El viernes día nueve de este mes, nos citamos para comer
juntos. A las 14:00 horas y a las 13:00 horas, ya me estaba llamando, que él ya
estaba en el restaurante.
Le contesté: mira, me he salido de la ducha para contestarte,
si quieres, a las dos y si no conmigo no vienes a comer más. Me contesto, que
él, si tenía hambre comía.
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Yo le dije que esperara, a lo que contestó que si. Yo le iba
a regalar unas sandalias, que a mi me hacen callos en la planta del pie. Están
sin entrenar. Son de piel y me costaron 57 Euros, hace dos años.
Por eso digo y repito que amigos, contra menos, mejor. Luego
te dejan tirado en la cuneta y si te vi no me acuerdo. Cuando llegué al bar ya
había comido y se había ido.
Las sandalias se las he regalado a un necesitado del barrio,
que tiene mi mismo número de pie. Serán más aprovechadas así, que no dandóselas
a él que tiene buena paga.
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Y heme aquí, comiendo solo, porqué mi hermano no ha querido
traer a mis padres a comer y de paso se quitan un rato de la casa, que se tiran
todo el día encerrados.
He discutido fuertemente con mi hermano, delante de los
pobres viejos. Le he dicho de todo y él a mí. La solución: se le corta la
cabeza y yo me voy a la cárcel, porque se aprovecha de ellos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.
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