Para los profesionales es un agobio, a no ser que sea
vocacional. Para los demás conductores es una experiencia única, el ponerse a
los mandos de su coche, moto o patinete…
Para todos es estresante, por la cantidad y variedad de
vehículos, que hay en la vía pública, los semáforos peatones que se encuentran
nuestros protagonistas.
Los vehículos corren mucho y con nada te pasas de los límites
establecidos por tráfico y multa que te crió. Tampoco se puede beber alcohol.
Con una cerveza te pasas de los límites que establece tráfico y además es un
peligro y puede haber un accidente.
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Las normas son estrictas, pero los conductores se la saltan a
la torera y eso es peligroso para sí mismo y para la sociedad. Hay que estar
muy sereno para conducir un vehículo.
Los coches valen caros, pero a pesar de ello, hay muchos y
contaminan la atmósfera. Aunque ahora con los híbridos se reduce mucho la
contaminación.
No todos son los que les gusta conducir. Hay quien huye del
volante y hace lo propio, el irse en el transporte público y así se contamina
menos. Un autobús hace por 70 vehículos. Usa el bus o el taxi.
Por último decir que yo he sido un forofo del volante y de
las motos, pero ahora que no puedo conducir, no lo echo de menos, al contrario,
voy muy tranquilo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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