Son por antonomasia los dos mejores que tengo. Con el primero
desayuno todos los domingos y luego llamamos por teléfono al otro, que me ha
salido un poco vaguillo y no quiere ir al Puerto de la Torre.
Charlamos un rato, nos reunimos de tarde en tarde para almorzar en
el jardín, donde nos lo pasamos pipa, entre bromas y cosas serias.
De primero siempre pedimos paella y de segundo, a elegir entre
varios platos que ofrece el menú de este restaurante, que es el más nos gusta
por la comida y por el precio.
Celebramos cuando se acerca el día de darnos un homenaje, que
suele coincidir con la paga extra, porque andamos cortillos de dinero.
Pepe, o sea, D. José (Como le gusta que lo llamen) es el anfitrión
y Antonio y yo los subordinados. Pepe es mayor, aunque dice que tiene veinte y
dos años. Yo creo que algunos se quita, como uno de cada tres.
Unas veces paga uno, otras otro y así. Aquí todo es a medias, como
las mujeres en sus piernas.
Antes, en la Asociación, hacíamos salidas a merendar, churros
especialmente o un helado, si es verano, pero ahora con el cambio tenemos
muchos gastos y, seguramente, tardaremos en salir a tomarnos un chocolatito con
churros, aquí en el jardín.
Ahora hemos tenido que comprar sillas, muebles, dos impresoras
(Que por cierto nos las ha configurado un técnico) además no ha arreglado los
ordenadores que se han quedado peor que estaban. Total 180 Euros del alá.
Además hemos tenido que comprar cosas para acondicionar el local.
Poco a poco vamos arreglando nuestra segunda casa, para pasar allí
las tardes, entre amigos y con cursillos que también hay que pagar.
Que no decaiga la amistad de Pepe, Antonio y mía y que sigamos
viniendo por el jardín.
Que la Asociación siga siendo lo que era y que nos sigamos
reuniendo aquí y pasemos buenos ratos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario