martes, 19 de junio de 2018

HAY COMIDA PARA TODOS


En este planeta me refiero. Sin embargo, cada día, mueren miles de personas, miles de niños por inanición en el mundo. Esto se debe a la globalización política en que vivimos. Cada cual, que tiene suficiente quiere tener más y más y los pobres cada día menos.
La tierra es fértil, en la mayoría del planeta y mana agua, pero los pobres no tienen medios para cultivarla, ni armas para cazar y mis niñitos mueren de hambre para que yo pueda tener dos pares de zapatos.
El problema es de todos los que tenemos que no les mandamos medios y personas voluntarias, para que les ayuden a sobrevivir. ¿Dónde están los voluntarios, creyentes o no, para que se vayan a vivir con ellos?¿Quién da la limosna a las asociaciones no gubernamentales, como cáritas, médicos del mundo…para que puedan realizar sus tareas?
Son muy pocos los que donan bienes o dinero para los descritos fines. Eso si, a los países en guerra, no les faltan armas, para que se maten unos a otros, en beneficio de los países ricos. No les deis armas, dadles comida, ropa, hacedle pozos para que tengan agua potable y una choza donde vivir. También médicos, medicinas y un poquito de cariño.
Si en el primer mundo un hombre mata a un niño o a otro hombre, lo meten en la cárcel un montón de años. ¿Cuantos años de cárcel merecemos los que dejamos que mueran miles de personas al día, impunemente?
Los gobiernos tienen mucha culpa de esto anterior, pero en democracia, el gobierno reside en el pueblo. Apliquémonos el parche y empecemos a mover ficha en esta partida, que es de todos.
No hace mucho que salieron en un programa de televisión, unos reporteros que se propusieron comer de lo que encontraran en la basura, en un barrio de clase media y lo consiguieron. Comieron plato de primero, de segundo y postre. Queda demostrado que tiramos lo que a otros salvaría la vida.
Todo es cuestión de concienciarse y de aportar cada uno un poquito, para evitar tan tremenda injusticia, que nadie quiere ver ni implicarse. Esto es una vergüenza, para todos los que estamos sobrados de todo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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