Es el más fiel colaborador de las madres, aunque son un poco
más liberados y les gusta andar con sus amiguetes y tomando café o una copa en
el bar con los amigos, son por lo general los que llevan el dinerito a casa.
También quieren a los hijos, pero de distinta forma. Ellos
tratan de darles consejos que le puedan ser útiles en la vida y que profesión
le convendría más según la actualidad económica.
Como todos, el padre se equivoca, también la madre y en un
momento dado puede dar un consejo erróneo a sus hijos, pero es de humanos el
yerrar y no es la intención del padre el llevar por camino equivocado a sus
hijos, si no todo lo contrario.
El padre es más de calle que de estar en la casa como le
ocurre a la madre. Le gusta estar con sus amiguetes jugando una partida al mus
o al dominó o simplemente dando un paseo solo o a comprar una lotería a ver si
le toca y puede mejorar la economía familiar.
Hombre y mujer hacen la pareja perfecta. Uno pone unas cosas
otro pone otras y llevan la casa para adelante. La mujer es más sufrida, se
preocupa más por las cosas. El hombre también sufre, pero a su manera. Se fuma
un cigarrito y sigue para adelante, cosa que ahora también hacen las mujeres.
Los hombres somos más infieles que las mujeres y más celosos
de su pareja a la que no gusta ver salir de acá para allá con unos y con otros,
como hace él.
Modernamente la mujer tiene que trabajar fuera de casa y el
hombre no lleva tan bien como las féminas, las tareas del hogar recayendo estas
en la mujer, cosa que no es justa.
Lo bonito sería el compartir las tareas de fuera y de casa al
50%, saliendo, en este caso beneficiada la mujer respecto a como se hace
actualmente.
El respeto es lo más bonito que se pueden tener un hombre y
una mujer y la confianza depositada durante largos años de matrimonio y de
luchar por el trabajo, por los hijos y por la casa.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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