Son nuestros monitores de Crecimiento Personal. A Rafa lo
conozco desde hace muchos años. Elena nos visita desde hace poco,
relativamente. Yo, hasta ayer había hablado poco con Rafa. Tuve la oportunidad
y ayer me senté a hablar con el grupo.
A Rafa le gustó mucho mi artículo La luz de la mente y sobre
él, entre otras cosas, estuvimos hablando. Él comprendía, a medias, lo que yo
quería decir y se lo comenté, que había algo en lo que no estábamos de acuerdo,
pero que no sabía decirle qué cosa era. Ya sé lo que nos diferencia, que es
lisa y llanamente amor. Yo hago las cosas por amor él no sé por qué las hace.
Tal vez, por dinero y este es muy mal consejero.
Yo escribo con el corazón en la pluma y él da su sesión, no
solo por dinero, sino queriendo enseñar y aprender de nosotros, la sabiduría.
Nosotros somos sus pupilos.
Rafa es muy inteligente, pero le falta el ancho de un pelo
para hacer las cosas bordadas.
El jueves que viene, si tengo la oportunidad, me pondré con
ellos a ver si Rafa comprende que es ese pelo, que le falta para estar en todo
de acuerdo conmigo.
No es que yo tenga algo especial, él sabe mucho de esta vida
y tiene mucha experiencia, estudios y vivencias, que yo no tengo.
No es que yo sea el único que sabe amar, pero lo hago de otra
manera, inexplicable con palabras y que solo se puede entender con el corazón,
o el alma, como queramos llamarle.
Quizá Elena sepa lo que yo quiero decir, por aquello de 6º
sentido de las féminas.
Yo escribo con la
esperanza de que al menos una persona pueda comprender lo que yo quiero decir.
Rafa S. está muy cerca de coger ese hilo, pero yo no tengo
palabras para explicarle de qué va el tema.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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