Es un puro cachondeo. Cada uno va por donde le parece bien.
Las Leyes de Tráfico aquí no sirven de nada, no se respetan como es debido,
tanto por vehículos como por peatones, cuando en una urbe con tanta diversidad
de vehículos y conductores tan variopintos, deberíamos atenernos a las normas
para que no haya accidentes desgraciados.
Luego nos excusamos: “como no venía nadie” ”yo pensé que no hacía mal a nadie”. Todo
esto no vale para nada. Cuando ocurre un accidente es lamentable para todos y
es una pena.
Cuando se conduce hay que tener en cuenta que no todos tienen
la misma habilidad, que nosotros, los jóvenes. Hay tanto conductores como
peatones mayores, que dudan a la hora de hacer una maniobra o cruzar una calle.
En esta ciudad que se nos queda pequeña, sobre todo es época
estival, no se tiene en cuenta que hay, como en otras, muchos tipos de
conductores y peatones. Están los más jóvenes que tienen muchos reflejos, están
los conductores nóveles, están los maduros y también los ancianos.
Todos tenemos que gastar mucho cuidado con los más
vulnerables: niños, ancianos, impedidos y sobre todo con los despistados, que
no tienen cuidado con nada ni con nadie.
Los profesionales se quejan de tal desbarajuste, porque ellos
están todo el día en la calle y ven cada barbaridad y tienen que frenar
bruscamente ante el cruce de un coche, moto o peatón que cruza por donde no
debe, se salta un semáforo o un paso de peatones.
La Leyes de Tráfico están hechas para respetarlas y conseguir
una mejor convivencia en la calle, que es de todos y para todos. Nos tendrían
que poner un policía a cada uno para que actuásemos correctamente y aun así, lo
burlaríamos. Yo no sé como se conduce en otras ciudades, pero lo que es en
Málaga, fatal.
Yo los estoy y me estoy poniendo muy mal, pero entre todos,
también hay buenos conductores y peatones cuidadosos.
No cuesta trabajo y vamos a llegar a la misma hora a nuestro
destino.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario