En realidad es prima segunda mía. Es muy guapa, pero ha
tenido la mala suerte de caerse de la moto. En un paso de peatones mojado, se
resbaló y se ha roto la clavícula.
Las motos en mojado son mala cosa y esta vez le ha tocado a
ella. La han tenido que operar, pero ya está en casa. Mi madre quiere ir a
verla, pero no tiene quien la lleve. Está preocupada porque a ella le gusta
visitar a los enfermos. Yo no la puedo llevar y en el autobús no puede ir.
Desde que se accidentó está llamándola todos los días, a ver
como está. Esta tarde quería coger un taxi, pero mi padre le ha quitado la
idea, porque vale caro y luego para acá es otro que tiene que coger.
A mi prima le duele, pero no es cosa que revista gravedad.
Solo tendrá que estar un tiempo sin trabajar. Unas vacaciones nunca vienen mal,
pero que no sean por accidente.
Mi prima es muy maja y se lleva muy bien con todos nosotros.
Yo le ayudé a su padre, que hizo una casa en el campo, que después tuvo que
echar abajo, porque no tenía permiso de construcción.
Si se lo puede uno permitir, es mejor un cochecito que una
moto. No se tiene el riesgo de caerse y si tiene un accidente, los paragolpes
son el cuerpo del conductor.
A mí también me gustan las motos, pero he conducido pocas. Yo
he sido más de coche que de moto, es más seguro y se pueden llevar varios
acompañantes y hace más apaño.
Yo he tenido suerte con las motos, me he caído varias veces,
pero he tenido la suerte de no hacerme ni una herida.
Una vez, en mojado, se resbaló la moto y yo quedé encima de
ella. La policía venía detrás, me preguntó si necesitaba ayuda. Yo le dije que
no que no me había hacho nada.
Con las motos hay que tener mucha precaución y no correr en
mojado, porque te puedes herir gravemente.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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