Son dos alimentos muy completos. Desde que nacemos tomamos
leche, la de nuestra madre y deberíamos tomarla toda la vida, diariamente. Es
buena para el que tiene úlcera de estómago.
A partir de los 40
años, esta debe desnatada o semi desnatada, al menos, porque ya nuestro cuerpo
no quema las grasas que tiene la leche entera.
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En verano podemos tomarla fría y si no te gusta sola,
mezclarla con café, cacao, cereales…
Para los niños es imprescindible y la aconsejan los médicos,
porque es natural. De vaca, de cabra u oveja, son igualmente buenas, si bien la
que consumimos más es la de vaca.
La miel es sumamente natural. Como todo el mundo sabe, es el néctar
de las flores del campo, o bien de azahar, según donde estén colocadas las
colmenas.
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La miel es además medicinal. Si mezclas miel con zumo de
limón, la calientas al baño María y haces gárgaras con este líquido, es bueno
para cuando duele la garganta.
Los dos alimentos son muy antiguos. Ya la tomaban antes de
Jesús y perdura a través de los tiempos. Por algo será.
Los productos lácteos, son aconsejables tomarlos tres veces
al día y la miel no tanto por su alto contenido en azúcar.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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