Como he dicho en otras ocasiones, nos pasamos el día diciendo: “que mala suerte tengo, que mala suerte”, sin pensar que la suerte está en nosotros mismos.
El dejar de hacer cualquier cosa a tiempo, ese es el motivo
de la mala suerte. No podemos decir: “hay que tomarse las cosas como vienen”.
Lo que hay es que hacerlas en su momento y con el debido decoro. Entonces
vendrá la buena suerte.
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El ser humano es cabezota, gusta de hacer las cosas como
mejor le parece y eso es un error. Hay que hacerlo todo cuando conviene, aunque
no nos guste.
Porque el vecino haya hecho cualquier actividad y le haya
salido bien, no quiere decir que si nosotros le imitamos, igualmente, nos
saldrá bien. Somos independientes y libres.
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Podemos hacer todo lo que queramos, sin molestar a los demás.
Hay quien es un pillo, se cree único (estos son los menos) y con su forma de
ser molesta a otros.
Esta persona, no se da cuenta de lo que está haciendo, de que
está truncando la suerte de los demás y que no tiene derecho a hacerlo. Hay que
dejarlo con su cabezoná.
Buena suerte sería que nos tocase la lotería, que estaría
bien, pero hay cosas más importantes, como que nos salgan bien nuestros
asuntos, que queramos y seamos queridos…
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