De vez en cuando, cuando se nos apetezca y tengamos tiempo,
conviene visitar a familiares y amigos. Se estrecharán lazos y nuestros hijos
jugarán con sus primitos.
También podemos visitar a nuestros amigos, lo que ocurre es que
acabamos tan altos de nuestro trabajo, que cuando tenemos descanso, solo
queremos estar en casa, con la mujer (si no trabaja) y con los hijos, en
nuestro pequeño mundo.
Pero hay que hacer un esfuerzo y visitar a aquellos que están
enfermos o son muy mayores. No hace falta que sea una cosa periódica, sino una
vez que tengamos ganas.
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Es verdad, que si trabaja la mujer, es difícil que coincidan
y cuando lo hacen, lo que quieren es estar juntos con los hijos y se tiene poco
tiempo. Hazlo por tus hijos, verán a sus abuelos y se sentirán felices.
Otra cosa es el que está jubilado, este tiene todo el tiempo
del mundo y puede visitar a sus hijos, nietos y demás familiares, que le
recibirán con alegría, sobre todo los niños.
Yo, particularmente visito a mis hermanos ya a algunos
primos, dando prioridad a los que están enfermos. Ellos no pueden visitarme a
mí, pues yo los visito a ellos.
Lo agradecen mucho y no cuesta trabajo ni dinero. Echamos un
rato juntos, comemos algo, hablamos de las cosas de la vida y llegado el
tiempo, me vengo para casa.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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