martes, 23 de abril de 2019

UN NUEVO AMANECER


Sigo esperando hace años ya y de momento no llega. Vendría plagado de bienes para todos y sería lo mejor que nos pueda ocurrir. Un sol que alumbra noche y día, que no se cansa jamás de luchar por el bienestar de los terráqueos, nosotros.
Tarde o temprano ese día llegará y nos llenará de alegría, desde el más grande al más pequeño. Brillará con luz propia y nos alumbrará a todos, buenos y malos, que seremos todos buenos.
Está por venir y no tardará, lo que pasa es que nuestras mentes no saben ver. Solo vemos un mundo corrompido por las ansias del dinero, que no tienen fin, contra más mejor.
Los juegos, el deporte, el café con churros parecen llenar nuestro cuerpo y nuestro espíritu, pero hay algo mayor, inmensamente mayor, que es la salud del alma, que pocos conocen.
Mi alma se muere de pena porque estos desdichados solo buscan el bien material, tan preciso, pero más lo es el bien interior, que nadie sabe  de donde viene y a donde va.
Un nuevo amanecer espero, con ansias desde hace muchos años y este no llega, quizá porque no lo merecemos. El día que uno de nosotros haga la voluntad de Padre, este llegará, pero son muchos los alicientes de esta vida y eso tardará. No hay gente capaz de luchar con éxito contra la maldad.
Todos se conforman con el cariño de su familia, con su trabajo y con vestir bien y comer mejor. Yo voy más allá, quiero el bien para todos y que este sea eterno e incorrompible.
El sol, la luna, el  mar, todo lo tendremos en este nuevo mundo, que nadie conoce, pero que está por llegar y llegará pese a quien pese. No hay nada más cierto que tendremos un nuevo mundo.
El niño jugará con el aspid, la más asquerosa criatura será nuestra compañera y todos seremos felices.
Seamos todos algo más que compañeros, seamos hermanos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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