No hay una persona que sea mayor que otra. Lo mismo que no
debe haber discriminación por sexo. Las personas somos todas parecidas.
Porque una persona ocupe un puesto de trabajo bueno:
político, deportista, director de una gran empresa…,no es mayor que uno que sea
un currante: albañil, fontanero, electricista…
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No por tener mucho dinero es mejor y va a vivir más feliz. El
pobre, si es humilde, pude ser más que el ricachón, que tiene sirvientes a su
cargo.
Mayor para mí es quien tiene buen corazón, rico o pobre va
por la vida repartiendo saludos, se lleva bien con todos, es amigo de los
amigos, ayuda en lo que puede…
Querer es poder y el menor se alza en el pedestal del pobre y
es feliz, con su mujer y sus hijos. Mientras el rico suspira por un poco de
calor humano.
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Dice el refrán: “cuanto más alto, más grande es la caída” y
es cierto. El pobre tiene poco que perder ante una caída económica, mientras
que el opulento mira con recelo los vaivenes de la bolsa.
Unos y otros podemos caminar cogidos de la mano, porque no
hay persona que no necesite de los demás. Saldremos ganando si todos
compartimos ese bien que cada persona tiene.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.
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