Nacemos corriendo, (y llorando), porque si no nos ahogamos en
el cuerpo de nuestra madre y vivimos corriendo toda nuestra vida, porque esta
sociedad consumista, nos lo impone.
Corriendo vivimos toda esta, desde pequeños nuestra vida va
de prisas. Los niños juegan corriendo, porque se hacen mayores y quieren tener
una carrera universitaria, si puede ser.
De esa manera buscamos trabajo, porque si no otro nos lo
arrebata, (porque es mejor), en unas oposiciones.
El que no puede o no vale para estudiar, corriendo a
trabajar, que hay que cotizar, para cuando llegue le vejez, tener derecho a una
pensión digna. En cualquier trabajo tenemos que ir rápido.
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Hay trabajos en los que tenemos que correr más que en otros.
Me vais a permitir que haga mensión de mis compañeros de la E.M.T. (autobuses
urbanos) y de todos los profesionales del volante, que tienen que correr para
cumplir horarios y en el caso de mis compañeros, no solo horarios, sino que
tienen que conducir, cobrar, cargar y descargar viajeros, pendientes de que
alguien no se vaya a caer al salir o entrar, pendientes al tiket o la
validación de la tarjeta y que no se vaya a pasar alguno sin pagar, que los
hay.
Toda la vida es una carrera, los que trabajan, en él y los
que no haciendo la compra o las tareas del hogar (hombre o mujer).
Corriendo nos casamos, porque si no nuestros hijos, nos dirán
abuelos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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