Tiene una tienda de electricidad. A él le compro todas las
cosas relacionadas con el tema. Es un hombre amable, sencillo, simpático y
dadivoso. Tiene los mejores precios del barrio. A mí me hace descuentos cuando
le compro algo y si me ve en el bar, me invita a un descafeinado.
Cuando tengo algún problema de electricidad o aparatos
eléctricos, él me asesora y me dice lo mejor que puedo hacer, según de que se
trate.
Si tiene el producto que yo necesito, me lo vende, sino me dice
dónde puedo encontrarlo y a mejor precio. Siempre me dice lo que más me
interesa en un tema dado.
Hace muchos años que lo conozco y nos llevamos muy bien.
Ahora quiere vender el local y retirarse. Jubilarse vamos. Él ganaría más
dinero haciendo trabajos de electricidad, que con la tienda, pero como ahora no
hay trabajo, tampoco le interesa.
Cuando yo hacía trabajos, le compraba a él el cable, el
macarrón y los interruptores y enchufes que se necesitan para trabajar. Como he
dicho antes él me hacía y hace un buen descuento.
La electricidad es muy difícil para quien no la entiende,
pero para quien tiene nociones y alguien que le aconseje, es pan comido.
Yo le compraba todo lo necesario para hacer un trabajo. Hasta
un portero electrónico, en una ocasión. Él me dijo como lo tenía que hacer y
ahí está, funcionando.
Tenía problemas con el frigorífico y él me aconsejó que le
pusiese un reloj de buena calidad, y ahí está, funcionando.
Yo recibí nociones de un familiar electricista y por eso
entiendo algo del tema. Con eso y la ayuda de Paco, le puedo meter mano a todo,
con la seguridad de que va a salir bien.
Yo, si quiero, puedo instalar, desde un automático hasta toda
la instalación de una casa que no sea muy grande.
De momento no hago nada, pues estoy jubilado.
JOSÉ ANTONIO
MÉRIDA.
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