miércoles, 14 de agosto de 2019

INOCENTES Y ENFERMOS PSÍQUICOS


De ambos hay más de los que pudiera parecer. Si vas por la calle y te fijas un poco, hay inocentes (niños y mayores) por todas partes. Van paseando solos o acompañados por algún familiar o asistente.
Los hay que andan solos y a otros los llevan en carritos, paseándolos como seres humanos que son. Unos sonríen, otros hacen muecas, otros les cuesta caminar…Es una pena que sean tan numerosos.
Si vamos a lo nuestro, no nos damos cuenta de lo cerca que los tenemos. Son personas como tú y como yo y no se les debe discriminar, sino echarles una mano si se ven perdidos o les cuesta caminar. Te lo agradecerán en el corazón, porque son muy cariñosos.
Enfermos psíquicos hay más todavía, lo que pasa es que no van al médico, se medican por si solos o simplemente lo ocultan. Si hablas con la gente, te cuenta: “pues yo también tomo una pastilla para poder dormir”, o te dicen: “yo padezco stress, pero sigo adelante en mi trabajo, porque si no quién va a llevar el sueldo a casa”
Y prosiguen: “tengo tantos o cuantos niños y mi mujer no puede trabajar. Tengo que seguir como sea”.
Luego estamos los que no tenemos remedio. Nuestra cabeza, por lo que sea, no funciona como debiera.
Acudimos al/la psiquiatra y nos manda un tratamiento. Hay quien no lo quiere tomar y es la ruina para su casa.
Otros reconocemos nuestra deficiencia, nos tomamos nuestro tratamiento, y estamos estables, o sea controlados con pastillas o inyecciones, que son drogas, pero que las necesitamos y no nos negamos a tomarlas.
La culpa de esto último y de los enfermos psíquicos es la sociedad consumista en la que vivimos. En los trabajos te exigen más y más y eso pocas personas lo aguantan.
En muchas familias hay algún enfermo. Algunos no salen de casa siquiera, otros deambulan por esas calles buscando alguien que les comprenda.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario