Son aquellas personas, que no olvidan antiguas creencias, de
que ciertas cosas traen mala suerte. Aun en nuestros días, se sigue creyendo,
que ciertas cosas traen malos augurios.
Por ejemplo el número trece. Esto es porque Jesús era el
trece después de sus de sus doce Apóstoles. Si esto fuese cierto, el día trece
de cada mes, no saldría nadie a la calle, porque nos podrían ocurrir cosas
malas. Esto es una tontería como otra cualquiera.
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Los martes, también son días de mala suerte y si se juntan
los dos ejemplos anteriores, ya es el colmo de los colmos. El martes no sé
yo el porqué, es un día fatídico.
El pasar por debajo de una escalera, también parece ser que
no es aconsejable. No sé el porqué de que este hecho, pueda ser malo para
nadie. Me imagino yo, que lo que te pueda ocurrir, es que te caiga una lata de
pintura encima, o bien el escalerista, que resbale y te aplaste literalmente.
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Ver a un gato negro, tampoco es bueno para el supersticioso.
Mirarse en un espejo roto, es causa de alguna desgracia
también.
Como estos ejemplos, hay otros muchos. La gente que cree fielmente
en estas supersticiones, hace estragos por no hacer, en lo posible, nada de lo
descrito.
Como estas cosas, hay otras muchas….Yo no creo en ninguna de
ellas. Claro está que cada uno, puede creer en lo que buenamente quiera.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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