Es tan bien avenido como la lluvia en invierno. Ambos molestan,
pero hacen falta para que haya un invierno y un verano. No hace falta decir que
una sombra en verano y un refugio en invierno son lo más adecuado para cada
época del año. El sol calienta nuestras pieles y los cereales granan su fruto.
En invierno otros frutos, como la naranja, dan su cosecha.
En verano vienen los turistas buscando el sol caliente de nuestras
playas. En invierno nieva y viene el turismo de invierno. Somos un país
privilegiado. Tenemos de todo, turismo, dieta mediterránea y una buena
temperatura todo el año. Que me quiten lo bailado y que siga la vida como va,
que va bien.
El sol es siempre bienvenido, pues nos trae días de mucha luz,
calor y a dorar nuestras pieles en las estupendas playas que tiene nuestra
costa, la Costa de Sol, desde Cádiz a Almería, lugares donde pasar nuestro
verano.
Es bueno tomar el sol, pero sin excesos, porque nos
saldrían yagas y hasta cáncer de piel. Yo prefiero el verano al invierno,
aunque se pase calor. Son buenas ambas estaciones, cada una con sus
propiedades.
El verano es más dicharrachero por su desenfado con el buen
tiempo. El invierno es bueno porque nos riega y hace crecer nuestras plantas y
se llenan los pantanos.
De cualquier forma debemos estar contentos de vivir en un país que
mana leche y miel. Que tiene todo lo necesario para vivir
cómodamente y que nos da la alegría de vivir en un pequeño
paraíso de luz y de color para todos nosotros.
Para el turista somos un buen anfitrión, que da todo lo que tiene
para que este se sienta como en casa. Tenemos turismo de invierno en nuestras
estaciones invernales y de verano en nuestras estupendas playas.
El sol es una bendición para nosotros, porque es símbolo de
riqueza en la época veraniega. En invierno tenemos maravillosas pistas se eskí
que hacen las delicias de españoles y extranjeros.
Visítanos siempre que puedas, no te arrepentirás.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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