miércoles, 21 de octubre de 2020

INDIGENTES

Desgraciadamente hay muchos, incluso en países ricos. Son personas que no encuentran trabajo, no pueden trabajar o por causa del corona virus.

Andan por las calles perdidos, esperando que alguien les dé algo, pero no somos muy dados a dar limosna. Acuden a bancos de alimentos, donde les suministran de cosas de primera necesidad.

Otros, más pobres, duermen en la calle en un cartón, no se hacen a esta sociedad de consumo que no tiene sitio para ellos. Es una lástima que existan personas en estas condiciones.

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Otra cosa es el tercer mundo, donde no tienen comida, ni medicinas para enfermedades que son curables y mueren por inanición. Por eso yo defiendo a los inmigrantes, que vienen en busca de un mundo mejor, donde puedan trabajar y ganarse el sustento.

Tener que vivir de caridad, es penoso, esperando que les echemos en la gorra unos centimillos, para poder susistir. Los que tenemos no echamos en cuenta que hay quien no tiene.

También es verdad que hay quien pide para vicios, lo que hace a la gente más reacia a dar limosna. Hay que tener vista y saber a quién se le da y no ser muy mal pensados de en qué lo gastará.

Da bien y no meres a quién. Todos tenemos necesidades.

 

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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