Prácticamente tod@s
tenemos o hemos tenido alguna mascota en casa. Ya sea un perro, un gato, un
pájaro, un hanster…o cualquier otro animal, se dan mucho a querer y son uno más
en casa.
Yo he tenido pájaros,
una perrita y ahora tengo dos gatos. Dan mucha tarea, porque hay que estar
pendientes a ellos: a si salen o si entran, echarles de comer y beber,
limpiarle las cacas, cambiarle la arena, limpiar su habitación, darles cariño…
A pesar de todo, como
digo, se quieren mucho, hasta el punto de llorar por ellos cuando se van. Yo
lloré cuando me mataron a mi perrita “chica”, que era de lo mejorcito que hay:
era obediente, cariñosa. Se volvía loca cuando me veía y se daba cuenta de que
la iba a sacar de paseo al campo, que por entonces estaba cerca de casa.
Hay que quererlos y no
maltratarlos, cuidarlos y hacer que nos respeten, cosa difícil, según el
animal. Los perros son muy obedientes, los gatos son más liberales, pero gustan
de rozarse con las piernas de uno, jugar y que los acaricien. A todos les gusta
nuestra compañía. Hay pájaros que cantan más cuando está su “dueño”.
Pongo dueño entre
comillas, porque ellos deben ser libres, como nosotros, aunque estén metidos en
una jaula.
Muchos han nacido en
cautividad y no echan de menos el volar libremente. Es un error, en el caso de
los pájaros, echarlos a volar, para que así sean libres, porque no saben
buscarse la vida, o sea, la comida y seguramente lo atrape un gato y se lo
coma.
En vacaciones no
debemos abandonarlos, porque “él no lo haría contigo”, como dice el slogan
publicitario al respecto.
Debemos hacer un
esfuerzo y llevárnoslo con nosotros, si se puede y si no dejarlo en casa de un
vecino o familiar hasta que volvamos.
Si tienes tu/tus
mascota/s, enhorabuena, te darán un poco de felicidad. Si no la tienes, hazte
con una, te alegrará la vida.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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