Si quieren tener muchos y buenos clientes, no basta con
ofrecer buenos productos, tienen que ser amables, simpáticos y atentos con el
público, porque sinó, sencillamente, se van a otro bar.
Yo paro mucho en el bar restaurante el Jardín, allí tanto los
dueños como los camareros Alonso y Javi, me tratan muy bien. Me saludan y me
dicen que qué voy a tomar y me lo sirven rápida y eficazmente, como es de mi
agrado.
Hay camarer@s que no son atentos con al público.
Sencillamente tienen menos clientes de los que podían tener. Algunos, por
costumbre o gustos, siempre van, pero son los menos.
El camarero que lo es, sabe de antemano, lo que el cliente va
a tomar, porque casi siempre es lo mismo, y cuando entras por la puerta te
preguntan, qué lo de siempre ¿no? Si, le contesta uno con ganas y le saluda
afectuosamente.
Si uno se lo puede permitir, le deja propina, que ellos
agradecen de corazón y otra vez que vayas por allí, con más ganas te sirven lo
que tú quieras tomar
El camarero que lo es, sabe el nombre de sus clientes y
pregunta Pepe, Manolo qué te pongo hoy y te sirven con gracia, lo que a ti te
apetezca tomar en ese momento. Sin dudarlo, te lo sirven y con cariño te desean
los buenos días o las buenas tardes. Si por cualquier cosa, un día, no tienen
eso que tú deseas tomar, te lo dicen y te ofrecen lo que tienen de alternativa.
Por ejemplo, yo un día puedo querer churros y el camarero no los tiene, pues te
lo dicen y te ofrecen las alternativas que tienen a los susodichos churros, que
puede ser un pitufo con aceite, catalana, mixto, con mantequilla, mermelada…
Si quieres tener buenos clientes, tienes que esforzarte en
algo más que ofrecer los productos que tienes, tienes que ser amable.
Un buen camarero siempre tendrá trabajo, porque los empresarios
no son tontos y saben quién les conviene. Si quieres que no te falte el
trabajo, hazlo con ganas y con cariño.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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