IMAGINACIONES
17-04-2023
Muchas veces nos imaginamos que las cosas van mucho peor que
en lo que en realidad son. Son cosas de
la mente que nos juega esas pasadas, porque no tenemos motivos ni razones para
pensar que estamos tan mal de salud, como en realidad nos encontramos. Pensamos
que, por un resfriadillo de nada, que podemos tener el covid. También que nos
están quitando nuestro dinero, con esto de la subida de los precios de todos
los productos. Se puede considerar una cosa “normal” en los tiempos que
vivimos.
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Muchas veces lo que pasa es que somos muy pesimistas y nos
creemos que se nos va a caer el techo encima cuando son problemillas. Bien es
verdad que hay gente que apenas les da para comer y no tienen para pagar los recibos
de impuestos, gas, luz y otros gastillos de la casa que vienen largos a mucha
gente que no les llega, máxime si tienen hipoteca o viven alquilados.
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Hay que ser más optimistas y ver la botella medio llena y no
pensar que porque no tengamos que apretar un poco el cinturón, ya por eso se va
a acabar el mundo. Pensemos que es una mala racha que cualquier día pasará y no
habrá pasado nada. Problemas en el mundo siempre ha habido, pero la gente no se
ha achantado por eso, si no que le ha echado valor. Bien es verdad que ahora
los problemas son más y de más calado, pero hay que echarles valor y seguir
para adelante.
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Todos por igual, pensamos que nos va mal , pero hay algunos
que pueden llorar con un solo ojo, ya que tienen que reducir un poco el gasto,
pero tampoco se van a quedar sin comer, tan solo que van a tener una economía
un poco más estrecha y no se van a poder tomar tres cafés, si no solo uno, pero
por eso no pasa nada. Es cuestión de acostumbrarse a, por ejemplo, no comer
todos los domingos fuera.
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Los verdaderamente mal parados son aquellos que no les llega
para comer, vestir y calzar dignamente. Pensemos que en Málaga hay gente tirada
por ahí en las calles, sucios, borrachos y sin un techo que los cobije. Estos
son los que no imaginan nada y se conforman con lo que la vida les depara y no
se quejan tanto como otros que tienen coche, moto y dos móviles en casa.
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Seamos realistas y no lloremos tanto con lo que tenemos, que
es poco, pero menos tienen otros y se aguantan. Da mucho que pensar todo esto,
pero y si no tuviéramos trabajo ni subsidio, ni pensión. Entonces es cuando
podíamos llorar a lágrima viva, porque seríamos desgraciados.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.
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