LAS PIERNAS DE LA MUJER

 

Junto con sus pechos, son los que pierden a los hombres, que hacemos por tenerlos en nuestras manos, para acariciarlos, mimarlos, besarlos…

No hay hombre que le amargue un dulce y estas cosas son un pastel para los machotes. Cuando bailan, cuando caminan, lo hacen con gracia.

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Yo tengo cincuenta y seis años, pero no se me olvida cuando he tenido una mujer para mí, para hacer con ella lo que se nos apeteciera.

El coito es el culmen del amor, que, si hay suerte engordará la barriguita de la mujer y esta nos traerá un bebé, que será el rey o la reina de la casa.

No lo debemos hacer solo por placer, si no por juntar nuestros cuerpos en uno, que es ley de vida, además de hacernos sentir un poco más cerca del Cielo.

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Las mujeres hacen todo lo necesario para que nos fijemos en ellas. Se mueven con gracia, lo que hace que los hombres nos perdamos por ellas.

Ya sea bajita o alta, delgada o rellenita, nuestro ojos van detrás de ellas, las que gustan de ser miradas por un apuesto y formal caballero andante.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.