martes, 19 de junio de 2018

EL DESPERTAR DE LA FÉ


Puede ocurrir en cualquier edad, pero suele ser de pequeños, por la educación de los padres y de los profesores a los niños, que empiezan a amar a Dios entre juegos y oración.

Los padres les enseñan el Padrenuestro y que Dios nos quiere y es un ser superior a nosotros, que nos ama desde el Cielo y que su hijo Jesús vino a rescatarnos al mundo, con su enseñanza y ejemplo.

Que eligió a sus doce primeros Apóstoles, a los que mandó por todo el mundo a predicar la palabra de Dios y que escribieron el Nuevo Testamento, que es la Biblia, pero con palabras más sencillas y entendibles por nosotros.

Los niños van asimilando estas cosas y las van poniendo en práctica con los Sacramentos, que nos hacen recordar en todo momento en nuestra vida, que no estamos solos,  que alguien vela por nuestra salud espiritual y moral.
Empezamos con el Bautismo, enseñándoles a nuestros hijos que Jesús también se bautizó en el río Jordán, por Juan el bautista, predecesor de Jesús.

Les enseñamos a nuestros hijos, que en esta vida, estamos de paso hacia el Cielo, que debemos amar a Dios, como nuestro Padre que es, que nos quiere y quiere salvarnos del mal de este mundo, que es nuestra casa temporalmente.

La Fé es un bien que no todo el mundo tiene. Hay personas que viven y no la conocen, pero eso no significa que no amen la vida y a los demás, como hermanos que somos y nos debemos respeto desde niños hasta que muramos.

La vida nos va enseñando como debemos de comportarnos desde niños.
Hombres y mujeres nos amamos como Jesús nos enseñó.

Los niños nos pueden dar lecciones de como tenemos que proceder ante los problemas de la vida, que es, o que está creada para que nos salvemos del abismo, de las tinieblas, que son el mal del mundo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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