Tengo muchos
prim@s, pero este es uno de los que me llevo mejor. Vive en un barrio poco
decoroso. Su economía está por los suelos, pero él se las arregla muy bien y
vive feliz. Ahora mismo no cobra nada, está enfermo, operado por tres veces de
la cadera y una del intestino, entre otras cosas. No puede comer casi de nada.
No puede trabajar. Anda cojo.
Cuando le
dan unos meses de ayuda al desempleado, guarda para cuando no hay nada. Tiene
un gato macho que es malísimo, pero muy gracioso. Juega y juega con todo lo que
se encuentra. Salta a la ventana, encima del frigorífico, por encima de los
muebles…Es un caso este felino.
Volvamos a
mi primo, como no tiene, pide en los sitios que dan comida: galletas, leche,
aceite…De lunes a viernes le llevan la comida y un par de días le va una señora
a limpiar la casa.
Esta mañana
me he llegado a verle y hemos desayunado juntos. Le he llevado unas cosillas de
comida, que como siempre me ha agradecido.
Ahora quiere
arreglar los papeles a ver si le dan la paguilla-ayuda que dan con el 33% de
invalidez, que con lo delicado que está se la darán.
Me alegraría
mucho que lo consiguiese, pues solo sabe lo que es tener falta de recursos el
que los tiene y yo no estoy muy boyante.
Él no
mendiga. Eso sí, donde hay cosas para pobres, va cada vez que le toca. Vive
solo con su gato, que le da mucha compañía y juegan mucho.
Es triste
vivir solo y sin recursos económicos. A pesar de todo, como dije antes, vive
feliz. Está más que claro que el dinero no hace la felicidad de las personas.
Suerte más
que dinero pediría para todas las personas y salud, también cariño, que no se
sienta nadie solo en el mundo. Muchas veces estamos rodeados de personas y nos
sentimos solos, como está mi primo.
Sus hermanas
le ayudan también en lo que pueden.
Dios está
con los pobres, los desvalidos, los que sufren en silencio…
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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