No es otra cosa que los países ricos, que se juntan para ser
más ricos todavía. De esta manera los pobres serán más pobres cada día. Esta es
una carrera que no tiene remedio, ya que los pobres no pueden enfrentarse a los
ricos.
La única forma de equilibrar un poco la cosa, es emigrar a
los países con más recursos. En esta operación mueren cada año cientos de
personas, que cruzan en pateras el océano hacia Europa. De otra forma, los
sureños de América, tratan de adentrarse en EEUU, buscando en ambos casos una
vida un poco mejor.
La globalización es no conformarse con lo que se tiene y
querer tener más cada día. Está claro que no miramos hacia atrás, donde los más
pobres tratan de sobrevivir.
El mundo está y ha estado siempre corrompido. Todo por causa
del poder y la riqueza. Antiguamente hacían la guerra para conquistar nuevos
territorios. Hoy la guerra, mayormente, es comercial. Cada país quiere vender
los productos, de los que son ricos, a buen precio e importar a un precio bajo.
Para todo esto crean impuestos llamados aranceles, siempre
para lo mismo: ganar dinero. Si el dinero se comiese, algunos tendrían cara de
billete.
No nos conformamos con lo que tenemos y buscamos más, lo que
nos hace infelices, porque no pensamos en otra cosa.
Este mundo no tiene remedio, no lo ha tenido nunca y
caminamos por la senda mala, que nos llevará al precipicio.
Luchemos contra nosotros mismos y no seamos inconformistas,
sino mansos. Que la luz de nuestra alma salga a flote y nos alumbre en este mundo,
globalizado, que nos ha tocado vivir.
El mundo ha sido siempre injusto y lo seguirá siendo. Las
personas de los países que tienen poco arriesgan su vida, vienen por acá. Unos
triunfan, otros tienen menos suerte y son devueltos a sus países de origen.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario