energía para viajar, medicinas para curarnos. En fin que es totalmente
habitable y no hay otro igual ni parecido. Ojo que yo no estoy en contra de que
se busque en el espacio lo que pudiera haber, pero aprovechemos lo que tenemos
aquí, que es mucho y bueno.
Para los creyentes, de ella fimos criados y del hombre fue
sacada la mujer, compañera nuestra y que debemos cuidar como un tesoro. No es
más el hombre que la mujer y al contrario.
El 70% de la tierra es agua, al igual que el hombre. Tenemos
donde hidratarnos y la lluvia bendice nuestros campos y a nuestros animales, de
los que también nos alimentamos. Las plantas son también seres vivos y debemos
cuidarlas, porque de su fruto comemos y respiramos el aire que producen en la
fotosíntesis. De la tierra sale todo lo que necesitamos para vivir. El cuidarla
es cuidarnos a nosotros mismos, que eso si nos gusta, pero al planeta le
tenemos un poco descuidado con la emisión de gases contaminantes y echar al mar
lo que no nos sirve.
Sin embargo el pescado si que nos gusta y bañarnos en las
playas y que estén limpias.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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