viernes, 5 de abril de 2019

TODOS VALEMOS


Desde el más bajito al más alto, el más feo o el más guapo, hombre o mujer, niño o joven, adulto o persona mayor, todos somos hermanos y por tanto, merecedores de una vida digna.
Hay gente que se creen que son mejor que otros, por su situación social desahogada, por estar orgullosos de su trabajo y familia o simplemente por desprecio a los demás, cosa que no debe hacerse nunca.
Todos valemos para algo, aunque seamos ancianos que necesitan de cuidados de otras personas, porque ya no pueden valerse solos. No podemos olvidar que son nuestros padres, que nos han criado y que llegará el día en que seamos nosotros los que necesitemos cuidados.
Mientras somos jóvenes, no nos damos cuenta de que el tiempo pasa para todos. Por eso vivamos felices, pero miremos al futuro, porque el pasado es historia, vivida, pero historia. Ahora miremos al presente y un poco al futuro, que será nuestro porvenir.
Todos somos importantes y sino que se lo pregunten a nuestras madres, que se desviven porque sus hijos (pequeños y mayores) estemos bien de salud y hermanados con toda la familia y amistades.
El niño juega, el joven estudia, el mayor trabaja y los abuelos los ven a todos y los aconsejan con su sabiduría, de las cosas de la vida, que aunque haya cambiado mucho, en esencia son iguales.
No debemos insultar a nadie, porque no nos agrade su presencia. Ese que hoy podemos maltratar, mañana nos puede hacer falta, porque la vida da muchas vueltas y no podemos caer en el error de faltar el respeto a ninguna persona, en especial a las mujeres.
Es indudable que las personas que están trabajando, están produciendo para hacer grande al país. Debemos respetarlos porque tienen que hacer tareas a veces penosas y porque el trabajo siempre será trabajo y que no le falte a todo el que pueda trabajar.
Seamos todos algo más que personas, seamos hermanos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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