sábado, 5 de enero de 2019

LA NIÑA FEA


Érase una vez una niña poco agraciada. Sus compañeros se mofaban de la que era más gentil que ellas. Tenía buen corazón. Creció y se hizo una mujercita y un apañado hombre se enamoró de ella, el cual la hizo dichosa, la quería mucho.
Tuvieron varios hijos que eran su felicidad, mientras que sus compañeras guapas, no se comían un rosco. La envidiaban a más no poder por la suerte que había tenido y estas seguían solteras porque nadie se fijaba en ellas.
Los hijos de la pareja crecieron con una dulce enseñanza que les prodigaban sus padres, que sabían lo que era la envidia, la codicia y el mal hacer de la gente de este mundo.
La que era la fea se convirtió en una reina, porque era feliz con su familia. Todos estaban unidos y daban ejemplo a los demás con su cariño y su forma de vivir.
La vida les sonrió y tenían bienes suficientes para vivir y no pedían más. Tan solo felicidad y estar siempre unidos como ahora. Juntos contribuían a cambiar el mundo.
Quiso Dios que todo le fuera bien y la fea se convirtió en princesa de un mundo que vive separado, cada uno con lo suyo, no queriendo saber nada de nadie. Ellos eran serviciales y amigos de todo el mundo, el cual les quería.
La belleza, está visto, no lo es todo en la vida. La belleza del alma es un don,es lo que cuenta, que no todo el mundo la tiene. Cada cual tenemos un don, que no debemos desaprovechar. Altos y bajitos, buenos o malos, feos y guapos, todos tenemos nuestra misión en este mundo.
A veces un desconocido nos hace un favor que no nos lo haría un miembro de nuestra propia familia.
Confórmate con lo que la vida te depare. Lucha por ser bueno para todos y sobre todo no seas envidioso.
Está visto que la belleza, a veces, está reñida con la suerte. Pide salud antes que dinero.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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