jueves, 21 de junio de 2018

PELADO ACCIDENTADO


Hoy, como cada dos meses más o menos, nos toca pelarnos a mi padre y a mí. Mi madre me pela a mí y yo pelo a mi padre. Tenemos una máquina de pelar y nos ahorramos unos euros.

Normalmente todo va bien, pero hoy, cuando estaba yo a medio pelar, abrí la máquina para limpiarla y se le cayó una pieza. Lo malo del asunto es que yo no sabía ponérsela. 
Se cayó al suelo, se la puse y no quedó bien.

Yo ya me veía a medio pelar, buscando un peluquero que rematase la faena. Lo malo del caso es que hoy es domingo por la tarde y todo está cerrado. Se iba, la gente, a reír a carcajadas de mí.

Menos mal que pude ponerle, con trabajo, la pieza y mi madre pudo terminar de pelarme. Yo, en verano o en invierno, me pelo al cero. Así me dura más el pelado y estoy descuidado más tiempo.

Me gustaría llevar el pelo largo, pero tengo dos coronillas y dos o tres remolinos y no me lo puedo peinar. Por eso me pelo corto y me va bien.
Aquí no acaban las anécdotas. Me puse a pelar a mi padre. Él se deja un poquito de pelo, pero yo no me di cuenta y no gradué el largo del pelo y empecé a cortar. Cuando noté mi error, se lo dije a mi padre que se enfadó un poco. Ya no había remedio. Había pelado un trozo de su cabeza.

Ahora está de moda llevar el pelo corto, incluso algunas mujeres. Algunos se afeitan y todo la testa, por lo que no es raro que yo me pele así. Por la calle los conocidos me dicen: “te has pelado ¿no?” y yo les contesto: “un poco ¿se nota?” Y es que la gente tiene ganas de guasa.

Hoy, cada cual va como le parece. Hay libertad. Unos llevamos el pelo muy corto, otros normal y otros se dejan melena.

En España vivimos bien. No hay tabúes en cuanto a como va uno y eso es bueno, siempre que no se ofenda a nadie.

El que más, el que menos se defiende bien económicamente. Vivimos a nuestro aire y tratamos de hacerlo en concordia con todos. Españoles e inmigrantes.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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