Es el título de una canción de Alaska y sigue: “lo que yo
digo, a quién le importa lo que yo hago. Yo soy así y así seguiré, nuca
cambiaré…” Pues yo me identifico bastante con lo que dice la canción, porque
hay personas, (no todas), que están pendientes a ver que ven para criticarlo.
Por ejemplo: yo me siento cada tarde en un bar a escribir un
artículo, pues resulta de que algunas personas vienen a ver lo que escribo,
incluso uno de los camareros.
Yo escribo para que lo lea todo el que quiera, pero que no
vengan a husmear, incluso a despreciar lo que hago. Yo si tengo algo es que no
me tengo por nadie importante.
Voy a lo mío, como pienso que debería hacer la mayoría de la
gente. No está bien el meterse en lo que hace el otro en su vida. Cada uno
tiene su vida privada y no tiene porqué estar en boca de los demás, por culpa
de unos descerebrados, que parece que no tienen nada que hacer y se dedican a
sonsacar a la gente para irlo luego contando por ahí.
Otro día me ocurrió que dos personas estaban a ver cuánto
cobraba yo, que si 2200 euros, que si 1500. Acaso le he preguntado yo a ellas
lo que cobran. No me interesa, por lo tanto no pregunto.
A quién le importa lo que yo digo, expreso mis sentimientos,
para quien los quiera leer y si le agrada, mucho mejor para todos. Sobre todo
para mí, que sentiré que he hecho algo de provecho para la sociedad.
Yo no soy un vago de esos que hay por ahí. Me dedico a ayudar
a mis padres en lo que puedo, haciendo la compra y ayudando en casa.
Eso por las mañanas, luego duermo la siesta, como y me voy
para la Asociación, que está lejos de casa.
Cojo dos líneas de autobús y las mismas de vuelta. Por el
camino, me paro a escribir, como dije antes, un artículo.
Vamos que no me aburro, tengo todo el día ocupado, pienso yo.
Espero que nadie se moleste por mis palabras.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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